Capítulo 14: Los rebeldes

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Capítulo 14: Los rebeldes

Federico Dunkel

Apenas llegamos a casa, entré, el primero al que vi fue al hijo de puta de mi sobrino, Eros, su rostro rojo, la vena de su frente brotando de su frente.

Joder, lo que faltaba.

—¿Dónde estabas? —soltó Eros apenas me interceptó, le amplié los ojos, sabiendo quién venía detrás de mí, y sus ojos fueron a Eva, quién no tenía ni idea de lo que estaba pasando—, hay que hablar —dijo finalmente pareciendo contener su ira.

—Nena —le dije a Eva—. Debo ir a atender unos asuntos.

—Vale —respondió Eva.

Eros se dio la vuelta y empezó a caminar; yo lo seguí, hasta que estuvimos en una de las habitaciones de estudio, apenas entre, Eros cerró la puerta y dio un paso hacia mí pareciendo querer traspasarme.

—¡¿Por qué coño no has estado pendiente de la mercancía?! —me gritó.

Me crucé de brazos y apoyé mi espalda del escritorio.

—Estaba ocupado —me limité a decir—, se lo dejé a Martin.

Noté como su rostro enrojeció aún más, sus ojos grises inyectados en sangre, así era él, siempre enfocado en los negocios, siempre viendo como saldar deudas.

Me señaló con un dedo.

—Él no tenía ni puta idea de que se lo encomendaste —soltó.

—Estaba ocupado... —me limité a decir, él alzó una ceja.

—¿Qué mierda puedo ser más importante que recibir el puto cargamento?

—Mi futura esposa —me limité a contestar.

Noté como pareció quieto por varios segundos y alzó una ceja para preguntar:

—¿Qué es lo que te pasa? ¡Este es nuestro negocio!

—Y Eva es de mi interés —respondí—. No todos estamos interesados en el mercado.

Ante la mención de su nombre noté que se tensó y frunció el ceño.

—Déjala en paz. —me advirtió— ¿la expusiste allá afuera sabiendo lo delicada de la situación con los rebeldes?

Lo miré con interés porque notaba que su gesto enojado más profundo.

—¿Qué tanto te interesa mi relación con ella? La mantuve a salvo —repliqué—. Ahora es mi novia ¿por qué eso te importa?

Eva era tan incrédula, eso de fingir porque yo era "gay", pero era una estrategia, de ese modo, ella no me evitaría y antes de que se diera cuenta estaría en mi cama.

Él llevó las manos a su cintura y empezó a caminar alrededor tomando una profunda respiración hasta que finalmente dijo:

—Me importa el negocio —se volteó hacia mí acercándose para tomarme del borde del collarín de la camisa—, el rey Roman Dunkel no podrá darse cuenta de lo imbécil que eres para esto y tal vez por eso aún te considera digno de ser rey, pero yo sí sé que no puedes ser el sucesor, y si llegas a cagarla con el puto cargamento otra vez, te voy a destrozar el cráneo ¿nos entendemos?

Solté un bufido y respondí:

—Claro, nos entendemos. Entendemos que aunque te duela, soy el favorito del rey y el que tiene más probabilidades de tener un sucesor.

La venganza del rey (+21) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora