𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 4 (+21) © BORRADOR

🕷️Extra🕷️

Lovely Walker.

🕷️Viuda negra🥀

Antes.

Aprieto el puño cuando el temblor me atrapa, la sangre se pega a mi palma mientras los zapatos de Will se posan frente a mí.

—Repite quién eres —exige—. ¿Matar a un hombre te hizo fuerte? —se mofa—. ¿De qué te sirve si no dejas de llorar por lo que te hicieron? ¿Qué tan débil eres?

Respiro hondo y me levanto escupiendo sangre.

—Muéstrame quién eres —dice. Los hombres detrás del cuadrilátero se burlan de mí que sigo temblando—. Te traje a un hombre muy especial, no tendrás que cazarlo, pero será tu última oportunidad, si está apunto de matarte entonces sabré qué no sirves una mierda y yo mismo te devolveré al psicopata que te dejó así.

El grito de un hombre me hace enderezarme. Lo reconozco, una fiesta. «¿Algo que decir?», recuerdo su voz y su rostro.

Me dejó caer licor en las manos leñas de sus quemaduras de tabaco.

—Dejen que suene la campana —habla Rebelión—. Cuida esa cara, él no tendrá piedad.

El hombre está asustado pero cuando me mira frunce el ceño. No puede reconocerme por el cabello negro, pero mis ojos me delatan, y la sonrisa que le regalo ladeando la cabeza.

Debo ser fuerte.

—Tú...

Ruedo los ojos.

—Sí, sí —suspiro—. Estoy muerta. Ya me aburrió ese diálogo.

Sonríe porque sabe que me ganará. Porque sólo recuerda a la moneda de cambio. Sin embargo, le daré un espectáculo, aprendí que el ego de los hombres proviene del poder que les dejas tener sobre ti.

Se balancea hacia mí y con un moviendo rápido me muevo a su espalda. Gira y golpea con su codo mi sien. Mi visión se atrofia volviéndose borrosa, me toma de la camisa y levanta por los aires. Rebelión tiene cara de preocupación, pero le daré de que preocupe...

Me deja caer un reprimo un grito de dolor cuando debo rodar para que no me caiga encima su codo. Me levanto de un salto y espero que me ataque de nuevo.

—Creí que tenías manos ágiles —niego decepcionada—. ¿Cómo le haces para jalártela? ¿Siempre eres un maldito cerdo o simplemente no se te para?

Su cuerpo se tensa pero su burla sigue. Dejo que me tome del cuello y me mande al suelo. «Los golpes te hacen fuerte», la voz de rebelión rueda por mi cabeza.

Dejo que me azote, y se sube sobre mí intensificando el agarre en mi cuello... el rostro de Andersson aparece y mi cerebro se apaga al sentir sus dedos cerrarse contra mi carne.

—¡Domínate! —exige—. ¡Muere con honor no como una puta cobarde!

«Cobarde», la voz de Tayler navega por mi mente.

«No, yo no»

El rostro de Andersson desaparece y se convierte en el maldito que derramó licor sobre mis manos quemadas, me nalgueo y ultrajo cuando podía. Es tan idiota, y antes de que mis ojos se cierren el manico de ser llevada a ese maldito me puede. Meto la mano entre sus brazos y dejo que mi palma golpee con tanta fuerza que su agarre se debilita.