Capítulo 41: El Baile (Parte I)

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MARATON :D

Capítulo 41: El Baile (Parte I)




Eva Jenell

No quería salir al baile de Aurora, no quería ir y ver a la "pareja perfecta" cuando yo sabía la verdad pero Aurora prefirió creerle a alguien que no conocía, ella prefirió simplemente ignorarme. Sin embargo, Federico mandó a buscarme con la servidumbre y no tuve más opción que bajar, me sentía terrible, quería que me tragara la tierra, quería llorar, quería devolverme esta misma noche a casa, sin embargo, sabía que no podía porque todo dependía de Aurora, yo no tenía más que cien euros en mi bolso de un cambio que Aurora me dijo que me quedara, algo que ni siquiera me alcanzaba para un maldito pasaje.

Odiaba ser pobre, más aún estas circunstancias.

Habían muchas personas abajo, en especial cuando entró el rey Roman Dunkel, verlo me causó una gran impresión, no porque fuera el rey con una corona de oro y un deslumbrante traje, sino porque ese señor parecía esquelético, parecía que su rostro estaba en los huesos, sus ojos como dos bolas redondas dentro de dos huecos negros, me estremecía de solo verlo, parecía realmente que este hombre estaba por irse al más allá mientras se sostenía del bastón y caminaba al trono saludando al montón de personas que le veneraban con un gesto de su mano.

Observé de cerca como el Aurora y Carmelo se arrodillaban ante el rey para obtener su bendición frente a los camarógrafos, cerca se encontraba Eros y su esposa Mónica, ambos con sonrisas ensayadas en sus rostros donde mostraban tranquilidad absoluta, miraba a Eros, postura erguida, trague elegante color negro de detalles dorados con una camisa blanca al fondo, pero no era eso lo que llamaba más la atención, sino que se había cortado su largo cabello que usualmente estaba amarrado en una coleta, a un corte más arriba de las orejas con un ligero copete que iba perfectamente peinado hacia atrás y un pequeño flequillo invadía su frente, la máscara dorada con negro que llevaba cubría la mitad de su rostro, logrando que su profunda mirada de ojos azules tan claros como el gris resaltara como reflectores, haciéndolo ver muchísimo más atractivo si es que eso era posible, lucía más juvenil, más musculoso, más guapo... se me resecó la garganta y entonces por medio segundo sus ojos se alzaron hacia mí cruzándose con mi mirada, yo aparté la vista rápidamente a pesar de que ya él me había atrapado mirándolo.

¿A qué se debía su nuevo cambio de look? Extrañamente eso parecía llamar también la atención de los camarógrafos que estaban tomándole fotos a Aurora con su prometido, pero también al príncipe Eros.

Aurora y Carmelo iniciaron el baile yendo a la pista central, Eros y Mónica le siguieron como parecía ser tradición, verlo con ella me hizo un nudo en la garganta, pero luego supe que era ensayado y que de hecho parecían tensos, robotizados, como si fuera lo que debían hacer para las cámaras. Cada vez que veía a la familia real, solo pensaba una y otra vez en que estas eran solo apariencias que vendían al pueblo de Belmia, de una vida perfecta por parte de la realeza, cuando en realidad todo aquí dentro era un completo desastre. Quise desaparecerme de ahí cuando Federico me tomó la mano y murmuró:

—Bailemos.

Veía a los camarógrafos y al rey ahí en su trono, si aceptaba ya esto sería oficial entre Federico y yo, y realmente no quería que se complicara más todas estas cosas, en especial tras la amenaza de Aurora.

—Es que yo... no sé bailar esto —murmuré—, lo siento.

—Ven —me jaló hacia la pista, me resistí, sin embargo no podía hacer mucho si ya estábamos ante el montón de personas y de hecho el ojo estaba puesto en los dos príncipes herederos al trono.

Tragué pesadamente saliva cuando me tomó de la cintura y alzó mi brazo, miré sus ojos azules oscuros debajo de la mascara plateada que llevaba, ellos me adoraban cuando empezamos a movernos al ritmo de la canción que sonaba de Rammstein - Deutschland Outro Sonne Piano, y yo empecé a seguirle el ritmo, en un momento mi mirada se desvió a Eros, él justamente me miró, como si nuestras miradas se buscaran, ambos con distintas parejas, pero el deseo que existió entre los dos siendo algo que no podía olvidar. Federico me dio una vuelta y noté a Aurora, ella mantenía el rostro gélido, una sonrisa congelada pero con una mirada fría que lograba erizarme la piel.

Cuando acabó la primera pieza, los invitados aplaudieron y la música continuó para que los demás bailaran o hablaran, sin embargo antes de que pudiera retirarme a otro lado, Federico me tomó del brazo.

—Ven, mi padre quiere conocerte —dijo.

—¿Tu padre? —fruncí el ceño—, ¿el rey Roman Dunkel?

—Sí.

Tragué pesadamente saliva, tenía que decirle que esto era todo, que no quería seguir con él antes de que las cosas se complicaran aún más.

—Espera —dije—, es que tenemos que hablar...

—Después hablamos —dijo restándole importancia y nuevamente me jaló con él como si fuera su muñeca de trapo—, ven.

Ay, joder...

La venganza del rey (+21) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora