Fiesta (segunda parte)

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Bebió de nuevo.

-A veces tener una buena resistencia al alcohol era algo muy útil - pensó mientras veía su vaso lleno.

Sasaki Kojiro no podía evitarlo. Desvío  su mirada sobre algunos de los presentes en la celebración.

Ahora su amigo, Miyamoto Musashi se encontraba a charlando con Okita Souji, su vicecapitán de los Shinshegumi y el emperador Qin. Al verlos, el pequeño samurái  había volteado ante un comentario del emperador. Lo interceptó con la  mirada.

Por un instante, Kojiro sintió que su propio dolor había menguado. Okita le dió una pequeña sonrisa para luego intentar golpear al emperador.

-Otra broma - pensó o internamente - Esos dos no cambian.

Sasaki quiso ir hacia ellos. Aquellos orbes y los suyos compartían algo pero se detuvo.

-Ha cambiado - meditó al ver el samurái volvía a sonreir.

Al parecer, la mayoría de los einherjars estaban repartidos por todo el salón acompañados de sus valkirias.

-Debería buscar a Hirst- se dijo.

Mientras caminaba por el lugar se percató de la ausencia de la líder de las valkirias. Brunildha estaría aún trabajando en los preparativos para él.

-Quizás si sea más complicado de lo que parecía.

-¡Oye, eso no es justo! - escuchó cerca suyo. El japonés dirigió la mirada en dirección a aquella réplica.

Un alegre Budha estaba casi acostado sobre el suelo, sosteniendo entre sus brazos las piernas de un dios. Lo reconoció la instante.

-Budha, te dije que ya no te daría más - respondió aquel dios - ni bebida ni dulces.

Varios miraron en su dirección. Cierta sonrisa se formó en sus rostros ante la escena: una Budha (quizás ebrio) tratando de someter a un inmortal que parecía más débil que él sin lograrlo.

Zerofuku mantenía su rostro serio e impasible.

-Por favor, Zero-chan. Lo necesito - repitió mientras hacía un puchero el iluminado.

-No, Budha. La última vez, tú me ....  - se detuvo. No debería decir eso... - no, después no recuerdas nada. Solo te importan tus dulces.

-Zero-chan - volvió a fingir un sollozo el iluminado.

-Budha... - repitió un poco más vulnerable el dios de la fortuna. Sin darse cuenta ya había descendido hasta la altura del Einherjar. Limpió con sus dedos las lágrimas de Budha. Estaba empezando a caer otra vez en los juegos de aquel iluminado - esta bien..pero... No me olvides, por favor.

A Kojiro le causaba cierta comicidad el intento fallido del dios por mantenerse firme ante Budha. Al parecer nadie podía ir en contra de los deseos de ex-humano.

-No, Zero-chan .... Jamás podría olvidarte - respondió mientras se incorporaba y abrazaba con todas su fuerzas al pequeño inmortal - no sabes que eres mi lindo Zero... - dijo mientras besaba la mejilla del otro - eres muy dulce.

-Budha... Basta ... - dijo el inmortal colocando sus manos entre el rostro del dios y el suyo.

-Si, tienes razón. Mejor es tener privacidad - comentó el iluminado para después tomar entre sus brazos a Zerofuku y cargarlo sobre su hombro para después dirigirse a la salida.

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A unos pasos de ellos, dos figuras se mantuvieron cerca de la terraza del salón. Mientras una estaba sentada en una pequeña mesa, el otro estaba de pie a su lado.  La diferencia de altura era evidente.

-No me preocuparía mucho si fuera usted - dijo aquel que estaba  en la silla mientras jugaba con su sombrero sobre la mesa.

-No, no... lo sé. Aún así siento que estamos forzándolo - expresó con duda mirando hacia Sasaki Kojiro - hacer una fiesta.

-Eso es inusual. Usted no dudaría en ayudar a alguien-hizo una pausa - Si eso fuera así, créame que ya se hubiera ido, Sir - respondió tratando de dar por terminado el tema.

Bebió otra vez. Estaba acostumbrado a alejarse de los demás participantes de una fiesta. Le encanta volverse inviable y observar el baile de colores que se manifestaba frente a él.

No obstante, ahora era diferente. Nada le quitaba el deseo de regresar y pasar el resto de la noche en los brazos de su Dear god.

Se había vuelto mucho mas posesivo. El gran Hércules era amado y respetado por innumerables personas. Las miradas en la fiestas de varios humanos lo habían alertado. Ya sabía que no era el einherjar más amado. Su nombre, su pasado no le molestaban. En cambio, su rival y ahora pareja se llevaba todas las miradas sobre él y eso, era un malestar tortuoso.

-¿Cómo hacer que el mundo entiendas que eres solo mío? -Pensaba en su interior el mayor asesino de la humanidad.

El semidiós, por su parte, solo tenía ojos para el humano. Sus gestos, sus movimientos eran un espectáculo que lo dejaban sin habla. Su interés crecía con el tiempo y no había menguado pese a este ocupados buscando a Sasaki y Hades. Trató de darle espacio después de lo sucedido en la fiesta, pero en el fondo, deseaba salir y poseerlo otra vez. Ver sus ojos, tocar su cabello y besar cada parte de su cuerpo.

-Hâo - saludó el emperador chino a los dos por sorpresa.

- My lord- respondió el saludo con un leve asentimiento el inglés - al parecer Sir Sasaki aún está incómodo.

-Eso no será un problema. Estoy seguro que pronto cambiará - expresó confiado el recién llegado.

Hércules miró de reojo hacia el mortal. Le llamaba la atención la personalidad de aquel rey.

Jack bebió de nuevo. Qin Shin Huang lo acompañó una ronda. Después como si  hubiera recordado algo, el emperador se despidió.

-Jack, tú... Crees que...

-No debe ser tan obstinado. Me temo que solo podemos observar por ahora - dijo el asesino de Londres con cierta molestia.

Hércules iba a replicar nuevamente pero la mano del mortal se había encontrado con la suya.

Sin darse cuenta, ambos estaban de pie y tomados de las manos.

Unos segundos más, sus pasos se habían confundido con los del inglés. A través de la multitud, llegaron hasta los pasillos.

La luz tenue se mezclaba con la velocidad de su avance, de sus movimientos. Estaban desesperados.
Jack sostuvo con fuerza su mano conduciendo el camino hasta llegar a la habitación.

-Jack - llamó Hércules con voz ronca, conociendo el destino de sus acciones. Las verdaderas intenciones.

-Forgive me, dear. But you are only mine tonight - expresó antes de que ambos dieran rienda suelta a sus propios deseos en el interior del cuarto.

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