Un golpe en mi estómago. Dos golpes en mi estómago. Para el tercer golpe, ya no puedo ni siquiera respirar.
— ¡Me rindo!— chillo, levantando una mano en el aire cuando mi cuerpo cae de rodillas al suelo.— ¡Me rindo! ¡Espera!
Nain retrocede. En una esquina, devorando un paquete de golosinas, Penny y Fiora miran nuestro entrenamiento con entusiasmo, como si estuvieran a la espera de que por accidente alguien me corte la cabeza.
— Es aburrido si te rindes— masculla Fiora.
— ¿Cuándo nos va a tocar pelear a nosotras?— inquiere Penny con la boca llena de lo que sea que estén hechas esas golosinas de colores tan brillantes y fluorescentes. Nain les hace un gesto para que se callen.
— Dejen de desconcentrarla.
Todos estamos vestidos con ropa de entrenamiento; ropa negra, verde o marrón, ajustada, mis manos ya vendadas de tantas veces que las he herido, la sangre sobresaliendo por arriba de los vendajes, mis dos moños altos ya desordenados y alborotados por todo el esfuerzo físico. Llevamos una hora aquí, recibiendo y dando golpes, y ninguna sola vez he conseguido derribar a Nain, ni siquiera moverlo aunque sea un poquito.
— Tienes que aprender a leer a tu oponente, Eleanor. No puedes golpear siempre en la misma dirección; no puedes ser tan predecible en una batalla. Eso sólo hará que te maten.
— Vale, vale— digo sin aliento.— Espérame un poco, siento que voy a...— síp. Definitivamente. El vómito sale de mi organismo antes de que yo pueda ser capaz de detenerlo, y a pesar de que Nain corre hacia mí para darme pequeñas caricias en la espalda, Penny no logra dejar de reír y Fiora ni siquiera evita la mueca ni la expresión de asco.
— ¿Qué comiste?— pregunta.— Huele terrible.
Me tomo un momento para dejar de vomitar y poder responderle.— Pescado. Y huevo. Mucho huevo.
— ¡Qué asco!
— Joder, ¿se pueden ir?— masculla Nain, ahora deshaciendo mis dos moños altos para coger mi cabello. Otra ola de vomito llega, mi estómago dando tantas vueltas que la visión se me comienza a nublar.
— Debo vermeee....puaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaj....una verdadera...puaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaj...belleza...— intento hablar. Nain suelta una pequeña risita por lo bajo.
— Es la forma más extraña en la que me han coqueteado— bromea. Yo ruedo los ojos.
— Deben coquetearte a menu....puaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaj.
— Suficiente— dice Fiora, dejando las golosinas a un lado y limpiándose las manos en la playera negra.— No soporto más esta escenita.
— ¡Pero si es divertido! ¡Apenas se puede mantener en pie!
— Penny, te lo juro— Nain le habla directamente a ella con una expresión cargada de ira.— ¡Si no te callas ahora mismo...!
— ¡Puaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaj! ¡Perdón! ¡Sigan hablando!
— Concéntrate en vomitar— me pide Nain.— Sácalo todo.
Así que eso hago. Vomito hasta que lo único que puedo sentir en mi garganta es el sabor ácido y agrio de la bilis, pero al menos, después de un rato, se detiene. Nain, sin embargo, sigue acariciando mi espalda con la esperanza de que eso me haga sentir mejor.
— Gracias— le digo, cogiendo mi estómago con fuerza, como si eso fuera a ayudarme.
— Estás pálida.
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LOS CREADORES DEL CAOS
FantasyEmery ama los secretos. Ama espiar a hurtadillas a su padre, adora escuchar las conversaciones que su hermano tiene con Katya, y sueña despierta con aquel lugar en el bosque de Aurora que nadie parece conocer. Emery ama los secretos. De hecho, los a...