Oh, we're on the right side of rock bottom
Oh, estamos en el lado correcto del punto más bajo
And I hope that we keep falling
Y espero que sigamos cayendo
We're on the good side of bad karma
Estamos en el lado bueno del mal karma
'Cause we keep on coming back for more
Porque seguimos regresando por más—Rock Bottom, Hailee Steinfeld ft. DNCE
⌘
—ALEK—
Correr en la playa era confuso. Me sentía más liviano, y podía respirar mucho mejor que si corría en el centro de alto rendimiento de Sacramento, pero también sentía que estaba haciendo un esfuerzo mayor cuando las zapatillas deportivas se hundían en la arena.
De igual forma, logré recorrer la distancia que el entrenador Duncan siempre imponía cuando se acercaban las competencias, e incluso le envié una fotografía a mamá para que constara prueba de ello.
Sonreí al ver su respuesta: un claro reclamo por estar entrenando en las vacaciones en vez de estar durmiendo.
El estómago me rugió mientras le contestaba que yo también la amaba y que prometía descontrolarme como el adulto joven irresponsable que era, entrándo por la puerta de la cocina, y esperando que los chefs ya estuvieran preparando algo para cuando saliera de la ducha.
—¿Volviste a nadar? —la voz de Tai era como un fantasma del que no podía deshacerme.
Estaba sentada en la mesa de la cocina, y la conversación que habíamos tenido en la habitación del yate me llegó de golpe. Por eso me recordé que ahora éramos amigos, no importaba lo orgullosa que Tai se hubiera visto cuando Luka anunció que habíamos estado juntos en el pasado.
Guardé el teléfono en el pantalón, pero el plato de fruta frente a ella fue lo que hizo que mi estómago volviera a gruñir en reclamo. Ignoré todo lo demás, tomé la silla contigua a la de Tai y me senté. Sin siquiera preguntar, me robé una rebanada de melón y me la metí a la boca, suspirando complacido cuando el sabor dulce contrarrestó el sabor amargo del día anterior.
—Salí a correr por la playa.
—¿Qué nunca duermes? —resopló Tai, divertida.
—No cuando mi entrenador amenazó con colgarme de los pulgares si subía un solo gramo.
Y no era broma. El entrenador Duncan había advertido que si llegábamos a subir de peso durante las vacaciones, nos haría correr la milla hasta que estuviéramos dentro de los parámetros. Había un campamento de preparación en unas cuantas semanas, por lo que era común que el entrenador estuviera vigilándonos de cerca a pesar de tener unos días de descanso.
Tanto Tai como yo nos mantuvimos en silencio, y me permití admirarla detenidamente, enfrascada en la lectura del libro que tenía en las manos, tomando de vez en cuando de la taza con líquido marrón.
—Creí que no tomabas café.
Y es que, a pesar de los años, recordaba que nunca antes la había visto tomar cafeína. Cuando salíamos, siempre tuve cuidado de ordenar bebidas libres de la droga. Sabía que la vida de adulto era demandante, y la universidad era detonante para que muchos estudiantes se volvieran dependientes del café, pero Tai parecía tan tranquila como siempre la veía cuando tomaba sus infusiones.
—No es café —Tai alzó sus ojos del libro, e iba a negar categóricamente lo estupefacto que quedé después de que Tai me sonriera—, ¿Quieres probar?
—Es café.
Hasta que tuve la taza en sus manos, detecté el olor diferente al característico del café, pero no iba a descartarlo hasta que lo probara. Dí un sorbo, y mis ojos se abrieron ante el sabor, mirando la taza con sorpresa.
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Ruleta Rusa [Libro #2]
RomanceBilogía «Russkaya ruletka». Libro #2. Alek Ivanov se fue a Tokio esperando regresar para saber qué decisión había tomado Tailime Nazarova respecto a su relación. Pero ella nunca volvió de Moscú, dejando el corazón de Alek destrozado. «Dos por uno» s...