cap 28

27 5 0
                                    

Finalmente, Bakugo rompió el silencio con una pregunta.

—¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Cómo planeas manejar esto después de todo lo que ha pasado?

Suspiré, sintiendo una mezcla de cansancio y esperanza.

—Creo que necesitamos hablar con el director sobre lo que ha sucedido. Aunque Toga se haya ido, aún quiero asegurarme de que se tomen medidas para proteger a todos los estudiantes. Y también, necesito tiempo para recuperarme, tanto física como emocionalmente.

Bakugo asintió, comprensivo.

—Sí, claro. Lo haremos. Y si necesitas espacio o tiempo, lo tendrás. No tienes que enfrentar todo esto sola. También podemos hablar con nuestros amigos, asegurarnos de que todos estén bien.

A medida que la conversación se desarrollaba, me sentí más aliviada al saber que no tenía que enfrentar todo esto sola. La presencia de Bakugo y el apoyo de nuestros amigos significaban el mundo para mí. Habíamos pasado por mucho, pero juntos, estábamos listos para enfrentar lo que viniera.

En ese momento, el timbre de la escuela sonó, marcando el final del receso. Aunque la jornada escolar continuaba, nos dirigimos hacia nuestras clases con una renovada sensación de determinación y esperanza.

Al final del día, después de toda la tensión y el drama, me sentí increíblemente agradecida por el apoyo de Bakugo y de todos nuestros amigos. Era un alivio saber que, después de todo lo que había pasado, finalmente podía tener una vida escolar normal. La mayoría de los estudiantes reaccionaron de buena manera al saber que era omega, aunque algunos no lo tomaron tan bien. Pero eso no importaba tanto ahora; lo que realmente contaba era el círculo de personas que estaban a mi lado, dispuestos a apoyarme en todo momento.

Una semana había pasado desde aquel incidente, y durante ese tiempo, me había vuelto más cercana no solo a Bakugo, que ahora era mi pareja y alfa, sino también a las chicas del grupo. Al principio, fue un poco incómodo, pero poco a poco, empezamos a conocernos mejor y a formar un vínculo más fuerte.

Un día, durante el receso, me encontré con Mina, Momo, y Jirou en la cafetería. Nos sentamos juntas y comenzamos a charlar.

—¿Cómo te has sentido esta semana? —preguntó Mina, su tono lleno de preocupación y curiosidad.

Sonreí, sintiéndome agradecida por su interés.

—Ha sido difícil, pero también liberador. Ya no tengo que esconderme, y saber que tengo amigos que me apoyan hace una gran diferencia. —Miré a cada una de ellas, apreciando su presencia.

Momo asintió, sonriendo suavemente.

—Me alegra escucharlo. Sé que al principio fue complicado, pero estoy feliz de que te sientas mejor y más segura.

Jirou, siempre directa, añadió:

—Y si alguien intenta molestarte, sabes que estamos aquí para ti. No estás sola.

Sentí una calidez en mi corazón al escuchar sus palabras. Aunque al principio había sido difícil abrirme a ellos, ahora me daba cuenta de cuánto significaban para mí.

—Gracias, chicas. De verdad. No sé qué habría hecho sin ustedes. —Dije, mi voz cargada de sinceridad.

Mina se inclinó hacia adelante, con una expresión traviesa.

—Y bueno, ¿cómo van las cosas con Bakugo? He notado que están más unidos últimamente.

Me sonrojé ligeramente, pero no pude evitar sonreír.

—Sí, hemos pasado mucho tiempo juntos. Es... diferente, pero en el buen sentido. Siento que realmente me entiende y me apoya.

Las chicas sonrieron, compartiendo mi alegría.

—Eso es genial —dijo Momo—. Todos necesitamos a alguien que nos entienda y nos apoye. Me alegra que lo hayas encontrado en Bakugo.

Seguimos charlando durante el receso, compartiendo historias y riendo juntas. La incomodidad inicial había desaparecido, y en su lugar, había surgido una conexión genuina y fuerte. Me sentía aceptada y valorada, y eso era algo que nunca había dado por sentado.

Al final del día, cuando regresé a casa, me sentía más ligera y feliz. Las conversaciones con mis amigas y el apoyo constante de Bakugo me dieron la fuerza para enfrentar cualquier desafío que pudiera surgir. Sabía que no estaría sola en ese camino, y eso me llenaba de esperanza y determinación.

Bakugo me estaba esperando en la entrada de la escuela. Me sonrió al verme y me abrazó.

—¿Todo bien? —preguntó, su voz suave y reconfortante.

Asentí, sonriendo.

—Sí, todo está bien. Gracias a ti y a los demás.

Bakugo me acompañó hasta la puerta de mi casa. Antes de despedirse, me dio un beso suave en los labios y susurró:

—Nos vemos mañana.

Asentí, con una sonrisa en mi rostro, y lo vi alejarse antes de entrar a casa. Mi madre me estaba esperando en la sala, con una expresión cálida y acogedora.

—Hola, mamá —saludé, sintiéndome feliz de verla.

—Hola, cariño. ¿Cómo estuvo tu día? —preguntó mientras me acercaba para darle un abrazo.

—Fue bueno. Las cosas están volviendo a la normalidad, y estoy empezando a sentirme más cómoda en la escuela. Además, Bakugo ha sido un gran apoyo.

Mi madre sonrió y me acarició el cabello.

—Me alegra escuchar eso. Es importante tener buenos amigos a tu lado.

Pasamos un rato charlando sobre cosas triviales, poniéndonos al día sobre nuestras vidas. La cena fue agradable y reconfortante, y me sentí agradecida por el tiempo que pasábamos juntas. Después de cenar, nos sentamos en la sala, disfrutando de una película antes de prepararnos para dormir.

Cuando llegó la hora de irnos a la cama, mi madre se acercó a mí con una expresión más seria. Podía ver en sus ojos que tenía algo importante que decirme.

—Cariño, antes de que te vayas a dormir, hay algo de lo que me gustaría hablar contigo —dijo, su tono suave pero lleno de preocupación.

La miré, un poco confundida pero dispuesta a escuchar.

—¿De qué se trata, mamá?

Ella dudó por un momento, buscando las palabras adecuadas.

—Es sobre tu padre... hay algo que deberías saber.

Mi mente comenzó a llenarse de preguntas, pero antes de que pudiera decir algo, mi teléfono sonó con un mensaje de Bakugo, deseándome buenas noches y recordándome que él estaría allí para mí mañana. Sonreí al leer el mensaje y respondí rápidamente.

Mi madre esperó pacientemente, pero pude ver la inquietud en sus ojos. Sin embargo, antes de que pudiera retomar la conversación, ya me estaba distrayendo con pensamientos sobre la escuela, mis amigos y mi relación con Bakugo.

—Mamá, podemos hablar de esto mañana, ¿de acuerdo? Estoy un poco cansada ahora —dije, tratando de posponer lo que parecía ser una conversación importante.

Ella suspiró y asintió, con una sonrisa triste en su rostro.

—Está bien, cariño. Hablaremos mañana. Buenas noches.

—Buenas noches, mamá —respondí, dándole un abrazo antes de subir a mi habitación.

Me acosté en mi cama, sintiéndome agradecida por todo lo que había sucedido esa semana. Sabía que, con Bakugo y mis amigos a mi lado, podría enfrentar cualquier cosa. Pero en el fondo de mi mente, la inquietud por lo que mi madre quería decirme sobre mi padre seguía presente, como una sombra que se cernía sobre la tranquilidad recién encontrada.

Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora