Mako estaba ayudando a su madre a preparar la comida para su padre y su hermano, aunque le había costado un poco acostumbrarse a su presencia, pronto supo que eso no era raro para Shunrei, con quien su madre biológica se llevaba bastante bien.
—Mako, pásame la carne, por favor—Dijo su madre, Makoto, y ella asintió, dándole el recipiente con el relleno de los gyoza.
—Tu comida es la mejor, mamá, y junto al té de mamá Shunrei es un verdadero banquete celestial—Dijo Mako, mirando a su madre cocinando, quien sonrió ante los comentarios de su hija.
—Oh, Mako, creéme, esto no es nada—Dijo Makoto sonriendo, antes de poner los gyozas ya rellenos en la vaporera de bambú —Ahora, ven, hay que preparar el almuerzo de tu padre y de tu hermano—Dijo Makoto y Mako asintió.
Mako, al tomar los recipientes para guardar la comida de su padre y de su hermano, miró el anillo sobre su dedo medio, y su mirada se llenó de melancolía al recordar que ya no era capaz de usar su armadura.
Su madre notó esto y puso una mano sobre la espalda de su hija —No te preocupes, Mako, estoy segura de que pronto podrás volver a ocuparla—Dijo Makoto y su hija sonrió con tristeza.
Makoto abrazó a su hija y le dijo maternalmente —Es normal tener dudas después de lo que viviste, Makoto... incluso tu padre y yo llegamos a tenerlas en nuestra juventud al haber perdido una batalla—Dijo Makoto, sorprendiendo a su hija.
—¿Tú tuviste estas dudas alguna vez, mamá?—Preguntó su hija y ella asintió —¡Claro! Después de haber derrotado a cada enemigo al que mi princesa y mis compañeras nos enfrentamos, las dudas siempre llegaron a mí—Dijo Makoto.
—Pero cuando un nuevo enemigo aparecía, las dudas se disiparon, recordaba por qué luchaba y eso me daba nuevas fuerzas, me volvían más fuerte... y fortalecían a mi voluntad de hierro—Dijo Makoto.
Mako miró a su madre sorprendida —Pero nuestra batalla ya terminó—Dijo ella y Makoto negó con la cabeza —La batalla de un caballero no termina nunca, hija mía, y por eso su voluntad es inquebrantable—Dijo Makoto y Mako la abrazó.
Makoto sonrió ante el gesto y acarició la cabeza de su hija —Te has vuelto fuerte, hija mía, despertaste el séptimo sentido, y además aprendiste a usar el Cosmos de nuestro guardián, Júpiter—Dijo Makoto, tomando delicadamente el mentón de su hija para mirarla a los ojos verdes idénticos a los suyos —Sé que lograrás volver a usar tu armadura—Dijo finalmente.
—Ahora vamos, hay que empacar los almuerzos, y después iremos a la ciudad de compras ¿Te parece bien?—Le preguntó Makoto y Mako asintió y sonrió en respuesta —¡Sí, mamá!—Dijo Mako.
Ambas terminaron de empacar los almuerzos y se dirigieron a la cascada, donde Mako vio a Ryuho teniendo dificultades en su entrenamiento.
—¡Papá, hermano, el almuerzo ya está aquí!—Dijo Mako sonriendo.
Shiryu dejó de meditar y se levantó para tomar la mano de Makoto, que aún sostenía el almuerzo de su esposo —Gracias, Makoto, tu comida sigue siendo tan deliciosa como cuando éramos jóvenes—Dijo Shiryu.
Makoto se sonrojó con fuerza ante las palabras de su esposo, y desvió levemente el rostro, avergonzada hasta la médula —Aquí no, Shiryu—Dijo Makoto.
Shiryu besó la mejilla de su esposa y tomó el almuerzo de su mano, causando una mirada de asco en sus dos hijos.
—Dejen de coquetear enfrente de nosotros—Dijo Mako, incapaz de soportar tanta cursilería.
—Si nos dejaran darles un hermanito...—Dijo Shiryu, haciendo que el rostro de Makoto se volviera totalmente rojo —¡Shiryu!—Le gritó en reclamo Makoto —Sería lindo volver a tener un bebé—Dijo Shiryu, realmente meditando la posibilidad.
Makoto negó con la cabeza, un poco divertida, ante las palabras de su esposo, y mejor se giró a ver a Ryuho con una sonrisa —Ryuho—Lo llamó y el chico la miró —¿Te gustó la comida?—Le preguntó y él sonrió antes de dar otro bocado al gyoza que tenía entre sus palillos —Sí mamá, está tan deliciosa como siempre—Dijo su hijo, sacando una sonrisa de los labios de Makoto.
Miró a Shiryu, y por su mirada, pudo deducir que las cosas no mejoraban, pero tampoco parecían empeorar, algo que la alivió bastante.
—Hablé recientemente con Yaten y los chicos, envían sus saludos—Dijo Makoto.
Shiryu asintió a las palabras de su esposa —Ya veo—Dijo Shiryu y Makoto lo abrazó —No seas tan duro con él, Shiryu—Le susurró y él abrazó su cintura —Debe aprender rápido, la guerra ya empezó—Susurró en respuesta.
—Entonces no fue mi imaginación... el Cosmos de hace un momento—Murmuró ella y su esposo negó con la cabeza, comiendo el almuerzo que su esposa le preparó con cariño —Realmente... el sabor no ha cambiado en nada—Dijo Shiryu.
Makoto sonrió —Creí que después de trece años, mis habilidades se habrían oxidado un poco—Dijo ella y su esposo besó su mejilla —Eso nunca pasaría—Le dijo Shiryu y ella sonrió en respuesta.
—Iré a la casa por unas cosas, volveré enseguida—Dijo Makoto y Shiryu entendió bien a qué se refería, más aún al ver la prisa con la que se alejaba —Desearía que no tuvieras que arriesgarte de nuevo, Makoto—Murmuró para sus adentros.
Shiryu, junto a Mako, regresaron a la casa también, y Ryuho se sentó al borde de la cascada, pensando de nuevo en lo que había escuchado de su padre, acerca de la historia de la armadura de Dragón...
Makoto, con su cetro de transformación guardado en las mangas de su ropa, se acercó a su hijo, que estaba sentado con apariencia deprimida, incluso sus hombros estaban caídos.
—Ryuho ¿Qué tienes?—Le preguntó Makoto a Ryuho, que la miró sorprendido y después alegre —Mamá—Dijo antes de volver su mirada, deprimida una vez más, a la joya armadura —Es sólo que... después de la batalla, creí que podríamos vivir pacíficamente, todos juntos, ya sabes, recuperar el tiempo perdido—Dijo Ryuho, sacando una sonrisa de Makoto, que se sentó a su lado.
—Dime mamá... papá ha luchado como Caballero desde antes de que yo naciera, y te ha dejado sola para volver herido... ¿Tú estabas bien con eso?—Preguntó Ryuho, girándose a ver a su madre, que sonrió, tomando la mano de su hijo.
—Ryuho, cuando conocí a tu padre, ambos ya habíamos librado muchas batallas, pero por lo que viví a su lado después, en la batalla contra Metalia, debo admitir que... entendía por qué lo hacía—Dijo ella, sorprendiendo a Ryuho.
—Tu padre y yo... tuvimos muchos compañeros, estuvimos dispuestos a arriesgar nuestras vidas, incluso a sacrificarnos por ellos—Empezó a explicar su madre, mirando al flujo de la cascada, que representaba, en aquellos momentos, elflujo de sus propios recuerdos de aquella época.
—Además, al igual que tu padre, yo tuve que luchar en muchas ocasiones junto a mis queridas compañeras, porque ése era nuestro deber como Sailor Scouts—Dijo Makoto, mirando al cielo.
—La armadura de Dragón es y seguirá siendo el símbolo de que tu padre luchó al lado de sus queridos compañeros... tú también has tenido tu propia lucha ¿No es así? Junto a tus queridos amigos—Dijo Makoto, mirando a Ryuho con una sonrisa.
Ryuho miró su armadura y Makoto lo abrazó —Hay muchas cosas que no sabes, Ryuho, y que deberás aprender a base de los golpes que el destino tenga preparados para ti, pero sé que lograrás pasar a través de ellos—Dijo ella.
Ryuho sonrió y abrazó a su madre —Después de que supe de ti, mamá... esperé poder recibir este abrazo tan cálido con ansías—Dijo Ryuho y Makoto acarició su cabeza —Lo último que recordaba era tenerte en mis brazos junto a tu hermana... tu cuerpo era tan pequeño y regordete que... por un momento pensé que podría evitar que tuvieran que luchar también—Dijo Makoto con cierto arrepentimiento en la voz.
—Quería que ustedes dos tuvieran lo que nosotros no tuvimos, pero... al menos espero que tú no tengas que sufrir lo mismo que nosotros—Dijo Makoto, tocando de forma inconsciente el arete con la piedra roja de Nephrite...
Ryuho notó el gesto, pero no quiso preguntarle a su madre al respecto.

ESTÁS LEYENDO
Omega Moon
FanfictionChibi-Usa, quien ahora prefiere ser llamada Usa debido a que tiene veintiún años, ha recorrido el mundo entero de arriba a abajo y viceversa en su misión de buscar a su hermana menor, que fue raptada por Marte antes de que siquiera tuviera la capaci...