Capítulo 26: bastón de caramelo (Parte II)

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Capítulo 26: bastón de caramelo (Parte II)

Eva Jenell

Sentí como bajó el bastón de caramelo al medio de mis labios inferiores pasándolo hacia adelante y hacia atrás por mi abertura lentamente, y finalmente lo metió en mí, jadee pero él no separó su boca de la mía cuando empezó a sacar y meterlo cada vez más rápido, me aferré a sus hombros sintiendo que mis piernas se volvían débiles como para seguir sosteniéndome, sin embargo, aun así alcé la pierna colocándola a un costado de su cadera para que tuviera mejor acceso en mí, él rompió el beso y yo eché mi cabeza hacia atrás mientras él besaba mi cuello estremeciendo mi piel y subió hacia mi oreja para susurrarme:

—¿Cómo se siente que te masturbe con el bastón de caramelo que tu novio te regaló?

Mordió el lóbulo de mi oreja y yo jadee sin poder resistirme sintiendo como mi piel se erizaba.

Mal. Debía de sentirme jodidamente mal, sin embargo no lo estaba, solo quería más, como si a cada momento me sintiera más adicta a esto.

¡Ah! ¡Eros! —dije sintiendo como mis gritos solo aumentaban mientras mi vientre se contraía—, ¡AH!

Colocó una mano sobre mi boca; era tan grande que casi me tapaba toda la cara, callándome.

Shhh... —percibí que sonreía— ¿acaso quieres que nos oigan, gatita?

Él sacó el bastón de caramelo de mí hasta la altura de mi boca y me quitó la mano lentamente para pasárme el caramelo por los labios.

—Pruébate a ti misma —ordenó.

Abrí la boca y pasé la lengua por la punta observando su mirada oscurecida cuando él metió el bastón más adentro con lentitud en mi boca y lo sacó un poco para volver a meterlo, como si me masturbara la boca, simultáneamente bajó su otra mano y metió uno de sus dedos en mí; grande, grueso, no paraba de jadear cuando metió otro de sus dedos; ahora eran dos los que había empezado a mover rápido dentro de mí mientras que con su otra mano me observaba chupando el bastón de caramelo en mi boca cada vez más profundo; casi tocaba mi garganta.

—Imagina que es mi verga dentro de tu boca —susurró—, solo pienso en tu boquita apretándose alrededor de mi polla y me la pones a punto de reventar.

Mierda. Debía de estar mal, pero me excitaba cuando me hablaba sucio.

Sentí que no pude más cuando aún con sus dedos dentro de mí empezó a mover las yemas en ligeros círculos, tocando mi punto máximo, sentí toda mi piel caliente, y me estremecí echando la cabeza hacia atrás en el momento que recibí mi primer orgasmo con la respiración y el pulso hecho un desastre.

Acercó el bastón de caramelo nuevamente hacia mis labios hasta solo ponerme la punta y yo saqué la lengua saboreando y sabiendo que lo estaba seduciendo a su vez, mi mirada fija en sus ojos, lo vi morderse los labios y entonces sacando sus dedos de dentro de mí, los metió a su boca chupándolos con lentitud, cerrando los ojos como si fuera un deleite probar mis fluidos, cuando los volvió a abrir, noté su mirada de ojos azules más oscura, animal, salvaje, cuando susurró:

—Necesito besarte entera.

Se inclinó y me besó levemente en los labios, para continuar besando mi cuello, luego mi escote y seguidamente se arrodilló frente a mí, tomó una de mis rodillas y la colocó sobre su hombro para tenerme abierta ante él, su cabeza se metió en el medio de mis piernas sin restricciones, su lengua caliente chocando por toda mi hendidura con mi clítoris hinchado y palpitante, gemí sintiendo mi respiración completamente dispareja y me sostuve de sus hombros para no caerme mientras mi vientre se contraía y el intenso calor me invadía desde mis piernas hasta el resto de mi cuerpo nuevamente manifestando mi sensibilidad, él me tomó de los glúteos para mantenerme fija en mi lugar; sin escapatoria, todo se sentía más intenso, más relajante, más... excitante, ¿tal vez era por estar en un baño público donde cualquiera podría entrar y vernos? Eso definitivamente lo hacía más emocionante, no podía dejar de gemir, la sensación era demasiada intensa.

La venganza del rey (+21) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora