39 ⌘ El País De Las Maravillas Parte 2

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I reached for you but you were gone
Te busqué pero te habías ido
I knew I had to go back home
Sabía que tenía que volver a casa
You search the world for something else
Buscas en el mundo algo más
To make you feel like what we had
Para hacerte sentir como lo que teníamos
And in the end, in Wonderland, we both went mad
Y al final, en el País de las Maravillas, los dos nos volvimos locos

Wonderland (Taylor's Version), Taylor Swift

Después de esa fiesta, las interacciones en la escuela estaban cargadas de un aire travieso. Tai sentía como si estuvieran jugando a las escondidas. Como si estuvieran viviendo un romance literario, donde nadie debería saber que Lawrence y ella estaban juntos.

Aunque decir que estaban juntos era una suposición, porque Lawrence solo emboscaba a Tai cuando estaba sola, en lugares poco concurridos para hablar con ella, divirtiéndose con las reacciones nerviosas que lograba sacarle.

La segunda bandera roja que Tai vio, pero decidió ignorar, fue en la fiesta de disfraces de Halloween, cuando Lawrence le robó su primer beso.

No fue tan romántico como ella hubiera esperado. No hubo fuegos artificiales, ni música instrumental que llenara el ambiente del mágico momento.

Todos sus amigos habían decidido ir a la fiesta organizada por el comité de la escuela, donde Harry era miembro honorario. Se llevaría a cabo en el gimnasio de la escuela, e incluso habían promovido un concurso de disfraces. Tai, junto con Mia y Emma, habían decidido hacer la versión femenina de los Tres Mosqueteros, incluyendo el sombrero de ala ancha y pluma despampanante.

Tai estaba feliz, porque al fin le había retirado los frenos, y sus amigos habían decidido festejarlo con bromas y chistes para hacerla reír y poder ver sus dientes tras sus sonrisas.

Pero Tai decidió que lo mejor que pudo hacer para celebrarlo, era que Lawrence la sacara de la fiesta sin que nadie lo notara, y se escondieran en la seguridad de las sombras para estrenar su reciente boca liberada en un beso con sabor a tabaco y látex, ya que Lawrence había decidido ir como un futbolista zombi.

Fue rápido y desesperado, como si Lawrence quisiera que terminara pronto, pero al mismo tiempo, lograr saciar su curiosidad.

Tai creyó que apenas estaban comenzando cuando Lawrence se separó, admirando el desastre que había provocado en ella.

Soltó una risita, dando un paso hacia atrás, haciendo que Tai extrañara el calor de su cuerpo.

—Deberías limpiarte la boca antes de regresar a la fiesta.

La verdad, ese no era el comentario que Tai esperaba escuchar al término de su primer beso. Por instinto, Tai se llevó una mano a la boca, sintiéndola pegajosa y con remanentes de látex.

—Oh —Tai intentó mirar a Lawrence entre la oscuridad del pasillo de servicio—. Se estropeó tu maquillaje.

Lawrence se encogió de hombros, restándole importancia.

—Soy un zombie —dijo, como si fuera lógico—. Puedo fingir que me acabo de comer un cerebro entero.

Y simulando que iba a morderle el cuello, Lawrence hizo reír a Tai con sus gruñidos.

—En serio, Tai. Te ves hermosa sin los frenos —Lawrence le pasó el pulgar por el labio inferior, para después mirarlo con una mueca, y se limpió con la camiseta manchada de sangre falsa—. No puedo esperar a comerme esa boca de nuevo. Espera aquí hasta que no haya moros en la costa. ¿De acuerdo?

Ruleta Rusa [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora