El tiempo en el spa había pasado rápidamente, envuelto en risas y charlas relajadas, pero una inquietud comenzó a asentarse en el grupo cuando notaron que TN y Uraraka tardaban más de lo habitual en regresar. Bakugo, siempre alerta, fue el primero en expresar su preocupación.
—¿No crees que están tardando demasiado? —murmuró, su mirada fija en la puerta por donde habían salido.
Eijiro, que estaba disfrutando del momento, frunció el ceño al escuchar a Bakugo. La misma preocupación comenzó a filtrarse en su mente, y pronto, el resto del grupo notó la ausencia prolongada de las chicas.
—Es raro que se tarden tanto —dijo Mina, dejando de lado su conversación con Jirou—. Quizás deberíamos ir a buscarlas.
Sin perder tiempo, Bakugo se levantó de inmediato, ya con el ceño fruncido. Algo en su instinto le decía que algo andaba mal. Eijiro, que había notado la preocupación en su amigo, también se puso en pie.
—Vamos —dijo Bakugo con firmeza, y el resto de los chicos lo siguió, dejando atrás la comodidad del spa.
Mientras se dirigían hacia los baños de chicas, la inquietud crecía con cada paso. Al llegar, llamaron suavemente a la puerta, pero no hubo respuesta. El silencio que siguió solo aumentó la tensión.
—TN, Uraraka —llamó Mina, su voz cargada de preocupación.
Cuando no hubo respuesta, Bakugo decidió actuar. Empujó la puerta con fuerza, entrando en el área de los baños. Lo que encontraron dentro hizo que sus corazones se paralizaran. Uraraka yacía inconsciente en el suelo, su cuerpo pequeño yacía en un ángulo extraño, y lo más alarmante, TN no estaba por ningún lado.
—¡Maldición! —exclamó Bakugo, corriendo hacia Uraraka para comprobar su estado. Su respiración era superficial, pero estaba viva.
Eijiro, ya en modo protector, comenzó a buscar frenéticamente en la habitación, esperando encontrar alguna pista sobre lo que había ocurrido. Pero el baño estaba desierto, sin señales de TN.
—¿Dónde está TN? —la voz de Bakugo temblaba de furia contenida mientras miraba a su alrededor con desesperación. Sabía que algo horrible había ocurrido, y su peor temor comenzó a tomar forma.
Mina y Jirou intentaron despertar a Uraraka, llamando su nombre con urgencia. Finalmente, la chica comenzó a moverse, sus ojos abriéndose con dificultad.
—¿Qué pasó? —murmuró Jirou mientras sostenía a Uraraka, tratando de mantener la calma.
Uraraka, aún aturdida, tardó unos segundos en enfocar su mirada en los demás. Cuando lo hizo, sus ojos se abrieron de golpe al recordar lo que había sucedido.
—El... el padre de TN... —balbuceó, su voz temblando de miedo—. Él apareció de la nada y... ¡se la llevó!
La realización golpeó a todos con la fuerza de un mazo. El padre de TN la había secuestrado, y nadie sabía hacia dónde había ido.
—¡Tenemos que encontrarla! —gritó Bakugo, la desesperación visible en su rostro. No había tiempo que perder, cada segundo que pasaba significaba que TN estaba en mayor peligro.
La adrenalina corría por las venas de Bakugo mientras el horror de la situación se instalaba en su mente. No había tiempo para procesar, solo para actuar. Sabía que TN estaba en peligro, y su propia impotencia lo estaba destrozando por dentro.
—¡Maldición! —rugió, sus puños temblando con una furia impotente—. ¡No puedo creer que lo haya dejado pasar! ¡No puedo creer que se la haya llevado!
Eijiro, aunque también en shock, intentó mantener la calma, colocando una mano firme sobre el hombro de Bakugo. —Nos recuperaremos de esto, hermano. Vamos a encontrarla, no vamos a dejar que se salga con la suya.
Pero Bakugo apenas escuchaba. Su mente estaba atrapada en una espiral de culpa. Había prometido proteger a TN, había jurado que estaría allí para ella sin importar qué, y ahora se sentía como si hubiera fallado en lo más básico. La imagen de TN siendo arrastrada por su padre, su rostro aterrorizado, no dejaba de repetirse en su cabeza.
—Esto es culpa mía —murmuró Bakugo, su voz casi inaudible—. No fui lo suficientemente rápido, no estuve allí cuando más me necesitaba.
—¡No es tu culpa! —Eijiro lo sacudió, intentando hacer que reaccionara—. No es tu culpa, ¿me oyes? Lo que importa ahora es encontrarla. No podemos rendirnos.
Bakugo asintió débilmente, pero la culpa seguía consumiéndolo. Sabía que Eijiro tenía razón, que no era momento para rendirse, pero eso no eliminaba el peso en su corazón. TN era su pareja, su omega, y había fallado en protegerla.
Mientras los demás intentaban contactar a las autoridades, Bakugo se quedó al lado de Uraraka, su mente llena de pensamientos oscuros. ¿Dónde podría haberla llevado? ¿Qué podría estar haciendo con ella? Cada posibilidad era peor que la anterior.
—Él no se va a salir con la suya —gruñó Bakugo, su voz baja pero cargada de determinación. No importaba lo que tuviera que hacer, no importaba lo lejos que tuviera que llegar, iba a encontrar a TN. No iba a dejar que ese cabrón de su padre le hiciera más daño.
Las autoridades llegaron pronto al spa, y después de una breve explicación, se inició una búsqueda intensiva. El tiempo parecía ralentizarse mientras esperaban alguna noticia, alguna pista que los llevara a TN. Bakugo se mantuvo firme, pero por dentro, se sentía como si estuviera a punto de desmoronarse.
Finalmente, una llamada de la policía rompió el silencio. Habían encontrado el coche del padre de TN, abandonado en las afueras de la ciudad, cerca de un edificio en ruinas.
Cuando la policía llegó al edificio en ruinas, todos se movieron con la esperanza de encontrar a TN y su madre. La tensión en el aire era palpable, y cada rincón oscuro del lugar parecía esconder un secreto inquietante. Bakugo, con el corazón latiendo furiosamente en su pecho, revisaba cada habitación con desesperación, buscando algún rastro de TN. Pero a medida que pasaban los minutos, la ansiedad comenzó a crecer dentro de él. No había señales de ella.
—¡Maldición! —gritó Bakugo, golpeando una pared con frustración—. ¿Dónde la tiene?
Eijiro se acercó a él, intentando mantener la calma. —Lo encontraremos, hermano. No te rindas.
Los oficiales siguieron revisando el lugar, pero todo parecía estar desierto. No había ni una sola pista clara, solo el eco de sus pasos resonando en los pasillos vacíos. Bakugo sentía como si el mundo se estuviera cerrando a su alrededor, como si cada segundo que pasaba disminuyera sus posibilidades de encontrarla.
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Queridos lectores, quiero agradecerles de corazón por todo su apoyo. Sus votos y comentarios me motivan a seguir escribiendo y mejorar cada capítulo. Si disfrutan de esta historia y desean leer más, no duden en seguirme. Les envío un abrazo enorme y todo mi cariño. ¡Hasta pronto!
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Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)
FanfictionTener que pasar por discusiones y peleas familiares a diario, soportar las frecuentes humillaciones en la escuela y no tener en quién apoyarse la tenían cansada. Aun así, trataba de seguir adelante con la esperanza de que todo mejorara. ¿Será que el...