ᴄᴀɴᴛᴏ 2

409 71 6
                                    

Es mio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Es mio.

—Puedo romper el compromiso si lo quieres.

Mire a mi padre con los ojos abiertos con completa sorpresa, mi día había empezado con una habitación vacía, un lado de la cama vacío porque Dionisio no volvió.

Los sirvientes estaban más torpes que de costumbre, las panteras estaban atacando a cualquier persona que se les acercara porque sentían peligro y mis nervios estaban al tope, mi padre vino a visitarme para hablar sobre la situación de Percy y me acaba de decir esa estupidez.

—Padre, no romperé mi compromiso con Dionisio.

—Hable con Anfitrite, tenemos varios castillos en el mar profundo, hay uno que tiene tu nombre es tuyo desde que naciste, puedes ocuparlo, te daré un cargo en mi consejo y podrás participar en el mundo celestial abiertamente.

—Padre...

—Piensalo, serás una Diosa del mar como Rodó y sus hermanas, estarás más tranquila en el mar.

—No me iré—Dije soltando una leve risa—Este templo es mi hogar, me siento cómoda aquí, y estoy cerca de mi madre y Percy.

—Y cerca de Dionisio.

—Pense que ya lo habias aceptado padre—Dije con dureza—Es mi prometido, el hombre que amo y quien iba hacer padre de mi hijo.

—Iba.

—Y será, porque le daré hijos eventualmente, entonces hasta la idea o no me volverás a ver.

—No vine a discutir—Poseidón suspiro—Vine a verte y a saber cómo estabas.

—Mucho mejor, estoy pintando, nado de vez en cuando, decoro cuando me aburro, estoy bien papá.

—Me alegro mi princesa—Padre beso mi frente—Percy sigue en el laberinto junto con Grover, Annabeth Chase y Tyson, no se cuanto duraran ahí pero espero que salgan más rápido de lo que pienso.

—Supe que Hera los visito.

—Si, y dejame decirte que Annabeth Chase tiene una lengua afilada como su madre, al igual que Percy.

—Lo criamos las mejores—Tarareo riendo, padre sonríe mirándome—Se que ya tienes que irte, gracias por venir padre.

—Gracias por recibirme mi hija adorada.

Lo vi marcharse y suspire adentrándome al templo, sacudí mi túnica roja como el vino, mire las joyas en mi mano que fueron regalos de los Dioses, pero principalmente el anillo en mi dedo anular, brillando con fuerza.

Y como si fuese gracioso un rayo de sol le dio de lleno haciendo brillar el diamante azul en él, mi anillo de compromiso, mi joya más preciada de todas. Detuve mi paso al ver como una de las panteras, Vinotero para ser mas exactos amenazaba a las Ménades con atacarlas.

ᴇɴᴛʀᴇ ᴅᴏꜱ ᴍᴜɴᴅᴏꜱ| ᴰⁱᵒⁿⁱˢⁱᵒ ᴰ'ᴼˡʸᵐᵖᵘˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora