Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)

Cap 53

Al día siguiente, me encontré caminando hacia un pequeño restaurante en las afueras de la ciudad. Mi corazón latía con fuerza mientras me acercaba a la entrada, sabiendo que dentro me esperaba una confrontación que nunca pensé que tendría. Bakugo estaba cerca, en una mesa a cierta distancia, lo suficientemente cerca para intervenir si algo salía mal, pero lo suficientemente lejos como para darnos el espacio que necesitábamos. Su presencia era un consuelo silencioso, un recordatorio de que no estaba sola en esto.

Al entrar al restaurante, mis ojos buscaron la figura familiar de Dabi, y allí estaba, sentado en una mesa junto a la ventana. Se veía diferente, más maduro quizás, pero la sombra de su antiguo yo todavía permanecía. Tomé una respiración profunda antes de acercarme, y cuando nuestros ojos se encontraron, una ola de emociones me golpeó con fuerza: miedo, ira, pero también una nostalgia amarga.

Me senté frente a él, y durante unos segundos, ninguno de los dos dijo nada. El silencio entre nosotros era denso, cargado de todo lo que había quedado sin decir durante años.

—Gracias por venir —rompió finalmente el silencio, su voz más suave de lo que recordaba—. No pensé que aceptarías, después de todo lo que pasó.

—No estoy aquí por gusto, Dabi —respondí, mi tono más firme de lo que me sentía por dentro—. Estoy aquí porque necesito respuestas. Y porque, a pesar de todo, necesito tu ayuda.

Dabi asintió lentamente, como si esperara esas palabras. Se tomó un momento antes de hablar, su mirada bajando hacia la mesa como si estuviera ordenando sus pensamientos.

—He estado reflexionando mucho últimamente —empezó, su voz apenas un susurro—. Después de lo que pasó entre nosotros en la escuela, y todo lo que sucedió después... Pensé en no volver aquí nunca más. En dejar todo atrás y seguir adelante con mi vida. Pero cuando me enteré de lo que pasó en la escuela, de lo que te hizo Toga... y luego lo de tu padre... No podía quedarme sin hacer nada.

Lo miré, tratando de descifrar sus palabras. Había una sinceridad en su tono que me sorprendió, pero también una tristeza que no había esperado.

—Entonces, ¿decidiste ayudarme por remordimiento? —pregunté, con una mezcla de incredulidad y desconfianza.

Dabi levantó la vista hacia mí, y en sus ojos vi algo que no había visto en años: arrepentimiento.

Dabi mantuvo mi mirada por un momento, dejando que el silencio llenara el espacio entre nosotros. Sus ojos, que antes siempre parecían llenos de fuego y desafío, ahora estaban teñidos de algo diferente, algo que nunca había visto en él antes.

—Sí... —admitió finalmente, su voz apenas un susurro—. Remordimiento, culpa, arrepentimiento... Llámalo como quieras. Pero no puedo ignorar lo que hice, lo que te hice pasar. Fui un imbécil, dejé que mis emociones me controlaran, y te lastimé de maneras que nunca debí. Pensé que alejándome, todo se arreglaría, que te olvidarías de mí, pero... no fue así, ¿verdad?

Su confesión me dejó sin palabras por un instante. Nunca había imaginado que Dabi pudiera ser tan vulnerable, tan... humano. Siempre lo había visto como una figura imponente, alguien que no dejaba que nada ni nadie lo afectara. Verlo así, reconociendo sus errores, era desconcertante.

—No fue fácil —admití finalmente, tratando de mantener la compostura—. Pero tampoco fue fácil para ti. No puedo decir que lo haya superado completamente, pero estoy aquí, enfrentando esto porque no quiero que sigas en mi vida como un fantasma del pasado. Si de verdad quieres ayudarme... entonces tal vez podamos encontrar una forma de dejar todo eso atrás.

Dabi asintió lentamente, como si estuviera procesando mis palabras.

—Eso es lo que quiero, TN —dijo, su voz más firme ahora—. Quiero ayudarte porque sé que te lo debo, y también porque... porque aún te considero una amiga. Aunque sé que no tengo derecho a llamarte así, quiero intentar enmendar las cosas. No puedo cambiar lo que pasó, pero puedo intentar que el futuro sea mejor para ambos.