Miedo

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-¿Estás seguro de tu decisión? - preguntó firmemente sin bajar la mirada.

-Asi es, Brunildha - respondió tomando entre sus manos su katana - ¿Es posible que pueda hacerlo? - agregó con leve preocupación.

-Puede llevarme unas horas. Existen varias posibilidades pero debido a la situación actual me temo que solo puedo levar a cabo una - comentó la líder con pesar - sé que querías reencarnar pero... solo puedo enviarte de regreso al mundo mortal.

-Hermana, no estoy segura de esto... - dijo la segunda Valkiria

-¿Hay algún problema con ese método? - preguntó el einherjar.

-Debo encontrar a alguien primero, Sasaki Kojiro. Solo él puede conectar los mundos y quizás, llevarte de regreso. El verdadero riesgo tiene que ver con el tiempo - hizo una breve pausa. Llevó una de sus manos a su frente en señal de una leve molestia - te llevará al mundo actual. Deberás adaptarte a esa realidad y actuar cómo si fueras de esa época.

Sasaki lo entendía. Era un pequeño problema que tendría solución a su tiempo.

Cierta curiosidad inundó su mente.

¿Cómo sería el mundo ahora?

¿Aún podría practicar con su espada?

-Lo entiendo, Brunildha. No hay problema con eso.

La líder asintió en respuesta.

-Iré a verlo inmediatamente. Supongo que no quieres estar aquí por mucho tiempo.

-Arigatō- expresó con suavidad.

El samurái regresó así cama mientras la primer Valkiria se retiraba. Ya estaba todo listo. Una vez fuera, olvidaría todo. A Poseidón, a su familia y sobre todo, a Hades.

Hirts lo vió con tristeza. No quería dejarlo. No después de las amenazas y los abusos. Y su intuición no la engañaba. Si prestaba atención, aún había leves temblores en el cuerpo del mortal.

-Yo te acompañaré - comentó con una sonrisa haciendo que el humano la mirara sorprendido

-No... No deberías

-No vas a detenerme otra vez - expresó ahora su versión estruendosa - yo te cuidaré como tu compañera de batalla. Incluso puedo ayudarte a que te adaptes. Y...-sé acercó quedando frente al humano - no vas a impedirlo.

Sasaki Kojiro esbozó una sonrisa que terminó en una carcajada.

-Daijōbu, Hrits. Me alegra que aún quieras ayudarme.

-Será mejor que prepares todo antes de irte. Seguramente el emperador y Jack deberían saberlo.

-la verdad... No estoy seguro de decirles. Prefiero que todo termine de una vez - el japonés recordó lo hablado entre los einherjars. La venganza no era su meta y sus compañeros/hermanos la buscan por su culpa - no quiero que los demás sigan enfrentándose a los dioses.

-Sasaki....

-Es algo bueno si lo piensas

-¿Qué pasará con el dios Hades? ¿Acaso planeas hacer lo mismo con él?- expresó con dudas la mujer guerrera.

- Después de lo que sucedió hoy... El debería estar con su familia también. Lo que hizo Poseidón debió ser muy difícil para él. ¿Recuerdas su batalla? El ama a sus hermanos. Yo no quiero que ese lazo se rompa.

-Quien lo rompió fue otro. No es tu culpa. Tú solo querías estar así lado - respondió con agresividad.

-Arigatō, Hrist. Me hace muy bien que me digas eso pero... No quiero verlo - respondió finalmente el samurái.

Ante el silencio, la Valkiria se sentó a su lado.

-Está bien. Haré lo que me pides, querido Sasaki

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Olimpo

El dios del Inframundo había llegado con la ayuda de los sirvientes de Zeus.
Tan pronto se enteró de su despertar que envío a dioses inferiores a buscarlo.

De pie, en la entrada al templo, Zeus estaba sentado rodeado de los dioses olímpico a excepción de Poseidón.

-Bienvenido, Hades. Al fin has regresado - saludó el padre de los dioses griegos.

-He vuelto, Zeus - dijo mirando a todos los presentes. Buscaba entre sus hermanas y sus sobrinos al tirano de los mares. Esto no pasó desapercibido por el líder del panteón.

- Agradezco que hayan venido hasta aquí, aunque sé que todos han venido por mí, no me quedaré. Debo ver a nuestro hermano - expresó con seriedad - llévame con el Zeus - demandó.

Zeus se levantó de asiento y caminó hasta su lado.

-Ven conmigo - dijo .

Ambos salieron bajo la mirada de los demás.

-¿Qué piensas que hará? - preguntó Afrodita la diosa Hera.

-No es mi problema. Él sabrá que debe hacer

-Vamos, no me digas que no harás nada Hera - dijo con discordia.

-No debes meterte en esto, diosa - expresó Palas Atenea acompañada de Artemisa en frente de ellas - esto deben resolverlo solamente ellos. Me retiraré. Tengo asuntos importantes con Tritón ahora que el está a cargo de los dominios de Poseidón- sentenció para después marcharse.

Los demás hicieron lo mismo. Dejando la diosa del amor sola, rodeada de sus sirvientes.

-Es una pérdida de tiempo. Esperaba ver algo más interesante - luego comenzó a dirigirse hacia la salida - vamos mis queridos, nos divertiremos por nuestra cuenta.

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Hades no podía creerlo.

Poseidón estaba en el Tártaro. Ahí cerca de los titanes y de su propio padre.

Toda su vida había luchado contra él por sus hermanos. Ahora Poseidón estaba esperando por él.

-Supongo que aún no te lo han dicho pero ya he dictaminado su sentencia - expresó Zeus a su lado mientras descendían entre las sombras en la profundidades de la Tierra - solo falta un pequeño detalle para que todo esté completo.

-Dime, Zeus... ¿Qué es lo que quieres? - conocía demasiado bien a su hermano y no tenía intenciones de ser paciente.

-Debes decidir el tiempo que permanecerá aquí. Es lo que te corresponde después de todo el daño que te ha hecho - respondió

-Sabes bien que lo peor que hizo fue en contra de los humanos. La humanidad debería decidir eso.

-¿Tanto quieres que la humanidad decida el destino de un dios? - respondió con molestia Zeus. Un molestia que trataba de ocultar.

-Zeus - llamó - los Einherjar son mejores de lo que esperabas y dignos de ser considerados semejantes a los dioses. No permitiré que sigas creyendo que tu poder podrá lastimarlos - amenazó finalmente.

- Hades, aún no estoy vencido- expresó amenazante - aún puedo ir tras él...

Hades no se contuvo. Sostuvo a su hermano del cuello con fuerza. Las pupilas doradas lo miraban con sorpresa.

-Ya dejé que lo lastimaran. No lo harán de nuevo - lo soltó. Zeus movió su cuello tratando de menguar el malestar - Iré por mí cuenta a ver a Poseidón. Te diré lo que decida

Así, Hades se alejó del padre de los dioses. Por primera vez, Zeus sintió algo que jamás pensó que Hades lo provocaría.

Miedo

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