Capítulo 36: Los celos de Eros Dunkel (Parte I)

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Capítulo dedicado a: Deicy Chacon por ayudarme en frases inspiradoras :D

Capítulo 36: Los celos de Eros Dunkel (Parte I)

Eros Dunkel

La observo besando su boca, veo que lo hace apropósito, sus profundos ojos me observan y me retan, como si quisiera restregarme en el rostro que está con una de las personas que más desprecio en este mundo, siento que la quijada me tiembla cuando la aprieto, pero la verdad es que odio compartir lo que me pertenece, y siento que ella es mía desde el primer momento que pisé ese hotel, soy egoísta, no comparto ni mucho menos presto algo que aún me interese.

No quería ser sincero conmigo mismo, pero aún esa mujer me interesaba y eso me enojaba.

Había estado con más mujeres de las que puedo contar con mis dos manos, estoy acostumbrado a que ellas me busquen, que me rueguen un segundo polvo, que me persigan, a algunas les vuelvo a dar una segunda probada si me provoca a otras simplemente las ignoro, pero Eva no volvió a buscarme, pasó de mí como si yo; el príncipe heredero al trono más importante del reino, no significara nada para ella.

¿Cuando fue la última vez que alguien pasó de mí y no rogó por mi perdón? Nadie. No podía recordar a la primera persona que hubiera hecho esa mierda, ¿acaso Federico era mejor que yo? No. Federico nunca sería mejor que yo en nada, ni me llegaba a los talones, ¿entonces qué hacía con él? ¿Era su premio de consolación?

Las ganas de llegar hasta donde estaban y partirle los dientes a Federico para que se alejara de ella me empezaban a dominar cada vez más, no quería perder el maldito control, no quería que ella me hiciera enloquecer pero lo estaba logrando, estaba haciendo que me descontrolara y le diera más atención de la que merecía.

Aparté la mirada de ellos cabreado y me fui al otro extremo de la cabina con Martin para no verle la puta cara mientras trato de responder cosas de trabajo, a pesar de que esa mujer me está jodiendo la cabeza, ella está logrando nublarme la mente.

Cuando despegamos me vuelvo débil y hago el que busco algo para volver a mirar a su dirección, su cabeza estaba en el hombro de Federico mientras él le tomaba la mano como si fueran una pareja de siglos que se ama. Me cabrea aún más, así que me serví un vaso de whisky y tragué fuerte sintiendo como pasa por mi garganta como agua, así que me sirvo otro y me llevo la botella para que deje de dolerme la maldita cabeza, quiero fumar, pero metido en esta mierda de avión es imposible.

No entiendo por qué me afecta, no debería afectarme esta mierda.

Mucho menos una niña como ella.

¿Desde cuando me molestaba acabar una puta aventura con una mujer? Pero lo supe desde el primer momento, supe que era un error, un capricho que tuve desde el primer momento en que se me aventó en esa habitación de hotel y la volví a ver en el castillo.

No soy bueno compartiendo las cosas con las que sigo encaprichado, mucho menos compartiendo eso con Federico.

Al aterrizar luego de varias horas nos hicieron esperar en el aeropuerto, el servicio de seguridad hizo una inspección general y no nos dio permiso para bajar.

—¿Qué pasa? —Pregunté al jefe de los guardias de seguridad, Cameron Kung, el encargado directo de cubrirme las espaldas y salvarme el culo siempre, de rasgos asiáticos pero cuerpo de muralla, creo que incluso más alto que yo, y era mucho decir porque yo medía dos metros.

—Hay alerta príncipe Dunkel —respondió—, al parecer los rebeldes han estado haciendo manifestaciones y solo mantenemos la zona despejada de cualquier sospecha de ataque, no durará ni 10 minutos.

La venganza del rey (+21) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora