19 ⌘ Verdad O Reto

536 98 221
                                    

Tai sorbió el té caliente de la taza que acunaba entre sus manos. Eran las ocho de la mañana y la villa estaba en silencio. Otra vez, solo era el personal lo que hacía que pareciera que el lugar tenía vida. Sopló sobre la superficie caliente del té mientras miraba por la ventana de la cocina. No era café, pero al menos era un buen sustituto para la cafeína.

No habían regresado tan tarde del viaje del yate, pero todos llegaron igual de cansados y alcoholizados que el día del club. Tai no recordaba cómo era que había subido y se había metido en su cama. Solo recordaba que Serge se había ofrecido a llevar a Niki a su habitación, y eso había sido suficiente para que Tai se olvidara de todo lo demás.

Pero para las siete cuarenta de la mañana, Tai había abierto los ojos. Y por más que se removiera en la cama, se sentía intranquila. Pensó por un momento volver a salir al balcón para despertarse por completo, pero no quería saber si Alek había vuelto a salir a nadar en la bahía.

Así que tomó una de las sudaderas dos tallas más grandes que la suya, y bajó las escaleras, descalza.

Tai le dio otro sorbo al té, dejando que la agradable sensación caliente bajara hasta su estómago. Agradeció al chef que puso un plato de fruta frente a ella, apenas sonriendo antes de volver a perder su mirada en el centro de la mesa.

Ese día había decidido pasarlo en la villa, disfrutando de la alberca y de la playa. Algo así como un descanso de media semana antes de volver a alocarse en la segunda mitad de sus vacaciones.

El sonido de pasos en la entrada de la cocina la hizo alzar los ojos. Y casi se quema la lengua cuando vio a Skyler entrar con pasos inseguros hacia el recinto con la misma ropa con la que había estado el día anterior, el cabello alborotado y un par de ojeras bajo los ojos.

Skyler también parecía sorprendida de verla, pero solo duró un segundo antes de que la rubia sonriera con suficiencia y se irguió derecha.

Ahora con paso firme, Skyler entró a la cocina, acercándose a la barra e ignorando a Tai, que la seguía con ojos de halcón.

¿Por qué estaba Skyler en la villa? ¿Por qué no se había ido al hotel con el resto de sus amigas? ¿Dónde demonios había dormido?

—Solo vine por agua —Skyler ofreció como explicación, a pesar de que Tai ni siquiera había abierto la boca—. Alek sigue dormido en la habitación, pero supongo que no tardará en despertar.

El corazón casi se le desboca a Tai ante esa insinuación. ¿Quién rayos le había dado permiso a Alek de invitarla a pasar la noche? Kai no había estado cuerdo cuando regresaron, y la única con la autoridad además de él era Tai como para dejarlo hacer eso. Y definitivamente, ella hubiera dicho que no.

—Gracias —Skyler arrastró el agradecimiento de forma melosa, sonriendo hacia el chef que acaba de entregarle dos vasos llenos de agua.

Con la nariz en alto y caminando orgullosa, Skyler pasó de largo, volviendo a salir por la puerta por la que había entrado.

Pero se quedó parada después de un momento. Tai seguía con los ojos clavados en ella, a la espera de ver que haría después. Pareció que Skyler se dio por vencida en su debate interno, porque se giró orgullosa de nuevo hacia la cocina, alzando una ceja a la espera de que Tai le dijera algo.

Al principio, Tai creyó que esperaba una felicitación o reclamo de su parte, pero después entendió que lo que Skyler quería que le dijera era la dirección en la que estaba la habitación de Alek.

Oh.

Tai parpadeó, el color regresando a su rostro. ¿No se suponía que, si habían dormido juntos, Skyler debería saber dónde quedaba el cuarto de Alek y los chicos? Además, Alek dormía con Luka y Serge. Era imposible que hubieran podido hacer algo en la noche sin que los demás se dieran cuenta.

Ruleta Rusa [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora