"Al nacer, el universo tuvo su momento estelar: las flores se inclinaron, el cielo se aclaró, los pajaritos entonaron su melodía más hermosa y el sol brilló con más fuerza. Según mamá, todo esto sucedió gracias a mi llegada, ¡y quién soy yo para con...
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"Los muertos no pueden revivir, pero los heridos pueden sanar."
—Siempre he pensado que escogiste mal —declaró Merlia con voz firme, su látigo cortando el aire con un silbido mortal antes de golpear con fuerza el pecho de Cronos—Escogiste fatal.
El titán sostuvo el arma entre sus manos con desdén, desafiante, pero Merlia no retrocedió, su determinación ardiente en sus ojos.
Cronos la atrajo hacia él con un gesto despectivo, pero Merlia se mantuvo firme, resistiendo el tirón y contraatacando con una ferocidad renovada. Un brillo de impaciencia cruzó los ojos del titán mientras esperaba las siguientes palabras de la semidiosa.
Merlia clavó su mirada en Cronos con determinación, su voz resonando en el aire con una risa desafiante mientras pronunciaba sus palabras cargadas de significado y desafío.
—Si tan solo hubieras tenido un poco de paciencia —dijo ella, su tono impregnado de sarcasmo—, si no hubieras sido tan impaciente, Percy habría sido tu mejor opción desde el principio.
El eco de sus palabras se desvaneció lentamente en el aire tenso entre ellos.
—Solo dices estupideces —respondió Cronos con desdén, pero Merlia no se dejó intimidar.
—No, idiota —replicó, soltando su látigo que golpeó a Cronos con fuerza por la gravedad—. Percy siempre ha sentido desprecio hacia los dioses, eso es algo que deberías haber sabido. Si le hubieras ofrecido el mismo trato que a Luke, él lo habría aceptado sin dudarlo. No habría conocido a Annabeth Chase, no habría formado este ejército en tu contra. Pero tú, con tu impaciencia...
—Mi primera opción eras tú —interrumpió Cronos con una sonrisa maliciosa, saboreando el momento en que tenía la completa atención de la semidiosa.
Merlia no pudo evitar sentirse sorprendida por esa revelación. Cronos continuó, deleitándose en sus palabras mientras describía el poder y la peligrosidad que ella representaba como hija del mar, capaz de desatar tormentas y sumergir barcos enteros con una simple rabieta.
—Tu odio hacia todos, incluso hacia aquellos a los que decías amar, te hacía peligrosa. Una hija de un Dios sin límites, eso... eso es una verdadera joya en una guerra como la que estamos librando, una guerra de los tiempos de la gran Gaia. Contigo a mi lado, no había guerra porque ya hubiésemos derrotado al Olimpo.
Merlia mantuvo su rostro serio, pero en su interior, una tormenta de emociones se desataba. Ya no era la misma Merlia que había odiado a todos sin excepción. Ahora era diferente, había cambiado.
Amaba incluso a hasta aquellos que debía odiar, porque el odio es fuerte pero el amor es aún más fuerte y es el sentimiento más peligroso de todos, por amor eres capaz de matar naciones enteras, mientras que por el odio te limitas.
—Eres tan buena guerrera—Habló Cronos riendo—Pero te distraes fácil.
