Capítulo 17: El deseo prohibido del príncipe

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Capítulo dedicado a:Cristinsmielgo por la teoría más loca y más acertada jajajaja xD


Capítulo 17: El deseo prohibido del príncipe

Eros Dunkel

No sé por qué la seguí.

No sé por qué estaba aquí frente a la puerta del baño dudando entre entrar o no cuando vi que vino sola.

No sé por qué deseaba tanto entrar y pegarla de la pared mientras devoraba su boca y le subía el vestido rojo hasta la cintura para entrar en ella hasta perder el sentido mientras ella jadeaba por más.

No debía. Debía dar media vuelta y largarme de aquí, sin embargo, antes de tomar una decisión, la puerta se abrió y Eva apareció deteniendose tan bruscamente que casi se tropezó con sus propios pies cuando fijó sus profundos ojos color esmeranda en mí, sus mejillas ligeramente sonrosadas, su carnosos labios rojos entreabiertos mientras alzaba sus cejas ante la sorpresa de verme.

¿Desde cuando yo iba detrás de una mujer? Ni siquiera recordaba la última vez que desee repetir ir a la cama con alguien que ya me había follado.

—¿Qu... qué hace aquí? —murmuró ella pestañeando un par de veces.

Yo tampoco sabía qué hacía aquí, ni tampoco por qué ella me lograba sacar de mi sentido común.

Sus ojos estaban ligeramente cristalizados, parecía al borde de llorar.

—¿Estás bien? —pregunté.

Ella aclaró su garganta, su nariz ligeramente roja.

—Sí. —evidentemente mintió y una de sus manos fue a su nuca, mis ojos siguieron el movimiento de su mano y luego bajaron a su escote donde los pezones se le habían endurecido tanto que se reflejaban en la tela.

—Ese vestido rojo te queda muy bien, nena —susurré y volví a mirar su rostro, su respiración se había vuelto irregular, evitó mi mirada.

—Gracias, pero creo que es un comentario inapropiado, señor Eros Dunkel.

Relamí mis labios y noté como ella alzó la vista hacia mi boca, sus ojos ligeramente oscurecidos cuando mordió su labio inferior, el deseo siendo torturante entre los dos a cada segundo que transcurría.

«Oh, nena, se te nota tanto el deseo que me tienes y al que te resistes...»

—¿Quieres que te diga uno más inapropiado? —dije atreviéndome a dar un paso hacia ella— Te verías mejor sin nada puesto.

Ella dejó de respirar, y a pesar de nuestra cercanía, no se inmutó ni un poco.

—Deje de decir esos comentarios... —susurró, su voz ahogada.

—¿Por qué? —alcé una ceja.

—Es inapropiado —murmuró Eva volviendo a evitar mi mirada—, además estoy saliendo con Federico...

No le creía ni un poco su excusa barata de que estuviera saliendo con él, no sabía lo que se traían entre manos, pero simplemente no le creía que lo deseara más de lo que me deseaba a mí.

—¿Tan rápido me olvidaste? —murmuré.

—Sí. —respondió.

—No te creo nada, Eva.

Di otro paso hacia ella, pero Eva colocó una mano sobre mi pecho; deteniéndome, el toque de sus dedos casi como si traspasara mi camisa, ardiendo. Sus ojos como la esmeralda se fijaron en los míos y lo vi morderse el labio inferior, la fantasía de ella de rodillas ante mí mientras le metía la polla y me follaba esa linda boquita cruzó por mi cabeza tensándome la bragueta del pantalón.

—Por favor, señor Dunkel —susurró ella en una suplica—, si se vuelve a acercar a mí, te... ten... tendré que acusarlo con la policía y me iré de regreso a América.
—¿Y qué le dirás a la policía? —pregunté alzando una mano para envolver su cuello mientras continuaba en un susurro:— ¿Qué se te ponen los pezones duros y que te mojas cada vez que me ves, gatita?

Ella volvió a morder su labio inferior, su pecho subía y bajaba.

—No —respondió—, le diré que el padre de mi mejor amiga no me deja en paz por más que intente alejarlo de mí.

—¿Entonces quieres que me aleje? —pregunté deslizando mis dedos de su cuello hasta su rostro, ella se estremeció—, Porque pareces temblar cuando me tienes cerca.

Tragó pesadamente saliva.

—Por favor —susurró con voz ronca arqueándose contra mí—, aléjate de mí...

Que contradicción podía ser esta mujer, se derretía ante mí pero se negaba a ceder.

Me acerqué a ella y cerró los ojos entreabriendo los labios como si esperara que la besara, su aliento rozando mi boca.

—Como quieras, nena —murmuré.

Me di media vuelta y la solté yéndome de ahí, prometiendo que cuando cediera ante mí, la iba a hacer rogar.

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AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! hoy tres capítulos :D recuerda votar o te dará diarrea :D

La venganza del rey (+21) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora