Me levanté lentamente, tratando de recuperar la dignidad. Los otros estudiantes murmuraban entre ellos, pero nadie se acercó para ayudarme. Volví a mirar por la ventana, intentando contener las lágrimas que amenazaban con salir.
En ese momento, llegó el profesor Aizawa y todos volvieron a sus puestos y guardaron silencio.
-Buenos días a todos -dijo Aizawa con su habitual tono serio y desapasionado-. Hoy tenemos nuevos estudiantes.
En ese instante, tres alumnos entraron al aula y todos empezaron a murmurar. Podía escuchar claramente lo que decían, que eran muy lindos y guapos. No me interesaba mucho eso, pero aun así levanté la mirada para verlos. Uno tenía el cabello rojo brillante, otro tenía el cabello mitad rojo y mitad blanco, y el último tenía cabellos cenizos, parecidos al rubio pero mucho más claros, y ojos rojos. Los tres se pararon frente a la clase, claramente incómodos bajo las miradas curiosas de los demás.
Sentí un repentino nudo en el estómago, una mezcla de curiosidad y nerviosismo. La llegada de nuevos estudiantes siempre alteraba la dinámica de la clase, y no podía evitar preguntarme cómo serían.
-Por favor, preséntense -dijo Aizawa.
El primero en hablar fue el chico con el cabello mitad rojo y mitad blanco. Su voz era suave pero firme, y su mirada mostraba una intensidad que me dejó sin aliento.
-Shoto Todoroki -dijo, su tono sereno pero con una determinación que me hizo prestar aún más atención.
Luego, el chico de cabello rojo brillante dio un paso adelante, con una sonrisa confiada que iluminaba su rostro.
-Eijiro Kirishima. Un gusto conocerlos -dijo con un entusiasmo que resultaba contagioso.
Finalmente, el último chico, con cabellos cenizos y ojos rojos, miró a la clase con una expresión de desafío. Su voz era fuerte y decidida, casi como si estuviera listo para enfrentarse a cualquiera que se le pusiera en su camino.
-Katsuki Bakugo. No me molesten -declaró, su tono lleno de una autoridad que no admitía discusiones.
Los tres nuevos estudiantes hicieron una ligera reverencia, y luego el profesor les indicó que tomaran asiento. Shoto se sentó cerca de la ventana, justo en el puesto que estaba frente a mí, con una calma que contrastaba con el bullicio de la clase. Kirishima, por su parte, eligió un lugar en el extremo opuesto del aula. Katsuki, con su expresión de impaciencia, se sentó a mi lado.
Durante toda la clase, sentía las miradas de envidia y celos de algunas chicas, notando cómo sus ojos se clavaban en mí por tener a Katsuki sentado tan cerca. La presión era casi palpable, y me resultaba difícil concentrarme en lo que decía el profesor Aizawa. Intenté ignorar las miradas y me esforcé en tomar apuntes, aunque mi mano temblaba ligeramente. A pesar de la tensión, un aroma inesperado me rodeaba. Era dulce y refrescante, una combinación de chocolate y menta que me relajaba un poco, aunque no sabía de dónde venía aquel olor.
Mientras me sumergía en el suave aroma, mi mente se despejaba ligeramente, permitiéndome concentrarme un poco más en la lección. Katsuki permanecía a mi lado, aparentemente ajeno a la conmoción que su presencia generaba. De vez en cuando, me llegaba una ráfaga del misterioso aroma, y empecé a encontrar en ello una especie de ancla que me mantenía centrada. Aun así, no podía evitar preguntarme de dónde provenía y por qué me afectaba tanto.
La clase avanzó con la habitual rutina de lecturas y anotaciones, pero cada tanto me sorprendía mirando a los nuevos estudiantes. Shoto Todoroki, con su seriedad y aura de tranquilidad, parecía absorbir todo con una calma que contrastaba con la intensidad de Katsuki Bakugo, quien, aunque estaba sentado, emanaba una energía contenida y explosiva. Eijiro Kirishima, por otro lado, sonreía y tomaba notas con entusiasmo, claramente decidido a integrarse rápidamente.
Finalmente, la campana sonó, marcando el fin de la clase. Sentí una mezcla de alivio y nerviosismo mientras guardaba mis cosas. Katsuki se levantó de su asiento bruscamente, susurrando algo que no pude entender, y se dirigió hacia la puerta con pasos decididos. A su paso, las miradas de los otros estudiantes lo seguían, algunas con admiración, otras con recelo.
Decidí levantarme y organizar mis cosas con tranquilidad mientras todos salían de la clase casi corriendo. La prisa por salir parecía una necesidad para la mayoría, pero tomé mi tiempo para recoger mis libros y guardar mis apuntes, disfrutando del raro momento de calma después de la tormenta de murmullos y miradas.
Cuando salí del aula, me sorprendió bastante no encontrarme con Toga. Supuse que tal vez se había olvidado de mí, cosa que me alegraba. Caminé por los pasillos que ya estaban un poco vacíos, disfrutando de la calma relativa.
Mientras caminaba, alcancé a ver a Shoto rodeado de chicas justo frente a la salida. Kirishima y Bakugo también estaban juntos, rodeados de un grupo de admiradoras. Entre aquellas chicas estaba Toga, en una esquina, lo que explicaba su ausencia en mi camino. Suspiré aliviada. Al parecer, mi día no iba a ser tan malo después de todo.
Saliendo de la escuela, comencé a caminar hacia casa. Me tocó pasar al lado de ese montón de chicas que rodeaban a Bakugo y a Kirishima. Cuando pasé, sentí nuevamente ese misterioso y agradable aroma de antes, pero también percibí muchos más olores a mi alrededor. Me hacían sentir asfixiada, así que apuré el paso para alejarme de tanta gente y de esos olores que me mareaban.
Durante todo el camino a casa, sentí diferentes aromas mezclados. Era muy extraño; nunca me había pasado esto antes. Cada persona que pasaba cerca de mí tenía un olor diferente y distintivo. El aire estaba cargado de fragancias que me mareaban: algunas dulces, otras picantes, y algunas simplemente inexplicables.
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Gracias por acompañarnos en este capítulo. Nos vemos en las próximas páginas de esta emocionante historia.
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Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)
FanficTener que pasar por discusiones y peleas familiares a diario, soportar las frecuentes humillaciones en la escuela y no tener en quién apoyarse la tenían cansada. Aun así, trataba de seguir adelante con la esperanza de que todo mejorara. ¿Será que el...