"Al nacer, el universo tuvo su momento estelar: las flores se inclinaron, el cielo se aclaró, los pajaritos entonaron su melodía más hermosa y el sol brilló con más fuerza. Según mamá, todo esto sucedió gracias a mi llegada, ¡y quién soy yo para con...
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Los dioses son reales, y estan buenísimos, (principalmente Dionisio)
—¡No puedo evitarlo!
—¡Si puedes, deja de darles miraditas!
—¡Perseus!
—¡Merlia!
Ambos hermanos se miraron con el ceño fruncido, ojos de casi el mismo color asesinándose con la mirada, Sally Jackson la madre de ambos suspiro en asiento del conductor. Apunto de sufrir una jaqueca por culpa de sus dos hijos.
Percy había sido expulsado de su escuela, de nuevo, y Merlia estaba siendo quisquillosa al respecto de entrar a la universidad cuando cumpliera los dieciocho, recién tenía quince pero estaba siendo muy incómodo de hablar con ella durante los últimos meses, solo parecía abrir su boca para preguntar sobre su padre, en un intento de calmar las cosas Sally ofreció que fuesen Montauk, sabiendo que a ambos niños le encanta ese lugar.
Pero se detuvieron en una gasolinera, Merlia fue a la tienda a comprar algo y Percy vio como esta era coqueteada por el chico que atendía, cosa que le molestó mucho a Percy.
No existía nadie en el mundo más celoso con su hermana mayor, que Percy Jackson.
—Percy, Merlia, dejen de pelear.
—¡El empezó!
—¡Ella empezó!
Sally suspiro con cansancio, el viaje hacia Montauk fue un poco corto para su gusto, al llegar Percy y Merlia dormían como si no hubiese sucedido nada, como si horas atrás no hubiesen estado discutiendo.
No pudo evitar dejar caer una lágrima que limpio con rapidez al ver como su hija mayor se despertaba con una hermosa sonrisa en sus labios, Merlia es la única persona que Sally y Percy conocen que nunca deja de sonreír, nunca.
—¡Está lloviendo! —Murmuró Merlia emocionada—¡Mamá, tenemos que correr!
—Lo haremos, Merlia—Susurró Sally besando la frente de su hija—Nosotros siempre corremos por la lluvia.
...
Ese fue el primer recuerdo que tuvo de Merlia, ni siquiera sabia quien diablos era hasta que soñó con ella, lo atribuyo a su gran obsesión con los libros de Percy Jackson, y que por eso soñaba con que ella era parte de ese maravilloso mundo.
Se llamaba Arianna Smith, quedo huérfana desde muy pequeña y su abuela se encargo de cuidarla hasta que falleció de vejez cuando Ariana tenía veinte años, tuvo que valerse por si misma, comenzar a trabajar y a estudiar al mismo tiempo.
Lamentablemente, el destino tenia otro plan para Ariana. Los sueños no se detuvieron, no noto las señales hasta que un día, de camino a su trabajo, tuvo un accidente automovilístico y murió.
