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— ¿Saben qué? Estoy un poco ofendido de que todavía me estén regañando. Soy el único aquí que hizo algo— escucho la conversación mucho antes de que pueda despertar por completo. Anoche, cuando llegué, lo único que hice fue tomar una ducha e intentar dormir, pero la imagen de Jace decapitando a una persona hizo que se me dificulte. Después de mirar las luciérnagas en el balcón durante horas, finalmente conseguí conciliar el sueño.

Hoy, cuando despierto, lo primero que escucho es la voz de Jace. No está cerca, no. Puedo escuchar que están en algún lugar del primer piso. Escucho los pasos de una esquina hacia otra, escucho el sonido de los hielos chocando con el vaso, e incluso escucho la manera en la que alguien chasquea la lengua cuando Jace habla.

— No te estamos regañando— admite Penny, una especie de emoción se filtra en su voz.— Es más, a mí me hubiera gustado ver como asesinan a Xander.

— A mí la verdad es que muy bien no me caía— admite Fiora.— ¿Salió mucha sangre cuando le cortaste la cabeza?

— ¡Por Dios, dime que guardaste su cabeza!

— No guardé su cabeza— masculla Jace.— Pero sí. Fue mucha sangre. Fue tanta que...

— Por el amor de todos los cielos, ¿se pueden callar? Ya dejaste a Eleanor traumatizada por con tus jueguitos, ¿cómo vas a lograr no traumatizar a la aldea completa cuando les cuentes la noticia? ¿Cómo demonios vas a contarles que asesinaste a uno de sus líderes, Jace? 

Nain.

Por alguna razón, Nain me está dejando escuchar esta conversación. ¿Será un simple descuido? ¿O será que él desea que yo escuche lo que están hablando?

— Venga, lo maté, ¿y qué? 

— ¿Y qué? ¡Que ahora tenemos un problema mucho mayor!

— Tú lo llamas un problema, yo lo llamo una solución.

— ¿Podemos matar a alguien más?— pregunta Penny.

— A mí la verdad es que hay muchos que me dan mala espina— suspira Fiora con aburrimiento. 

— ¿Qué pretendías hacer con la cabeza siquiera?— pregunta Nain, disgustado.

— Se las iba a dar como regalo— la inocencia en la voz de Jace hace que un escalofrío recorra mi organismo.— Creí que les gustaría.

— ¡Eso es tan lindo!— exclama Penny, impresionada. Fiora se muestra de acuerdo con ella. 

— Un gesto dulce, sin duda.

— Pero, ¿de qué están hablando?— chilla Nain, conmocionado, casi tanto como lo estoy yo. Es casi como si él pudiera hablar a través de mí.— ¡No pueden decir ese tipo de cosas!

— ¿Por qué no?— pregunta Jace.— Tú no lo viste, Nain. Si tan sólo me hubiera demorado unos segundos más en llegar...

— Bueno, está bien. Quisiste ser el héroe para llamar la atención de la recién llegada...— tan pronto aquellas palabras salen de la boca de Nain, todos se ponen a chillar al mismo tiempo. 

Mientras que Fiora grita una carcajada ruidosa, Penny suelta un:— ¡Awwwwwwwwwwww!

Sin embargo, es la voz de Jace la que se escucha más alta. 

— ¿Llamar la atención de...? ¿Pero, te has vuelto loco? ¿Por qué querría llamar la atención de la misma chica que parece un cervatillo asustado cada vez que nos mira?

— Tú dime, Nain.

— ¡Está enamorado!— ríe Fiora.

— ¿Se pueden callar? No estoy enamorado. Apenas la conozco, ¿vale? Y aunque la conociera, estoy seguro de que no se le quitaría esa manía tonta que tiene de meterse en problemas....

LOS CREADORES DEL CAOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora