The greatest thing that I have achieved
Lo más grande que he logrado
Was four little words, down on one knee
Fueron cuatro pequeñas palabras, de rodillas
You said, "Darling, are you jokin'?", and I just said, "Please"
Dijiste, "cariño, ¿estás bromeando?", y yo solo dije, "por favor"
Ain't it funny how the simplest things in life can make a man?
¿No es gracioso cómo las cosas más simples de la vida pueden hacer a un hombre?
Little moments that pass us by
Pequeños momentos que nos pasan—First Times, Ed Seeran
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[N.A. Este extra sucede un año y medio después del capítulo 40]
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La última vez que Alek había visto el rostro de su madre irradiar tanta felicidad, fue antes de que su padre falleciera años atrás.
Una semana antes de navidad, Alek organizó todo para sentar a su madre en una cena de cinco estrellas en el comedor de su casa, con velas que iluminaban la mesa y luces apagadas para darle un tono un poco romántico.
Tal vez por eso Alek no la juzgó cuando llegó de trabajar en el asilo y Anya se detuvo en seco al ver la escena.
—Vaya. No me habías dicho que Tailime regresaba el día de hoy.
—¿Qué? —Alek preguntó, usando con una camisa y un pantalón de vestir que daba a entender que estaba a punto de tener una cita—. No, mamá. Esto es para ti.
Anya arqueó una ceja, mirando a su hijo con desconfianza. Eso hirió a Alek. Nunca había hecho algo tan terrible como para que le dedicaran una mirada de ese calibre. Aunque también entendía que pocas veces tenía este tipo de detalles tan elegantes con su madre.
—¿Para mí? —Anya dejó su abrigo y bolsa sobre el sillón de la sala, analizando la mesa servida con varios platillos en bandejas que solo usaban cuando había invitados importantes—. ¿A qué se debe todo esto?
—Hay algo importante que quiero decirte —Alek retiró una silla de la mesa, cediéndole el lugar.
Anya se movió en silencio, aún precavida por toda la sorpresa. Y no es que no le gustara que su hijo tuviera ese tipo de detalles. Solo no estaba acostumbrada. Alek tendía a hacer cosas por ella, pero solían ser cosas domésticas, más que cenas a la luz de las velas. Claro que de vez en cuando iban al cine juntos, y tenían sus propias escapadas de madre-hijo una vez al mes. Pero siempre eran planeadas.
Esa cena no lo era.
—¿Hiciste algo que no debías?
Alek dejó de abrir la botella de vino para mirar a su madre, incrédulo.
—¿En serio crees que haría algo así para enmendar un error?
—Sé que no embarazaste a Tailime, porque no se han visto desde París. Además de que estoy segura que se están cuidando. Así que solo se me ocurre que hayas reprobado una materia.
Alek resopló divertido, sirviendo las dos copas de vino antes de poner una frente a Anya.
—Estás usando protección, ¿cierto?
—¡Mamá!
Para ser la persona que casi sufre una crisis cuando Alek había dicho inocentemente que había dormido con Tailime en el campamento de la escuela, era extraño que ahora Anya se asegurara de esas cosas.
En realidad, a Alek no le molestaba que su madre supiera que ya tenía una vida sexual activa. Lo que le incomodaba era que preguntara esa clase de cosas, como si fuera un niño pequeño que no sabía lo que hacía. Además de que el motivo de la cena no tenía absolutamente nada que ver con eso.
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Ruleta Rusa [Libro #2]
RomanceBilogía «Russkaya ruletka». Libro #2. Alek Ivanov se fue a Tokio esperando regresar para saber qué decisión había tomado Tailime Nazarova respecto a su relación. Pero ella nunca volvió de Moscú, dejando el corazón de Alek destrozado. «Dos por uno» s...