Pensar Un Paso Por Delante

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El Duque Elgy dijo decididamente mientras sonreía,«Suena como si dijeras esas palabras por impulso, como disculpa.»

Sin embargo, no era tan frío como antes.

Rashta se dio cuenta de eso y miró al duque llena de esperanza.


«Me parece que Rashta está confundiendo sus sentimientos ahora mismo porque su relación con Su Majestad el Emperador no es buena. ¿O está fingiendo que está confundida a propósito?»



«Es en serio. Realmente es en serio. Sólo pensar que el Duque Elgy se va es tan doloroso, ¿cómo podría esto no ser amor?»

Rashta habló apresuradamente y abrazó al Duque Elgy por la espalda.



«Por favor, sé mi amante, Duque.»

El Duque Elgy tenía una expresión de sorpresa en su rostro. De hecho, realmente estaba sorprendido.



¿Amante?

No era extraño que un miembro de la familia real de otro país se convirtiera en amante de la emperatriz o del emperador.



Sin embargo, este caso era un poco diferente.

«Yo también tengo sentimientos hacia Rashta, así que convertirme en su amante no es el problema.»



«¿Entonces qué?»

«Rashta no tiene poder como emperatriz, ni fuerzas. Desafortunadamente... ahora es una emperatriz sólo de nombre.»

«¡!»



«No seré siempre una emperatriz sólo de nombre. Puedo prometerlo.»

«Eso está fuera del alcance de Rashta.»



El orgullo de Rashta fue herido.

Cuando el Duque, que siempre había dicho palabras esperanzadoras, dijo esto, no quería oírlo aunque fuera verdad.



Pero el Duque Elgy finalmente retiró su mano del pomo de la puerta y se dio la vuelta, por lo que dejó de pensar en eso y lo miró ansiosa.

«Pero si al firmar el contrato de amante, Rashta me da un regalo de gran valor, las personas podrían reírse menos.»



«¿Un regalo?»

Rashta se apresuró a preguntar, recordando la enorme cantidad de joyas y vestidos que recibió de Sovieshu tras firmar el contrato de concubina.



«¿Qué quieres? ¿Dinero? ¿Joyas?»

«De eso tengo mucho. Tanto que nunca terminaría de contar.»



«Entonces...»

El Duque Elgy fingió reflexionar y exclamó, «¡Ah! Un territorio. Dame un terreno cercano a la costa.»

La emperatriz divorciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora