Intento hacerle saber a mi madre que no. Que en realidad, no soy quien debería ser. Que si estoy con los creadores del caos es porque todo es parte de la misión que se me encomendó, pero mi madre se acerca a mí con rapidez, sus cuerpo se desvanece y vuelve a aparecer. Intenta coger mis manos, pero es como si pudiera traspasar mi organismo con el suyo.
¿Es esto real? ¿Es real lo que estoy viviendo?
— Madre...— digo, pero ella niega con el rostro para interrumpirme de lo que sea que tenga para decir.
— Tenemos muy poco tiempo, Emery— hay desesperación en su voz. Una desesperación y una tristeza que son traspasadas a mí, porque ni siquiera cuando estuvo viva la vi tan...asustada.
No. No puedo asustarme. No ahora que estoy intentando mantenerme bajo control.
— Mamá, ¿qué hago?— pregunto con una suplica implícita en la voz.— Si estas personas se enteran...
— Shhh— se lleva un dedo a la boca para hacerme callar.— La murmuradora de espíritus no puede escucharme a mí, pero quizás puede escucharte a ti.
— ¿Hablas de Selene?— pregunto confundida. Mi madre asiente. No sé si sentirme aliviada de lo precavida que está siendo o lo asustada que está.
Estoy hablando con mi madre después de años y no puedo ni siquiera decirle lo mucho que la amo, todo lo que he pensado en ella ni contarle todo lo que quiero contarle porque en sus ojos hay un terror que sólo parece tener una madre que sabe que su hija está en peligro.
— La murmuradora de espíritus quizás te puede escuchar. No digas nada que no estás dispuesta a que ella sepa— insiste en medio de una advertencia. Me mira como si quisiera comprender si he entendido, así que asiento y pienso bien lo que le quiero preguntar. Si Selene realmente me está escuchando, podría ponerme en evidencia en cuestión de segundos.
Mi madre avanza un poco más, pero sigo sin poder tocarla. Sin poder abrazarla como me gustaría.
Siento cómo el tiempo se escapa de mis manos más rápido de lo que me gustaría, y la frustración y la rabia de no poder detenerlo hacen que mi pecho cosquillee por la impotencia.
— Escúchame, Emery. Llegó el momento en el que debes elegir tu batalla, y debes elegirla sabiamente. No debes seguir mis pasos. No debes pisar por donde yo pisé. Cualquier movimiento en falso podría hacer que resbales, y no estoy dispuesta a que te encuentres conmigo aquí. No tan pronto, Emery. No cuando te queda una vida completa por vivir.
Siento que un escalofrío recorre mi espina dorsal. Mi madre parece saber más de lo que jamás hubiera sido capaz de contarle en tan poco tiempo.
No. Mi madre parece saberlo todo.
— Lo sé todo— dice ella, como si pudiera leer mis pensamientos.— Pero tú no, Emery. Y lo primero que debes saber es que es la primera y la última vez que accederé a encontrarme contigo en el mundo de los espíritus.
— ¿Por qué no tiraste del hilo la noche de la ceremonia de las luciérnagas?
— Lo sabes bien— me asegura, confirmando lo que ya pensaba. Mi madre no se ha comunicado conmigo para protegerme. Ella bien sabe como yo que cualquier paso en falso podría hacer que todos descubran quien soy realmente.
— Emery, escúchame bien— me pide, casi en una súplica.— No te enviaron a Divinity a vivir. Te enviaron a Divinity a morir.
La confesión me golpea en el rostro como un balde de agua fría.
¿Qué? ¿De qué esta hablando? No, de ninguna manera. Mi padre no me enviaría a Divinity a morir, ¿o si?
Mi padre me dijo que debía encontrar a los creadores del caos. Mi padre me dijo que debía ayudarlo en su misión. Mi padre me dijo que, cuando volviera, todo sería distinto.
![](https://img.wattpad.com/cover/370888288-288-k826767.jpg)
ESTÁS LEYENDO
LOS CREADORES DEL CAOS
FantasyEmery ama los secretos. Ama espiar a hurtadillas a su padre, adora escuchar las conversaciones que su hermano tiene con Katya, y sueña despierta con aquel lugar en el bosque de Aurora que nadie parece conocer. Emery ama los secretos. De hecho, los a...