—ALEK—
Ese tenía que ser el peor viaje de primavera. De. La. Historia.
Verán. Sabía que estaba extremadamente jodido en el momento que puse las palabras amar y Tai juntas en una sola oración, sin tener un adjetivo/adverbio negativo de por medio.
Es de sabios reconocer. Y esa era la verdad. Amaba a Tailime y siempre la iba a amar. Un poco dramático, pero de verdad creía que eso podía ser posible. Pero el que lo reconociera no quería decir que fuera lo correcto. O en su caso, lo oportuno.
Anna había mencionado a Skyler en el desayuno, cuando solo estabamos ella, Tai y yo.
En su momento, decidí dejar esa posibilidad por la paz. Suficiente tenía con una chica para tener que estar complicando mi existencia con otra. No era mi intención buscarla después del club, pero ver a Nikita entrar a la cocina con un bostezo y depositar un beso sobre el cabello de Tai me revolvió el estómago.
Solo fui capaz de terminar su café sin comer nada más.
Skyler parecía sorprendida por la llamada que le hice apenas salí de la cocina. Y fue tarde cuando después de invitarla a pasar el día en el yate, se me ocurrió la idea de que a los mellizos tal vez no les iba a agradar tanto el que hubiera invitado a una completa extraña a su fiesta.
Con la cola entre las patas, me acerqué a Kai en la habitación cuando el mellizo salía de tomar una ducha, comentando lo que había sucedido.
Kai frunció el ceño, secándose el cabello con una toalla. Conocía esa mirada como para saber qué era lo que Kai pensaba. Me estaba llamando idiota en su cabeza por siquiera preguntar. Sabía que iba a terminar dándose media vuelta para que interpretara su silencio, y así tendría que sufrir las consecuencias si había interpretado mal.
Por eso me sorprendió cuando abrió la boca.
—¿Y solo sería ella, o también su séquito de amigas?
—Uh... —no había pensado en eso—. Creo que... ¿solo ella?
—¿Me estás preguntando, o me estás confirmando?
Me mordí los labios, intentando decidir si sería mucho problema invitar a las amigas de Skyler, o si sería muy grosero de mi parte separarla de ellas.
—Puedes decirle que pueden venir todas.
Miré a Kai con los ojos abiertos de par en par, sorprendido. Él seguía tallándose el cabello con la toalla, con los mechones desarreglados y casi secos cuando se encogió de hombros.
—Entre más mejor, ¿no? Además, hay espacio suficiente en el yate.
Y la verdad es que ni siquiera me planteé la idea de ir a preguntarle a Tai al tener la bendición de Kai.
Y eso no significaba que estuviera huyendo de ella después de la charla de corazón abierto que habíamos tenido. No, señor. Solo... burocracia. Kai no tuvo problema, Tailime no debería tenerlo tampoco.
Igual, el karma que me cargaba se encargó de ponerme en su lugar por no haber preguntado.
Todos se reunieron en la alberca para dirigirse al muelle, y supe que había sido una excelente idea invitar a Skyler y a sus amigas en cuanto vi a Tai salir de la villa.
Nunca iba a negar que tenía un tipo de chica: cabello negro, ojos grandes, un cuerpo decente, sin exagerar aquí ni allá. Por ejemplo: Krysten Ritter. Dios, daría mi brazo derecho por siquiera estar bajo el mismo techo que ella.
Skyler era lo opuesto. Rubia y cabello lacio y largo. Su rostro estaba pintado con pecas casi imperceptibles, adornado con un par de ojos verde avellana. No del mismo tono que el de Tai, pero aun así eran bonitos.
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Ruleta Rusa [Libro #2]
RomanceBilogía «Russkaya ruletka». Libro #2. Alek Ivanov se fue a Tokio esperando regresar para saber qué decisión había tomado Tailime Nazarova respecto a su relación. Pero ella nunca volvió de Moscú, dejando el corazón de Alek destrozado. «Dos por uno» s...