13 ⌘ Spring Break

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I could really use a dose of some paradise
Realmente me vendría bien una dosis de paraíso
Sometimes you gotta run from a broken heart
A veces hay que huir de un corazón roto
Before I turn into a ghost, need a brand new start
Antes de convertirme en un fantasma, necesito un nuevo comienzo
Get myself headed to the coast, man, it ain't that far
Dirígete a la costa, hombre, no está tan lejos

West Coast, OneRepublic

Vacaciones de primavera.

Una semana de vacaciones a mitad del primer semestre del año que da a los estudiantes un respiro entre tantas responsabilidades.

Es la semana que no está dedicada a la familia; a diferencia del fin de semana de Acción de Gracias y las festividades navideñas; y se da prioridad a celebrarla con amigos y compañeros de la escuela.

En Moscú, las festividades de Pascua son concurridas, llenando las calles con flores para darle la bienvenida a la primavera. Pero en general, las fiestas son más conservadoras y no tan alocadas como se suponía que lo hacían en América, con las fiestas en bikini y un montón de alcohol.

Ni Kai ni Tai habían tenido la oportunidad de vivir la experiencia de lo que conllevan las vacaciones de primavera porque en primera, en aquel entonces no tenían la edad para viajar solos sin supervisión ni para ingerir alcohol. Y en segunda, porque en cuanto ponían un pie fuera de la escuela al iniciar las vacaciones, el otro lo estaban poniendo en el avión para volar de regreso a Rusia.

Así que cuando Niki le preguntó a Tai si existía la posibilidad de hacer un viaje por las vacaciones de primavera, Mia y Harry fueron los primeros en subirse al vagón y comenzar a planear un viaje entre amigos a la villa que los Nazarova tenían en Malibú. Emma los alcanzaría ahí, emocionada con la idea de no tener que quedarse en la universidad durante una semana y estudiar.

—¿Emma está bien? —Tai preguntó en voz alta en la cocina de la veterinaria, acompañando a Mia a cocinar en lo que llegaba su siguiente cita perruna.

—¿Por qué preguntas? —Mia revolvió un poco la olla en donde estaba cocinando macarrones con queso.

—Está prefiriendo ir a la playa que quedarse a estudiar.

—Emma es quien menos tiempo ha pasado contigo, a pesar de que debería haber alguien por debajo de ella —Mia no se molestó en ocultar su sarcasmo, haciendo que Tai girara los ojos al saber que se refería a su amistad con Alek—. ¿Puedes culparla por emocionarse por verte?

Tai sacudió la cabeza, moviendo los dedos sobre su teléfono para escribir una respuesta.

—Y creo que está huyendo del chico con el que había estado saliendo —complementó Mia.

—¿Qué?

—Pensé que Emma te lo había dicho —Mia se encogió de hombros, restándole importancia—. Se llama Henry, creo. Tiene un mes saliendo con él. Todo sonaba muy bien hacía unas semanas, hasta que Henry tocó ese tema.

—¿Emma no se lo ha dicho?

Mia suspiró cansada.

—Estoy segura que lo ha de haber mencionado, pero como Emma siempre dice: los hombres son una especie con la que no hay que perder el tiempo tratando de entender.

Si bien Emma no tenía problema con decirle a las personas con las que salía que era asexual, muy pocos eran sinceros al decir que eso no era un impedimento para salir. Tal vez creían que Emma lo decía para no ser considerada una chica fácil, y que una vez iniciada la relación, cambiaría de parecer y aquello de ser asexual pasaría a segundo plano. Emma perdía el interés en el segundo en que el chico siquiera lo insinuaba.

Ruleta Rusa [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora