Capítulo 32: La fiesta de compromiso, parte II

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Capítulo 32: La fiesta de compromiso, parte II

Cuando terminamos la sesión de peluquería, nos cambiamos de ropa y fuimos directamente al evento, ya estábamos sobre la hora, el día había pasado muy rápido. Anastasia la escoltaron al lugar, Aurora me pidió que me quedara con ella porque tenía que esperar unos minutos para dar su entrada triunfal.

—Extrañamente ella me cayó bien. —le comenté a Aurora.

—¿En serio?

—Sí, creo que yo también a ella.

—Pues bien —dijo Aurora con una ligera sonrisa—, a veces encontramos amistades donde menos lo imaginamos.

Anunciaron su entrada y ella entró saludando como toda una princesa, al público ahí presente para reunirse con Carmelo. Luego de un momento cuando ya nadie prestaba atención yo entré al jardín perfectamente decorado, habían mesas, música, todo era tan elegante que me sentí intimidada, pero luego Federico me encontró, parecía que la molestia de ayer por acusarlo de no ser gay se le había pasado. Me presentó a varias personas y aproveché la oportunidad para entablar conversaciones con doctores, conseguí que me invitaran a varias convenciones en América que era exclusivas, me parecía interesante que el consejo de Anastasia hubiera funcionado, actuar para mi beneficio.

Me disculpé un momento para ir por una copa de vino, ya me dolían los pies, estos zapatos de tacones no eran nada cómodos. Cuando me acerqué a la mesa de copas percibí la mirada de varios hombres jóvenes y guapos seguirme, me voltee para volver a donde estaba Federico cuando de repente una chica se interpuso en mi camino y me echó el trago de su vino blanco en el escote del vestido, y luego jadeó como si no hubiera sido apropósito.

—Oh, perdón —dijo con fingido tono arrepentido.

Alcé la vista viendo que era Francia, se notaba en el brillo de sus ojos que lo hizo apropósito.

—Espero no te manche —continuó diciendo y con una ligera sonrisa en sus labios se dio la vuelta y se fue.

¡Envidiosa! No puedo creer que me compadecí de ella por lo ocurrido con sus padres.

Tomé unas servilletas y me limpié.

—¿Francia ataca?

Voltee encontrándome a Anastasia, tenía una copa de vino vinotinto en su mano y alzaba una ceja con una mueca de desagrado al ver lo que me hizo.

—¿Ya la conoces? —pregunté.

—Claro que la conozco —giró los ojos—, se metió con mi hermano, mi otro hermano y creo que con un tío, tiene serios problemas de promiscuidad.

Vaya.

Eros se acercó a nosotros por primera vez en toda la noche, él llevaba un traje color negro con algunos detalles dorados que cubrían sus tatuajes aunque algunos se asomaban en su cuello, su barba estaba mucho más corta, como solo una sombra que lo hacía ver más joven y atractivo, su cabello largo amarrado en un moño hacia atrás, en su mano sostenía un vaso con lo que parecía whisky. Inexplicablemente mis piernas temblaron y mi corazón salió disparado empezando a latir como a diez mil veces por segundo.

—Príncipe Dunkel —dijo Anastasia—, un placer volver a verlo.

Parecía que ella le tenía aprecio o admiración, era muy cordial con él.

—Lo mismo digo. —dijo Eros y caballerosamente le tomó la mano y se la besó.

¿Por qué sentía celos si no parecía haber ninguna clase de coqueteo? Joder, este hombre me tenía mal.

La venganza del rey (+21) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora