Venganza

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Los rayos del sol se abrieron paso entre las nubes, tiñendo el cielo de rojo, pero con el tiempo el rojo se convirtió lentamente en azul.

El Vizconde Roteschu deambulaba con un rostro sombrío por las calles donde los rastros del día rojizo se iban desvaneciendo.

'De repente, una chica salió corriendo como si estuviera huyendo de algo, los que caminaban a su alrededor se detuvieron a mirarla. Fue extraño. Parecía una escena de terror.'


Estaba recordando una historia que había escuchado de un niño pequeño.

El niño se asustó tanto por la escena que se fue a casa inmediatamente, por lo que dijo que no sabía quiénes eran las personas, o qué había pasado.

Pero a través de un borracho, se enteró de que una persona había estado ofreciendo bebida y comida gratis en un bar no muy lejano ese día.

Esa persona quería celebrar con todos que había tenido un buen día, así que la gente corrió al bar embriagada por el pequeño ambiente festivo.

Incluso los niños pequeños, que jugaban al pilla-pilla en los callejones, fueron allí con sus padres ese día, y se alegraron al recibir dulces. Los verdaderos transeúntes que normalmente habrían pasado por esas calles estaban en el bar.

'Despejó las calles a propósito.'


El Vizconde Roteschu rechinó los dientes. Estaba convencido de que alguien había atacado a Rivetti.

Pero no podía imaginar quién lo había hecho. ¿Quién estaría dispuesto a deshacerse de Rivetti a costa de tanto dinero?

Aunque Rivetti era inmadura, no era el tipo de persona que despertaría un odio tan profundo.

«Ah...»

Pero al leer el periódico del día, dejó de lado la investigación.

Cuando salió a buscar a Rivetti, el Vizconde Roteschu temió que Alan se metiera en problemas.

De hecho, había ocurrido un escándalo en el que estaba involucrado.

La princesa que dio a luz Rashta no era hija del emperador, sino del mismo hombre con el que tuvo su primer hijo.

Cualquier persona normal habría dicho,
'¡Dios mío, qué locura!'
Pero éste no era el caso del Vizconde Roteschu.

¡Porque
'el primer hijo de la Emperatriz Rashta'
era su nieto!

Al ver varios artículos sobre esto en el periódico, sintió que la cabeza le iba a explotar.

La gente hablaba de esto con entusiasmo, pero él se sentía abrumado y envejecido. Le costaba incluso pensar.

Mientras no se conociera al padre, la responsabilidad de haber engañado al emperador recaería únicamente en la propia Rashta.

Sin embargo, en este caso su hijo había sido considerado el padre.

El hecho de que el primogénito de Rashta fuera su hijo podría haber sido ignorado por el emperador, pero no que la princesa también fuera su hija.

'Nunca hablé de Alan, ni siquiera cuando ese maldito bastardo de Koshar me cortó la oreja. ¿Por qué ahora?'


Aunque el Vizconde Roteschu quería repetir la prueba, sabía que no tenía la capacidad de hacerlo, lo que agudizó su dolor de cabeza.

Había establecido muchas conexiones con el dinero que recibía de Rashta, pero ¿estarían estos amigos dispuestos a asumir una tarea tan arriesgada?

Sólo era el señor de un pequeño territorio sin influencia. No estaba seguro de que alguien le fuera a escuchar. En medio de esto, se enteró de que el Emperador lo estaba buscando. Su miedo no hizo más que aumentar.

La emperatriz divorciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora