Capítulo 57: El espía

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Capítulo 57: El espía

Actualización 1/2

Eva Jenell

Un silencio tenso se creo entre nosotros en un cruce de miradas donde daba la impresión de que el tiempo se había detenido. Me levanté de encima de Eros cubriéndome no una mano mis partes íntimas para buscar mi pantalón y ponérmelo, Eros se abrochó su pantalón para levantarse del suelo, Federico seguía ahí, observándonos sin decir nada.

Solo yo era la culpable de esto, era la culpable de haberme metido en este enredo familiar.

—Federico...

Federico pareció reaccionar y entonces dándose media vuelta se fue rápidamente de ahí. Iba a seguirlo, pero Eros me sostuvo el brazo deteniendome, lo miré preocupada y con la respiración agitada, sus profundos y hermosos ojos azules mezclados en gris me observaban.

—¿Qué importa? Déjalo. —dijo Eros.

—Importa porque se suponía que estaba con él.

Todo estaba mal, se enteró de la peor manera.

—Y se suponía que lo ibas a terminar —replicó con molestia— y te ibas a ir.

—Igual estuvo mal que se enterara de esta forma.

Él pareció harto.

—Me vale mierda —soltó—, que se entere de una vez que me perteneces y que tu cuerpo es mío.

Tragué pesadamente saliva y negué con la cabeza.

—Así no, Eros.

—¿Qué querias? —dijo— ¿continuar con él? ¿Con él enemigo?

¿El enemigo? Pestañee un par de veces.

—¿Porque lo llamas así?

Eros dio un paso hacia mí estrechando los ojos.

—¿Lo defiendes? —cuestionó.

—No —dije—, pero él no ha hecho nada malo.

Yo fui la que metió la pata y hasta el fondo.

Se rió entre dientes sin una pizca de gracia soltandome él brazo y dijo:

—No lo conoces, ¡no lo conoces ni un poco!

Parecía alterado, no comprendía su actitud. ¿Celos? Parecían más que simples celos.

Tragué pesadamente saliva pero lo poco que había conocido de Federico nunca me pareció malo.

Él respiró profundamente y dando un paso hacia mi, soltó de mala gana:

—Si tu lo que quieres es seguir jugando pin pon con él y conmigo entonces te jodes.

¿Uh?

—¿Disculpa?

—No quiero verte con él —gruñó— y si vas a consolarlo te olvidas de mi.

Fruncí el ceño.

—Nos acaba de encontrar follando, no soy inhumana como tu.

Eros bufó.

—¿Crees que soy inhumano?

—Algo cruel, así te estas comportando —solté—, tu tio merece una explicación.

—Él no es mi familia —dijo enojado.

Fue hacia donde estaba su caballo y mientras lo soltaba murmuró:

—Haz lo que te de la maldita gana, después de todo, lo de nosotros nunca debió suceder.

Se montó en el caballo y se fue de ahí dejándome enteramente sola.

Joder, todo iba de mal en peor.

Me arreglé mejor la ropa y caminé de regreso a dentro de la casa buscando a Federico, intentando buscar en mi cabeza alguna excusa para explicarle lo que vio, intentando que esto no me hiciera ver cómo una completa puta sin corazón que jugó con él.

Aunque así era.

Pero por donde quiera que empezaba, sonaba muy mal.

«Pasó sin querer, fue una noche y no lo conocía».

Muy mal, sonaba como si me acostara con desconocidos.

«Sucedió en Dubai y estaba borracha».

En Dubai se suponía que estaba con Federico y borracha no estaba tanto...

«Solo fueron... Pocas veces».

No. Yo sabía que fueron muchas veces las que estuvimos juntos y aún así hubieran sido pocas sonaba bastante feo admitirle que me había acostado con Eros, un hombre casado y de paso el padre de mi mejor amiga.

¿Como fue que este viaje en vez de arreglar mi cabeza lo que hizo fue jodermela? Porque hice cosas que en mi vida me hubiera atrevido a hacer.

Llegué a la planta de arriba donde escuchaba la voz de Federico, me acerque lo suficiente y escuché que Federico decía:

—¿Cómo que se perdió otro camión? ¿sabes los problemas en los que me has metido ahora con mi padre y con el hijo de puta de Eros? ¡Tenias que estar al pendiente!

Me asomé un poco viendo por la rendija de la puerta que se trataba de Federico y uno de los guardias que había visto antes, parecía siempre estar cerca de Federico.

—Se iba monitoreando, pero a mitad de la vía se perdió la información y el camión fue desaparecido. —le intentó explicar.

—¿Desaparecido por arte de magia? —replicó enojado.

La puerta del fondo de la habitación que daba a la otra Sala se abrió y el rey Dunkel entró cargando su gran traje rojo con su corona de oro dorada encima de su cabeza como si estuviera a punto de dar un discurso ante el público.

—Debo suponer que lo has hecho todo mal nuevamente.—dijo el rey con molestia en su voz.

—Rey Dunkel... —dijo Federico bajando la cabeza.

—¿Se ha perdido? —lo interrumpió.

—Al parecer a habido un error... —explicó Federico pero el rey lo volvió a interrumpir diciendo:

—¡No digas idioteces! Era un camión de insumos médicos que iba a ser exportado, tenias que tener doble respaldo.

—¿Cómo pudieron saber los rebeldes qué camión secuestrar...? —dijo Federico negando con la cabeza.

Su voz se apagó y pareció de repente pensativo agregando:— Excepto que haya un espía.

—La información es confidencial —dijo el rey encendiendo un tabaco—, solo personal limitado, ¿como podría haber un espía?

Chupó el tabaco y botó el humo lentamente por una esquina de su boca.

—Debe de haber un espía dentro de nuestro círculo,alguien que está de lado de los rebeldes —dijo Federico—, ¿de qué otro modo sabrían que habia insumos que iban a salir exportados fuera del país?

—Averigua eso —dijo el rey—, no queremos más incidentes y menos que sigas brillando por tu ineptitud.

Salió el rey dejando la amenaza en el aire, cuando me preparé para irme la puerta se abrió y me golpeó la cara, retrocedí sobresaltada y cuando alcé la vista me encontré de frente con Federico.

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Hoy dos capítulos :D

La venganza del rey (+21) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora