La Atención De Heinley

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Al salir de la habitación de Rashta, el Duque Elgy se dirigió inmediatamente a la oficina de Sovieshu.

Sovieshu frunció el ceño por un momento al ser informado de su visita, pero le permitió entrar. Él también quería hablar con el Duque Elgy.

«Me alegro de ver a Su Majestad.»

Al entrar en la oficina de Sovieshu, el Duque Elgy le saludó como un noble respetable.

Sovieshu miró a Elgy con ojos llenos de hostilidad y desagrado.

Hace unos días, había tratado de enviar al Duque Elgy de vuelta a su país utilizando como excusa el escándalo con Rashta.

Pero después de lo ocurrido, Sovieshu también tenía curiosidad. ¿Qué buscaba exactamente el Duque Elgy?

Al principio pensó que le odiaba, pero después de que se atreviera a llevar al primer hijo de Rashta al templo, parecía ser un odio no contra él, sino contra Rashta.

Sin embargo, parecía ocultar algo. En cualquier caso, ahora tenía la oportunidad de saber la respuesta.

Después de pensarlo, Sovieshu ocultó su despreció y preguntó con calma,

«El día de la prueba, ¿por qué fuiste al templo?»

«Porque no sabía qué hacer con el pobre niño.»

«Hablo en serio, Duque Elgy.»

«Ya veo. Entonces seré preciso.»

Asintiendo ante las palabras de Sovieshu, el Duque Elgy puso la caja que antes había sorprendido a Rashta sobre el escritorio y mostró su contenido. El documento y los pagarés cuidadosamente organizados fueron revelados.

Los ojos de Sovieshu se fueron abriendo lentamente a medida que pensaba de qué se trataba.

«Aunque el dinero prestado no pueda ser devuelto, al menos quisiera tomar el puerto.»

***

«¿Por qué quiere verme?»

Cuando pregunté desconcertada, la Condesa Jubel sacudió la cabeza.

Detrás de la puerta frente a mí, el Duque Liberty estaba esperando a que lo dejara entrar. No sabía para qué quería verme.

Su visita fue muy inesperada.

He oído que el Duque Liberty se había resignado últimamente como el Marqués Ketron, pero a diferencia del Marqués, que estaba colgado boca abajo como un murciélago, el Duque Liberty sólo se inclinaba ligeramente para no perder su honor de alguna manera.

Me sorprendió que viniera a verme de repente, sería diferente si fuera Heinley. Desde que quedé embarazada, no hacía más trabajo que el necesario, y tenía que aplazarlo cada vez que me sentía un poco cansada o indispuesta.

No había ninguna razón para que el Duque Liberty me visitara, ni personal ni laboral.

Sin embargo, al pensarlo detenidamente... el Duque Liberty nunca se enfrentó directamente a Heinley ni a mí, aunque había sido un ayudante cercano de Christa, no tenía su sangre.

Es el tipo de persona que puede cambiar de parecer en cualquier momento. Entonces, ¿vino aquí porque quería ponerse de mi lado? ¿También tenía que ver con Wihan?

«Déjalo entrar.»

En vez de tratarle con frialdad, le saludé con una sonrisa al entrar. Aunque teníamos diferencias, no había necesidad de ser enemigos abiertamente.

Después de eso, él comenzó a hablar como cualquier otro noble, e intercambiamos comentarios de cortesía mientras abordábamos temas de la alta sociedad, del Imperio Occidental y de Whitemond.

La emperatriz divorciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora