ꜱᴀʟᴍᴏ 4

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Mi nuevo mejor amigo y un Dios dispuesto a todo por mi

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Mi nuevo mejor amigo y un Dios dispuesto a todo por mi.

Mi grito resonó en toda la cabana unas manos sostuvieron mis brazos pero comencé a pelear queriendo alejarlas de mi cuerpo, pataleo y arañó las manos que me sostienen.

Siento que algo tibio baja por mis mejillas y como mi garganta se seca, mis uñas se clavan con fuerza en la piel de aquel que me mantiene sujeta mientras que de mi boca salen palabras de auxilio.

Esos mismos brazos me alzan, comienzo a sollozar pidiendo que me suelten, de repente, el agua helada golpea mi cuerpo como una cachetada fuerte, las manos se alejan de mi cuerpo y solo el agua me abraza.

Como si sintiese mi temor hace un círculo a mi alrededor manteniéndome alejada de esa persona y cubriéndome por completo en un torbellino, sollozó en voz baja aun asustada, ahora mis manos cubren mi rostro.

—Cuenta hasta veinte, Lia. Respira.

Escuché la voz de esa persona algo opaca por culpa del agua a mi alrededor, a pesar de mi miedo, respire hondo y comencé a contar hasta diez, pero lo único en lo que podía pensar era en lo mucho que deseo que mi mami esté aquí conmigo.

Quiero a mi mama.

—Respira Lia, respira.

El agua comenzó a bajar dejando de cubrir mi cuerpo, sollocé por última vez mientras regulaba mi respiración, quite las manos de mi rostro y abrí mis ojos con lentitud.

Estaba en la gran fuente de la cabana, el agua se removió levemente como preguntando si estaba bien, mis dedos tocaron el agua con suavidad, alce mis ojos topandome con esos chocolates que tanto me encantan.

Dionisio estaba sentado en la orilla con sus manos entre su chaqueta mirando como un cachorro abandonado, con deseos de acercarse pero no iba hacerlo hasta saber que ya estaba bien.

—No tienes que hablar—Susurro con voz suave—Solo asiente a lo que te preguntare.

Moví levemente mi cabeza en asintiendo.

—¿Fue una pesadilla?

Asentí.

—¿Fue sobre tu hermano?

Negue.

—¿Tu mama?

Negue.

—¿Yo?

Asentí.

—No tienes que estar asustada, solo fue una pesadilla, las pesadillas no pueden hacerte daño.

—Pero me asusto mucho—Susurré, sintiéndome como una niña—Se sintió muy real.

—Hablaré con Morfeo, vere que puedo hacer para que ya no tengas esos sueños horribles.

ᴇɴᴛʀᴇ ᴅᴏꜱ ᴍᴜɴᴅᴏꜱ| ᴰⁱᵒⁿⁱˢⁱᵒ ᴰ'ᴼˡʸᵐᵖᵘˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora