Cap 50

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Me dejé llevar por Uraraka y Deku hasta la habitación de Bakugo, mi corazón palpitando con fuerza. Cada paso era un desafío, pero la necesidad de estar cerca de él me daba fuerzas. Al llegar frente a la puerta, me detuve por un momento, respirando hondo para intentar calmar mi agitación antes de entrar.

Cuando finalmente empujé la puerta y entré en la habitación, vi a Bakugo sentado en la cama, conversando con Eijiro y un enfermero. Mi corazón dio un vuelco al ver que estaba allí, vivo. El alivio me inundó de golpe, aunque las lágrimas volvieron a brotar con fuerza.

—Katsuki... —mi voz salió temblorosa mientras avanzaba hacia él, ignorando el resto de la sala.

Bakugo levantó la vista, su sorpresa evidente al verme. Me miró con esos ojos que aún mostraban la batalla interna por la que había pasado. Sin poder contenerme, me dirigí rápidamente hacia él, mi cuerpo temblando por el esfuerzo y el agotamiento.

Sin dudarlo, me lancé a sus brazos, abrazándolo con toda la fuerza que me quedaba. Las lágrimas caían libremente por mis mejillas mientras el abrazo me envolvía en una mezcla de dolor y alivio.

—No sé qué habría hecho si te hubiera perdido... —le dije entre sollozos, mi voz quebrada.

Bakugo, sorprendido al principio, pronto correspondió al abrazo. Su cuerpo se relajó, y pude sentir cómo sus feromonas comenzaron a liberar un aroma reconfortante, lleno de felicidad y alivio al ver a su omega. Yo, en respuesta, me dejé envolver por ese aroma, sintiendo una calidez que contrarrestaba el frío de mi preocupación.

—TN... —murmuró Bakugo, su voz rasposa por el cansancio pero cargada de emoción—. ¿Estás bien?

No podía responder de inmediato, las palabras se entrecortaban entre mis sollozos. Solo podía aferrarme a él con más fuerza, sintiendo cómo su abrazo me daba el consuelo que necesitaba. Finalmente, logré encontrar un pequeño respiro.

—Solo... solo me siento agotada... —logré decir, intentando recomponerme—. Pero estar aquí contigo... es todo lo que importa.

El momento entre Bakugo y yo estaba cargado de una emoción tan profunda que el resto del mundo parecía haberse desvanecido. Los demás, observando la escena, estaban visiblemente conmovidos por la conexión y el amor palpable entre nosotros. Podía ver en sus ojos el reflejo de la preocupación y el apoyo que sentían por nosotros, y en ese instante, el mundo exterior parecía ser solo una extensión lejana de nuestra realidad.

Sin embargo, la serenidad del momento fue interrumpida cuando el doctor entró en la habitación. Su presencia hizo que ambos, Bakugo y yo, regresáramos a la realidad, recordando la gravedad de la situación que aún nos rodeaba.

—Lo siento por interrumpir —dijo el doctor, dirigiéndose a Bakugo primero—. Quiero asegurarme de que todo esté en orden. La cirugía de ayer fue exitosa, y los signos vitales son positivos. Ahora solo necesitamos asegurarnos de que se recupere adecuadamente.

Bakugo asintió, su mirada volviendo a ser seria mientras escuchaba al médico. A pesar del alivio de ver que estaba bien, el dolor y la preocupación aún estaban presentes en su rostro.

—¿Cuándo podré volver a casa? —preguntó Bakugo, tratando de sonar más fuerte de lo que se sentía.

El doctor le dedicó una sonrisa tranquila y profesional.

—Dependerá de cómo evolucione en las próximas horas. Queremos asegurarnos de que no haya complicaciones antes de darte el alta. Por ahora, lo mejor es que descanses y sigas las indicaciones médicas.

Bakugo suspiró, un gesto de resignación mezclado con gratitud. Luego volvió a mirarme, sus ojos mostrando una mezcla de preocupación y cariño.

—Y tú, TN, necesitas descansar también. No quiero que te sobrecargues —dijo, su voz suave pero firme.

Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora