Capítulo 62: Intento de escape

6.9K 627 100
                                    


Capítulo 62: Intento de escape

Igor Ivankov.

La mujer inocente que tenía en la cabeza tenía una mirada diferente, sus ojos azules parecían más oscurecidos en el momento que me vio, creí que mi mente me había jugado una mala pasada pero no era así, esta mujer era muy hermosa, algo se traía en su rostro inocente, y pensar en que nadie a demás de mí había reclamado su cuerpo, aumentaba mí deseo en ella.

—No has comido nada —comenté—, ¿me estabas esperando para comer juntos?

Pude notar como ella se echó hacia atrás a la defensiva y sus ojos deseosos se camuflajearon a desprecio.

—No sé si está envenenado. —respondió ella.

Me hizo gracia su comentario.

—Come —dije—, sé muy bien que comer pan con agua no debe ser tan satisfactorio.

Además de que me habían dicho que había vuelto a su huelga de hambre de casi no comer nada, podía notarlo, su rostro estaba más delgado que la última vez.

—Creí que querias matarme de hambre —respondió ella con rencor y algo de sarcasmo— ¿qué te hizo cambiar de opinión?

—Te has estado portando bien. ¿Te ha gustado el baño?

Prohibirle la ducha fue una forma de presión, para que fuera más complaciente y agradecida, que me viera como su héroe, pero en vez de eso, solo parecía más enfurecida.

—He quedado enjabonada —soltó—, ¡la próxima envíame más agua!

Al parecer esto de jugar a empobrecer a la víctima no funcionaba con ella.

—Se te olvida que conmigo tienes que ganarte los privilegios —dije—, aquí no exiges, aquí debes ganártelos.

Mi mirada se profundizó en la de ella recordando lo de la última vez, haciendo que mi pantalón se tensara. Aurora pareció también recordarlo porque sus mejillas enrojecieron, me pregunté si todo su cuerpo se tornaría así de rojo ante el calor que le causaría mi cercanía y si su piel blanca se marcaría si le azotaba el culo con la mano.

Aclaré mi garganta y dejé de mirarla como si quisiera devorarla como un animal, nunca ninguna mujer me había causado tanto deseo, tanto impulso por hacerla mía y reclamarla por primera vez, posiblemente porque nunca había estado con alguien tan virgen como ella.

—Come. —la incité.

Ella miró la mesa.

—Con todo esto podrias alimentar una población entera.

Sonreí un poco mientras me acercaba a ella guardando una distancia prudente entre los dos para poder controlarme.

—¿Vas a hablarme de alimento para la población cuando es tu pueblo el que se muere de hambre? —pregunté con

ironía.

Ella frunció el ceño.

—No es así.

Pensé que bromeaba, pero ella se mantenía inexpresiva. Al parecer se mantenía muy ajena a todos los disturbios que existían fuera del castillo donde los reyes eran repudiados por el pueblo que moría de hambre y miseria, apenas sobrevivía.

—¿Ah no? Printsessa vives en una burbuja —solté—. Estas tan metida en las riquezas de tu castillo que no sabes que los rebeldes, cómo ustedes los llaman se mueren cada día de hambre, ellos los odian, odian a la monarquía, los empobrecen cada día más mientras sus líderes viven cómo reyes.

La venganza del rey (+21) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora