El hijo del Vizconde Roteschu era Alan.
Alan Roteschu.
Rashta se mordió el labio. Él era el hombre que Rashta una vez amó, el hombre que después la abandonó, y...
Era el padre del bebé.
«¡Esto no es lo que prometiste!»
La ira de Rashta estalló. El Vizconde había dicho que mantendría todas las figuras del pasado en secreto, y ella no tuvo más opción que dudar de sus intenciones. Él chasqueó su lengua.
«¿No es lo que prometí? ¿Cuándo prometí mantener al bebé encerrado?»
«No te pedí eso.»
«Bueno, no hay necesidad de revelar al bebé a la sociedad.»
«¿Qué hay de Alan o Rivetti? ¿Se quedarán en tu mansión cuando lleguen? ¿¡Y si tus hijos hablan de Rashta en la sociedad!?»
«Ni siquiera saben que eres la concubina del Emperador.»
«¿Por cuánto?»
«Si se enteran, puedo mantenerlos disciplinados.»
A pesar de sus garantías, Rashta se sentía intranquila.
«No te preocupes. Alan es el padre de tu hijo, ¿no?»
«¡!»
«Él mantendrá la boca cerrada por el bien de su bebé.»
Ella todavía no podía calmarse. No había manera de creerle a un hombre que ya había roto su promesa una vez.
«No hay otra opción. Alan es mejor cuidando a Ahn de lo que esperaba, así que no podemos excluirlo.»
«¿Ahn?»
«El nombre de tu hijo.»
Los ojos de Rashta temblaban cuando él hablaba de su hijo. El Vizconde continuó sin perder el ritmo.
«¿Qué piensas acerca de esto? ¿Quieres conocer a tu hijo?»
Rashta dio una respuesta sorpresiva.
«No.»
Habló sin vacilar, pero su expresión decía otra cosa. Ante el silencio posterior, el hombre soltó una corta risita, y después salió de la habitación.
Rashta comenzó a caminar por la habitación de un lado a otro, sus labios estaban apretados en confusión. Había llevado a su bebé por diez meses, y lo amaba con todo su corazón. Tan pronto como se recuperó del doloroso parto, su bebé fue dado por muerto. El impacto de eso la volvió loca, y había vivido en un estado de dolor y angustia por meses, hasta que decidió huir de la propiedad del Vizconde Roteschu, decidida a morir.
Pero ahora el Vizconde afirmaba que el bebé estaba vivo, el enemigo y el amante que la había abandonado, ahora estaban criando a ese bebé. Él había dicho que el bebé había muerto para llevarla a la locura, y ahora decía que el bebé estaba vivo para llevarla a la locura nuevamente. Rashta estaba cansada de ser manipulada por algo que nunca había visto. Era como si su propio hijo la hubiera tomado del tobillo y la arrastrara a lo más profundo. No obstante, no podía evitar preocuparse por él al mismo tiempo.
Rashta dejó de dar vueltas por la habitación y se derrumbó entre lágrimas.
***
«¿Qué se siente tener un bebé?»
La habitación quedó en silencio. Levanté la vista del libro y observé mi alrededor. Las damas de compañía estaban mirándose entre sí con expresiones rígidas.
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La emperatriz divorciada
RomanceNaviera que era la perfecta emperatriz del gran imperio, su esposo, que es el emperador, quiere hacerse el emperador de gobierno y decide divorciarse. y ella dice "aceptaré el divorcio, pero si no puedo ser emperatriz aquí, seré emperatriz en otro l...