cap 38

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Mientras TN dormía apoyada en mi pecho, no pude evitar sentirme impotente. Quería protegerla y ayudarla, pero no sabía cómo. La idea de que pudiera estar sufriendo y no sentirse segura para hablar me llenaba de frustración y tristeza. Prometí a mí mismo que encontraría una manera de ayudarla, sin importar lo que tuviera que hacer. Sabía que necesitaba ganarme su confianza para que se abriera, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para estar a su lado en todo momento.

Después de un rato, TN se movió ligeramente y emitió un pequeño quejido, como si estuviera teniendo un mal sueño. La abracé con cuidado, usando mis feromonas para tratar de calmarla. Me pregunté cuántos secretos estaba guardando y cuánto tiempo había estado lidiando con todo esto sola. Pero ahora, no estaba sola. Yo estaba aquí para ella, y aunque no lo supiera todavía, no iba a dejar que enfrentara esto sola.

Sentí una mezcla de ira y desesperación al ver la extensión de las heridas que TN tenía en su cuerpo. Mientras levantaba un poco más su prenda, pude ver moretones en diferentes etapas de sanación, y algunas vendas que claramente no habían sido puestas por un profesional. Era evidente que TN estaba ocultando algo grave, y la idea de que alguien la estuviera lastimando me llenó de una furia que apenas podía contener.

Mi mente comenzó a correr, buscando respuestas y soluciones. ¿Quién le estaba haciendo esto? ¿Por qué no me lo había contado? ¿Cómo podía protegerla si ni siquiera sabía contra qué estaba luchando? Me sentí impotente, pero también más decidido que nunca a descubrir la verdad.

Con cuidado, bajé su prenda nuevamente y la acomodé para que estuviera más cómoda. No quería despertarla, especialmente si su descanso era tan escaso últimamente. Pero sabía que eventualmente tendríamos que hablar de esto. No podía dejar que siguiera sufriendo en silencio, y aunque no quería presionarla, necesitaba encontrar una manera de hacerle saber que estaba aquí para ella, que podía confiar en mí.

Mientras TN seguía durmiendo, me quedé a su lado, manteniendo un ojo en ella y pensando en los próximos pasos. Sabía que tendría que manejar esto con delicadeza; lo último que quería era asustarla o hacerla sentir más insegura. Pero también sabía que el tiempo era esencial. Cada día que pasaba, el riesgo para su bienestar aumentaba, y no podía quedarme de brazos cruzados mientras la persona que amaba sufría.

Estaba decidido a hablar con ella tan pronto como se despertara. Iba a ofrecerle mi apoyo, sin importar lo que estuviera pasando. Y si era necesario, iba a protegerla de cualquier amenaza, incluso si eso significaba enfrentarme a sus peores temores. No permitiría que nadie le hiciera daño, no mientras yo estuviera aquí.

TN se despertó lentamente, parpadeando para despejar la somnolencia. Al abrir los ojos y verme, se tensó ligeramente, como si estuviera recordando dónde estaba.

-¿Cómo te sientes? -le pregunté suavemente, tratando de sonar casual.

Ella me miró, luego rápidamente desvió la mirada. -Estoy bien -respondió, su voz apenas audible. Intentó sentarse, pero se movió con cuidado, como si cada movimiento le causara dolor.

Intenté abordar el tema con tacto. -TN, he notado que... -empecé, pero ella me interrumpió rápidamente, cambiando el tema de manera abrupta.

-¿No tenemos un examen de matemáticas la próxima semana? Debería repasar un poco... -dijo, mirando a su alrededor como si buscara algo en lo que centrarse.

Frustrado, pero sin querer presionarla demasiado, dejé que el tema se desvaneciera por el momento. Sin embargo, mi preocupación creció con cada día que pasaba. TN comenzó a faltar a clases, y cuando intenté contactarla, no recibí respuesta. Los mensajes y llamadas se quedaron sin contestar, y todos en nuestro grupo de amigos empezaron a notar su ausencia.

Mi preocupación se convirtió en una inquietud palpable, especialmente porque era mi novia y tenía la responsabilidad de cuidarla. Decidí que tenía que hacer algo, así que fui a su casa, con la esperanza de encontrar respuestas.

Cuando llegué, la madre de TN me abrió la puerta, y pude ver el desconcierto y la preocupación en su rostro. Se veía cansada, con ojeras oscuras y un aire de nerviosismo que no podía ocultar.

-¿Bakugo? ¿Qué haces aquí? -preguntó, intentando mantener una sonrisa, pero su tono era forzado.

-Vine a ver a TN. No ha estado contestando mis llamadas y mensajes, y estoy preocupado -dije, tratando de mantener la calma. Pero la respuesta de su madre me puso en alerta.

-Oh, ella está... descansando. Ha estado un poco enferma, nada serio, pero creo que es mejor que vuelvas otro día -respondió, intentando cerrar la puerta suavemente.

Me negué a irme. -Necesito verla, solo para asegurarme de que está bien -insistí, dando un paso adelante. En ese momento, TN apareció en el pasillo.

Cuando vi a TN con ese moretón en el rostro, mi corazón se hundió. La marca era clara, y no había duda de que había sido golpeada. La preocupación se convirtió en pánico al ver el terror en sus ojos. Ella retrocedió rápidamente, tropezando y cayendo al suelo con un sonido sordo.

Me agaché para ayudarla, pero al intentar acercarme, una voz masculina fuerte y amenazante me detuvo.

-¿Qué está pasando aquí? -dijo el padre de TN, su voz cargada de una autoridad fría y calculadora. La presencia del hombre era imponente, y el aire se volvió más tenso al instante.

El padre de TN, con una expresión de disgusto, miró a Bakugo sin reconocerlo. Bakugo intentó explicar la situación, pero antes de que pudiera decir que era el novio de TN, ella lo interrumpió, poniéndose rápidamente frente a él.

—Él... él es solo un amigo de la escuela, papá —dijo TN con una voz tensa, casi alterada. Se giró hacia Bakugo, su expresión era una mezcla de súplica y miedo. En un susurro casi inaudible, agregó—: Por favor, vete.

Bakugo quiso protestar, su instinto protector queriendo intervenir, pero la mirada suplicante de TN lo detuvo. Había tanto miedo y desesperación en sus ojos que no pudo ignorarlo. Aunque todo su ser le decía que no se fuera, sabía que, por ahora, era lo mejor para evitar que la situación se agravara aún más.

El padre de TN lo miró con desdén y frialdad. —No vuelvas a acercarte a mi hija, muchacho. No quiero problemas —dijo con una voz amenazante.

Bakugo apretó los puños, luchando contra la rabia que hervía dentro de él. Quería enfrentar al hombre, proteger a TN de cualquier daño, pero sabía que actuar impulsivamente solo empeoraría las cosas. Miró a TN una última vez, sus ojos llenos de promesas silenciosas de que haría algo al respecto, de que no la dejaría sola en esto.

Finalmente, con el corazón pesado y una sensación de impotencia, Bakugo se dio la vuelta y salió de la casa. Mientras se alejaba, la tensión en el aire se sentía cada vez más opresiva, y el sonido de la puerta cerrándose detrás de él resonó como un eco en su mente. Sabía que no podía dejar las cosas así, pero también entendía que necesitaba un plan y apoyo para ayudar a TN de manera efectiva.

Al irse, sentía la frustración y la ira crecer dentro de él, pero también una determinación férrea de proteger a TN, no importa lo que eso significara.

Verdades Ocultas (Bakugo X Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora