3 ⌘ Nikita

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[N.A.: Hola mis devushkos! Con esta nueva historia, tenemos personajes nuevos, y muchísimos más diálogos en ruso. Por eso «los diálogos que se encuentren señalados de esta manera» indican que se está hablando en ruso. Solo como aclaración. Gracias por seguir leyendo!]

—Cuando Arizona me dijo que eras miserable, la verdad me imaginé que este lugar sería un desastre. Esperaba escuchar música deprimente a todo volumen y ver algunos cartones de helado regados por el suelo.

Alek se despertó cuando la voz de Luka hizo eco en sus oídos, pero no levantó el rostro de la almohada cuando la puerta de su habitación se cerró.

—Pero llegar al punto de querer ahogarte en tu almohada me parece algo drástico, ¿no crees?

El silencio fue la única respuesta al sarcasmo de Luka. Alek lo escuchó caminar hacia la cama y el colchón hundiéndose a sus pies cuando Luka se sentó en la orilla.

—Tu mamá está preocupada —Luka dijo en apenas un susurro—. Dice que tienes días sin salir de tu habitación y has estado de mal humor otra vez.

De nuevo, el silencio fue su respuesta. Un suspiro por parte de Luka irrumpió la tranquilidad de la habitación, como si estuviera cansado de la actitud de Alek a pesar de tan solo llevar dos minutos con él.

—Creo que es bastante serio si tu mamá tuvo que recurrir a mí para intentar arrastrarte fuera de la cama. ¿Le has dicho que regresaron los Nazarova?

Fue cuando Alek se levantó de su letargo, abriendo los ojos y recibiendo la luz de la habitación de un solo golpe después de haber estado más de una hora contra la almohada.

Una vez se acostumbró a la luz artificial de la lámpara de su habitación, logró enfocar a Luka, que sonreía con burla.

—Así que esa es la razón por la que estás de cascarrabias.

—¿Cómo sabes...?

—Kai nos avisó que vendrían estas vacaciones —ver a Luka encogerse de hombros fue como una bofetada de guante blanco para Alek, como si al fin descubriera que todos sus amigos habían estado conspirando en su contra—. Quería saber si Serge y yo estaríamos de regreso para poder reunirnos.

Alek miró el suelo de su habitación. Si bien Luka había descrito que esperaba ver un escenario de película de romance adolescente donde la chica estaría hecha un desastre por haber terminado con su novio, la habitación de Alek comenzaba a acumular ropa y algunos envases de comida para llevar, las cuales conseguía al regresar a casa después de las horas extras en las que se estaba sumergiendo durante la última semana para evitar pensar en Tailime.

—Kai no me avisó a mí.

—¿En serio? Entonces, ¿cómo sabes que los mellizos están aquí?

—Kai ordenó comida del restaurante y tuve que entregarla en la mansión —Alek se giró en la cama para quedar boca arriba, tallándose la cara en desespero—. Parecía sorprendido de verme, así que no creo que supiera que trabajo en la pizzería en mi tiempo libre. Si no fuera por eso, entonces nunca me hubiera enterado...

—Tal vez porque la última vez que se vieron no fue en los mejores términos —Luka se cruzó de piernas, mirando hacia el techo—. Te recuerdo que le rompiste el corazón a la devushka.

Alek dejó caer los brazos en sus costados. Tenía años sin escuchar el apodo que Luka le tenía a Tailime, y volver a hacerlo le reiteró a su manera era una realidad, Kai y Tailime estaban de vuelta en Sacramento.

Ruleta Rusa [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora