Pareció sacudirse de sus pensamientos y me miró directamente.
—Desde que nos conocimos —dije con una pequeña sonrisa, intentando ocultar el dolor que sentía por dentro—. Quería agradecerte por tu amistad, Bakugo.
La palabra "amistad" pareció golpearle con una fuerza inesperada. Su expresión cambió, pero antes de que pudiera analizarlo, continué.
—¿Qué es lo que querías preguntarme? —sonreí, tratando de cambiar de tema, pero con un aire de nostalgia o tristeza.
Con un poco de duda y la garganta seca, Bakugo respondió.
—Me encontré con Toga antes de la reunión —comenzó, observando mi reacción—. Me dijo que sabe que eres omega.
Me quedé helada. Mi rostro palideció y mis ojos se llenaron de terror. Mi vida no podía ser peor. Mi padre volvería antes de lo previsto y ahora Toga, que me odia hasta el alma, sabe que soy omega.
—¿Cómo es que ella lo sabe? —susurré, claramente alarmada—. ¿Qué vamos a hacer?
—Cálmate —dijo Bakugo, intentando tranquilizarme—. Podemos hablar con ella, hacerle entender que debe mantenerlo en secreto.
Le miré con incredulidad.
—¡Ella jamás guardaría mi secreto! —exclamé, casi desesperada. Después de todo, haría lo que fuera para destruirme y hacer que todos se alejen de mí como antes—. Toga siempre ha intentado hacerme la vida imposible.
Bakugo tomó una respiración profunda, intentando pensar en una solución.
—Podemos manejar esto, TN —dijo con determinación—. No dejaremos que Toga arruine todo. Hay maneras de lidiar con esto.
Le miré, mis ojos brillando con una mezcla de miedo y esperanza.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —pregunté, mi voz apenas un susurro.
—Porque no estás sola en esto —respondió, mirándome a los ojos—. Somos amigos, y no dejaré que te hagan daño. Juntos encontraremos una manera de proteger tu secreto.
Las palabras de Bakugo me golpearon con una calidez inesperada. Sentí un nudo en la garganta, pero esta vez no era de miedo, sino de gratitud y algo más profundo que no quería admitir.
—Gracias, Bakugo —dije finalmente, mi voz llena de emoción—. No sé qué haría sin ti.
En ese momento, miré de nuevo a Bakugo, mi expresión aún preocupada. Era imposible que Toga le haya dicho solo eso. Después de todo, conozco sus sucias jugadas.
—¿Toga te dijo algo más? —pregunté, mi voz temblando ligeramente.
Bakugo se quedó en silencio por un momento antes de responder, aunque parecía dudoso. Eso me hizo preocuparme aún más. ¿Qué sería lo que Toga le dijo para que dudara en decírmelo?
—Sí, mencionó algo sobre un incidente que ocurrió el año pasado —dijo, observando mi reacción.
Me tensé, mi rostro reflejando una mezcla de miedo y dolor. Sentí una punzada en el pecho, recordando aquel evento que había marcado mi vida. Antes de que pudiera decir algo más, cambié de tema, intentando desesperadamente escapar de esa conversación.
—¿Has visto los nuevos libros que trajeron a la biblioteca? Hay algunos que podrían ser útiles para nuestro proyecto —dije rápidamente, mi voz forzada y temblorosa.
Era obvio que no quería hablar de lo que Toga había mencionado. Aunque Bakugo quería insistir, decidió respetar mi deseo de cambiar de tema.
—Claro, podemos revisarlos —respondió, siguiéndome la corriente.
Mientras me aferraba a esa distracción, no podía evitar sentir una mezcla de alivio y temor. Alivio porque Bakugo estaba de mi lado, dispuesto a protegerme. Temor porque sabía que el pasado siempre encuentra una manera de alcanzarnos, y el mío estaba peligrosamente cerca de desmoronar la frágil estabilidad que había encontrado junto a Bakugo.
El día siguiente pasó de manera normal, con las clases y todo, excepto que Bakugo, apenas se acabaron las clases, desapareció prácticamente. Se despidió y se fue más temprano de lo usual. Eijiro y yo lo miramos un poco confundidos. Eijiro se rascó la cabeza y dijo que tal vez tenía algo importante que hacer. Asentí un poco dudosa mientras recordaba nuestra conversación de ayer en la biblioteca.
—¿Ya le dijiste a Bakugo? —me preguntó Eijiro, su voz cargada de curiosidad.
Me sonrojé y negué con la cabeza.
—No, todavía no he encontrado el momento adecuado —respondí, evitando su mirada.
Eijiro me miró con una mezcla de simpatía y determinación.
—Deberías decirle, TN —dijo con una sonrisa—. Estoy seguro de que Bakugo te dirá que sí.
Le miré con sorpresa y un poco de esperanza, aunque también con una duda evidente.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —le pregunté, sintiendo mi corazón latir más rápido.
Eijiro dudó por un momento, rascándose la cabeza de nuevo, antes de responder.
—Es... instinto —dijo finalmente, con una pequeña sonrisa—. Bakugo no lo demuestra mucho, pero sé que le importas. Lo he visto en la forma en que te mira, en cómo te trata. Confía en mí, TN.
Suspiré resignada, sintiendo una mezcla de alivio y nerviosismo.
—Está bien, Eijiro. Gracias por el consejo. —le dije, tratando de mostrarme agradecida aunque aún me sentía insegura.
—De nada —respondió él, con una sonrisa
Asentí, sonriendo un poco más sinceramente esta vez. Salimos de la escuela y empezamos a caminar juntos, el ambiente ligeramente más relajado mientras me preparaba mentalmente para la conversación que sabía que tendría que tener con Bakugo.
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Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)
FanfictionTener que pasar por discusiones y peleas familiares a diario, soportar las frecuentes humillaciones en la escuela y no tener en quién apoyarse la tenían cansada. Aun así, trataba de seguir adelante con la esperanza de que todo mejorara. ¿Será que el...