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— ¿Te has vuelto completamente estúpida?

Siento que es una pregunta injusta tomando en consideración los tiempos en los que nos encontramos. Aún así, decido ladear el rostro un poco y observarla con incertidumbre.— ¿Si?

Selene niega para sus adentros y hace su camino al interior de su casa, dejando la puerta abierta. Asumo que es una invitación, así que la sigo por detrás y cierro la puerta detrás de mí. El interior es igual a todas las casas de Divinity; elegante pero rural al mismo tiempo. Una mezcla entre la modernidad y la naturaleza que nos roda.

Han pasado dos semanas desde el ataque. Dos semanas en las que nos hemos levantado y acostado limpiando escombros. Dos semanas en las que todo lo que hemos hecho ha sido devolver la normalidad a este lugar.

Con nada minuto que pasa, más intento no pensar en que este no es mi hogar. Esta no es mi aldea, estas personas no son mi familia y esta misión sólo es temporal. En cualquier momento, tendré que irme de aquí y tendré que hacer lo que me he intentado convencer que no es tan necesario; traicionarlos. 

— No puedo ayudarte, Eleanor— dice Selene, tomando asiento en uno de sus sofás color verde limón.— Si Jace se entera...

— No se va a enterar— le aseguro, sentándome a su lado y dándole énfasis a mis palabras como si eso pudiera convencerla.— Ninguna de las dos le va a decir. 

— No puedo— insiste.— Si te ayudo a conectarte con el mundo espiritual, bien podrías quedarte allí encerrada. Para siempre.

— Es un riesgo que estoy dispuesta a asumir.

Selene se pasa las manos por su cabellera rubia y niega, intentando convencerse a sí misma de que no es lo correcto. 

— Piénsalo bien, ¿por qué Juniper me daría toda esta información si no estuviera completamente segura de que puedes hacerlo?

Selene se queda pensativa, pero no parezco estar convenciéndola.— Nadie lo va a saber— añado.— Te lo juro por todos los cielos.

— De seguro lo van a saber si te quedas allí encerrada y mueres— masculla por lo bajo. Yo esbozo una pequeña risa malosa. 

— ¿Cómo voy a quedarme encerrada si tendré a la mejor allí para acompañarme y evitar una tragedia?— choco mi codo con el de ella y levanto una ceja en su dirección. Pero parece estar ablandándose. 

— No lo sé...

— Por favor, Selene. Si quieres, dejo una carta por escrito diciendo que tomaré la Nocturna por mi cuenta...¡Y puedes decir que me encontraste así y que intentaste hacer algo, pero que ya era demasiado tarde! 

Lo medita durante unos cuantos segundos mientras yo la observo esperanzada. Sé que quizás estoy usando la peor forma de convencimiento que puede usar alguien; la manipulación. Y aun así, supongo que a estas alturas da igual. Estoy dispuesta a hacer lo que tenga que hacer para hablar con mi madre antes de que estas personas conozcan mi verdadera identidad.

Selene suelta un pequeño suspiro.

— Vale— dice, y yo comienzo a chillar emocionada de inmediato y a saltar por la habitación a su lado.— ¡Pero..!— me detiene de la emoción.— Sólo te dejaré estar allí diez minutos. Si veo que te alargas, romperé el vínculo de inmediato.

— ¡Si! ¡Sí, sí, sí! Mil veces sí, Selene. Joder, eres lo mejor. 

Ella sonríe como si ya lo supiera antes de que procedamos a armar el plan.


Selene y yo nos encontramos a eso de las dos de la madrugada a las afueras de la casa principal. Me he percatado bien de que no había nadie despierto y de que nadie nos ha seguido. Supongo que Nain y Jace Conner están tan cansados y agotados por lo que ha sucedido estas últimas semanas que el cuerpo no les ha dado para averiguar si hay alguien moviéndose por la casa de manera sigilosa.

LOS CREADORES DEL CAOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora