Fiesta (primera parte)

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-Definitivamente, esto no era una buena idea - se dijo a sí mismo en medio de todo aquel espectáculo.

Por un impulso ingenuo había aceptado la invitación de su amigo.
No esperaba que tuviera razón.

Todos los einherjars estaban ahí.

Los aliados como dioses y valkirias también.

Era una auténtica celebración. Muy diferente a aquella vez que festejaron el primer aniversario. El primer año después del Ragnarok.

Había llegado sin demasiadas expectativas. Incluso esperaba pasar la verdad de forma tranquila, lejos del bullicio o de ciertos personajes problemáticos.

-Solo estaré un poco, después me iré a mí habitación y...

-Relajate, todo estará bien - dijo una voz familiar mientras se sentaba a su lado - Está fiesta es algo que merecemos después de todo lo que nos hicieron esos dioses.

El dueño de aquella palabras era el einherjar japonés Tameemon Raiden. Quien llevaba un haori sin sujetar y el cabello suelto - diviértete un poco, nadie va a juzgarte - comentó mientras pasaba uno de sus brazos sobre sus hombros.

Todos los hombres lo sabían. Era una idea bastante inesperada pero muchos confiaron en que era una manera bastante particular para sacar todos los sentimientos contenidos. Tanta represión ante los ataques y los abusos de los inmortales había detonado su rechazo y su odio. Sin embargo, había logrado vencerlos una segunda vez.

Había logrado que los dioses fueran sentenciados por atacar a los humanos.

Era el inicio de algo nuevo en el Valhalla.

-Vamos, los demás están aquí. Mira, allá están Lu-Bu y ese dios pelirrojo compitiendo de nuevo. Aquella noche  intenté vencerlos pero debo decir que son demasiados tenaces para mí. Nuestro grupo está rodeado de las mujeres más bellas - señaló a las valkirias que estaban frente a ellos - nadie es tan bella como mí Trud pero no es un mala vista - agregó sonriendo.

-¿En serio acabas de decirle eso a Sasaki? - expresó un recién llegado Simo Häyhä en compañía de Qin Shin Huang.

-Me temo que quieres luchar conmigo,  ¿verdad, Raiden? - agregó el emperador chino con una sonrisa falsa mientras inclinaba su sorpresa y con leve ceño fruncido.

-Tranquilo, emperador. Estamos en medio de una fiesta. Disfrutemos de la compañía y de la bebida - comentó mientras tomaba otra botella de sake el luchador de sumo - solo estaba bromeando.

-Creo que ya no deberías tomar más - comentó el francotirador - Ese dios amigo tuyo estaba buscándote hace un momento - señaló con su dedo índice hacia el dios hindú.

-Ahhh, Shiva seguro tiene algo pensado para mí. Él sabe cómo divertirse - dijo Raiden mientras se levantaba y se alejaba de ellos rápidamente - volveré pronto

-Ese no es el punto, Raiden - gritó a sus espaldas Nostradamus- Después dicen que yo soy el problemático - había escuchado parte de la conversación mientras se acercaba para luego abrazar del cuello al finlandés.

-Creo que voy a irme - dijo Sasaki Kojiro levantándose de su asiento - Todos están divirtiéndose y yo...No quiero causar molestias.

-No, Sasaki - dijo el emperador colocando sus manos sobre los hombros del samurái - esto es necesario y ambos sabemos el por qué.

Sasaki miró hacia Qin Shin Huang. Era extraño verlo sin su venda cubrir sus ojos. Ambas miradas hicieron contacto. Él tenía razón. Está sería quizás, la última vez que estaría junto a ellos.

-Veo que hay algo más, mejor me voy a divertirme con los demás. Seguro que Okita y Rasputín estarán felices de molestar al espartano - dijo alegre el profeta para después marcharse.

-No hay remedio. Iré con nuestros padres. Ellos saben comportarse - agregó también alejándose Simo.

De esa forma, Qin y Sasaki se quedaron solos cerca de la entrada. Ambos veían como  europeos se marchaban entre risas.

-Al parecer todo está volviendo a la normalidad - expresó Sasaki de repente, llamando la atención del rey - Me alegro que Okita se encuentre mejor.

Pudo ver a la distancia junto al capitán de los Shinshegumi. No llevaba vendas y de vez en cuando, sonreía.

-Ese enano es bastante fuerte. Otros en su lugar hubieran sucumbido a sus instintos asesinos - vió la mirada incrédula del japonés ante su comentario - ah, claro. Creo que no te he dicho que gracias a él pudimos encontrar un pista sobre tu paradero.

-¿Cómo? Cuándo me fui él aún estaba en cama...

- Digamos que hubo un intruso que ayudó en su recuperación de forma sorprendente y .... Una vez que habló con él, logramos encontrarte.

Sasaki pensó en esa situación. ¿Qué dios podría haberlo ayudado?
Por un instante, recordó lo sucedido en el Templo subterráneo de la ciudad de Troya.

-No me digas que hablas de ese dios nórdico que lo lastimó en la fiesta.

-Él mismo - dijo antes de beber otra vez.

-¡Qin! Ese dios lo lastimó, no debieron hacerlo - reclamó Sasaki.

-Era la única manera. Al parecer el ayudó y nos impuso esa condición si queriamos información . Además no teníamos tiempo.

-Debería hablar con él y agradecerle. Eso no es nada fácil - confesó el japonés.

Qin bebió de nuevo. Sin dudarlo se la ofreció a su compañero. Kojiro no estaba del todo seguro pero la aceptó. Sasaki llevó a sus labios la copa ofrecida.

-Tiene un buen sabor - dijo el einherjar japonés.

-Sabes que no puedo resistirme a no tener lo mejor - expresó en su típico tono el emperador.

-Eso es cierto - dijo con una sonrisa Kojiro - en verdad eres esa clase de hombre.

-Gracias por el cumplido. Ahora vamos con los demás. Hay muchos que quieren verte. Sabes que no podrás escapar de ellos - comentó el emperador mientras se levantaba de asiento y se alejaba en dirección a Jack y el semidiós.

-Lo sé.... - susurró Kojiro mientras tomaba lo que quedaba de aquella copa de una sola vez.











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