De Camino Al Imperio Oriental

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La pregunta de Heinley dejó mi mente completamente en blanco.

¿Cuándo será mi amado esposo? Ya lo es, ¿no?

Pero imagino que no se refiere a esto.

¿Quiere que le dé amor?

Estoy confundida.

Pensé en mi relación con Sovieshu, pero nunca tuve una conversación como esta con él. Esas experiencias eran completamente inútiles.

Mientras dudaba, Heinley murmuró con un leve suspiro.

«Tiene los ojos como los de un conejo sorprendido.»

«¿Yo...?»

«Respóndeme en otra ocasión, Reina.»

***

Después de que Heinley se marchara.

Apoyé mi cabeza contra el marco de la ventana, sentí mi sien enfriarse al tocarlo.

No lo sabía, pero mi rostro parecía haberse calentado. Cuando puse mis manos sobre mis mejillas, estaban realmente calientes.

Me pregunto si es porque Heinley es... más joven que yo. O tal vez porque es un playboy. Pero, dice cosas dulces de forma muy espontánea.

No me disgustaba, sin embargo...




Mientras estaba pensando en eso, llamaron a la puerta.

Abrí la puerta para ver si era Heinley de nuevo, pero quienes entraron fueron Rose y la Condesa Jubel.



¿A dónde habían ido? Tenían cestas llenas de fruta.

«¿Qué estaban haciendo?»



«Fuimos a un huerto que está en el palacio real, Su Majestad.»

«Las cortaremos para usted.»



Mientras las dos estaban sentadas en el sofá, cortando las frutas y sirviendo bocadillos en un plato, yo miraba aturdida por la ventana.

Entonces, pensé en lo que Heinley me había dicho sobre ir al Imperio Oriental.



Si voy, mis damas de compañía irán conmigo, así que por supuesto debo decírselos.«Su Majestad el Rey estuvo aquí hasta hace poco.»


«¿Su Majestad?»



«No creo haberlo visto cuando...»

«Vino por la ventana. Sólo quería decirme dos noticias.»



Rose, que había terminado de cortar las frutas, dejó el cuchillo y me miró. La Condesa Jubel dejó el plato de bocadillos en la mesa de té y también esperó mi respuesta.

«La fecha de nuestra boda ha sido fijada.»



Sus caras se iluminaron ante mis palabras.


«¡Por fin...!»

La emperatriz divorciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora