cap 24

31 3 0
                                    

Estaba en la biblioteca con TN, terminando los últimos detalles para el proyecto y preparando la presentación. Sin embargo, no podía concentrarme. Algo me carcomía por dentro, algo que había descubierto recientemente. Mis pensamientos estaban llenos de furia y dolor, y liberaba feromonas sin darme cuenta, haciendo que el ambiente se sintiera pesado y sofocante.

Intenté centrarme en mis notas, pero mi mirada se desviaba constantemente hacia TN. Noté que ella también estaba inquieta, mirándome de reojo. Finalmente, rompí el lápiz que tenía en la mano, mi frustración alcanzando su punto máximo.

—¿Bakugo? —dijo, su voz temblorosa, como si temiera lo que vendría.

La miré con intensidad, una mezcla de ira y dolor reflejada en mis ojos.

—¿Cómo es que pudiste aguantar tanto? —pregunté, sin poder contenerme más.

La confusión en su rostro solo aumentó mi frustración. Cuando abrió la boca para responder, la interrumpí bruscamente.

—Ya sé todo lo que pasó el año pasado —dije, las palabras saliendo con una fuerza contenida—. Sé lo de Dabi, sobre las humillaciones y cómo te aislaron.

Vi cómo su mundo se desmoronaba en ese instante. Sus ojos se llenaron de lágrimas y pude ver el pánico y la desesperación en su mirada. Intenté tomar su mano, queriendo asegurarle que estaba allí para ella, pero la apartó de un manotazo, sorprendida y en shock.

—Lo siento... —murmuró, las lágrimas brotando de sus ojos—. Lo siento...

Antes de que pudiera reaccionar, salió corriendo de la biblioteca. Me quedé allí, atónito, viendo cómo se alejaba.

Pasaron horas, y la noche cayó sin que tuviera noticias de TN. La preocupación creció dentro de mí, cada minuto que pasaba sin saber de ella aumentaba mi ansiedad. ¿Dónde estaba? ¿Estaba bien?

Intenté llamarla, pero no contestaba. Eijiro también intentó comunicarse con ella sin éxito. Nos reunimos con los demás, todos preocupados por su ausencia. La buscamos por todo el campus, preguntando a todos si la habían visto, pero nadie sabía nada.

La desesperación se apoderó de mí cuando recibí un mensaje de TN. Al leerlo, sentí como si el suelo se desmoronara bajo mis pies.

—"No quiero verte nunca más, Bakugo. Déjame en paz."

Las palabras me golpearon como un puñetazo. ¿Por qué diría eso? ¿Qué había pasado?

—No puede ser... —murmuré, mi voz apenas un susurro.

Al día siguiente, esperábamos ver a TN en clase, pero no apareció. La preocupación aumentó exponencialmente. Toga, por otro lado, estaba más sonriente que nunca, lo cual solo alimentaba mi sospecha de que algo no estaba bien.

Eijiro intentó calmarme, sugiriendo que tal vez TN estaba enferma y por eso no contestaba. Pero algo dentro de mí me decía que había más detrás de su ausencia y de ese mensaje tan extraño.

Durante el receso, Eijiro y los demás hablaban sobre TN. Eijiro les había preguntado por ella, recordando que hace un tiempo habíamos practicado todos juntos.

—¿Alguien ha oído algo de TN? —preguntó Eijiro, la preocupación evidente en su voz.

—Nada, he intentado llamarla pero no responde —dijo Mina, frunciendo el ceño—. Es raro que no haya dado señales de vida.

—Sí, es muy extraño —agregó Sero—. Ella siempre responde rápido a los mensajes.

Me alejé del grupo, mi mente trabajando a toda velocidad. No podía sacarme de la cabeza la imagen de TN huyendo de la biblioteca, su rostro lleno de pánico. ¿Dónde estaba? ¿Estaba en peligro?

La rabia y la impotencia se mezclaban dentro de mí, creando una tormenta de emociones que amenazaba con desbordarse. Toga seguía sonriendo, su actitud despreocupada contrastando con la tensión palpable en el ambiente.

No podía quedarme de brazos cruzados. Tenía que encontrar a TN y asegurarme de que estaba bien, sin importar lo que costara.

—Voy a buscarla —dije, mi voz firme y decidida.

Eijiro me miró con preocupación, pero asintió.

—Cuenta conmigo, Bakugo. No vamos a dejarla sola.

Nos dividimos en grupos y continuamos la búsqueda, cada minuto que pasaba sin encontrarla aumentaba mi desesperación. ¿Dónde podía estar? ¿Estaba herida? ¿Estaba asustada?

El tiempo seguía avanzando, y con cada segundo que pasaba, la esperanza de encontrarla a salvo se desvanecía un poco más. Pero no podía rendirme. Tenía que encontrarla, tenía que protegerla.

La preocupación y la impotencia me consumían, pero no podía permitir que el miedo me paralizara. Seguiría buscando hasta encontrarla, sin importar cuánto tiempo tomara o cuántos obstáculos tuviera que enfrentar. Porque [TN] significaba más para mí de lo que podía expresar con palabras, y no iba a dejar que nada ni nadie le hiciera daño.

El receso terminó y cada uno se fue a sus clases. Mientras caminaba por el pasillo, me encontré con Toga. No le presté mucha atención, estaba demasiado preocupado por [TN], pero justo cuando pasé a su lado, sentí un ligero aroma muy parecido al de [TN]. Me detuve en seco, mirando a Toga con sospecha.

—¿Qué pasa, Bakugo? —preguntó ella, con una sonrisa maliciosa.

—¿Qué has hecho, Toga? —le espeté, tratando de controlar mi rabia.

—¿Yo? No he hecho nada —respondió, encogiéndose de hombros—. Pero me pregunto si tú has sido un buen amigo con [TN].

Su tono y la forma en que lo dijo hicieron que mi piel se erizara. La miré fijamente, tratando de descifrar su expresión. Había algo en sus ojos, una especie de satisfacción que no podía entender del todo, pero que me preocupaba profundamente.

—¿Dónde está [TN]? —insistí, mi voz baja y peligrosa.

—Oh, ¿te preocupa tanto? —rio Toga—. Quizás deberías haber estado más atento antes.

La furia burbujeaba dentro de mí, pero antes de que pudiera hacer algo, ella se alejó, dejándome allí con más preguntas que respuestas.

Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora