Lo que están apunto de leer puede ser pertubador, si sientes incomodidad te recomiendo que te detengas.Tendrá aspectos de traumas a flote y manejo de la sexualidad no romantizado. Lo vimos antes en Delirio cuando trataron de abusar de Lovely y a cambio Tayler hizo que ella sólo pensara en él. Un manejo manipulador hacia su trauma y cuerpo.
Si no se sienten cómodos leyendo, no lo hagan.
Lovely Walker.
Bórralo.
Me cepillo los dientes frente al espejo y respiro hondo. Sollozo sintiendo algo distinto, como un alivio. La puerta se abre y el entra completamente desnudo acomodándose un ¿condon? Nunca usamos condon.
Me enjuago la boca y giro a mirarlo mientras coloco mi cepillo en el portador.
—¿Ahora tienes miedo de contraer clamidia? —me burlo.
No dice nada, simplemente camina hasta a mí sin mirarme nada más que no sea los pechos. Entonces mi sonrisa va desvaneciendo al ver la furia qué hay en sus respiraciónes. Antes de que diga que algo, me gira de vuelta estrellándome contra el espejo y ubica mi entrada. Me quedo congelada sin saber que decir.
—Cuando recuerdes tus cicatrices, dolores y pesadillas quiero que me sigas viendo a mí —gruñe tomando un puñado de mi cabello para que mire a través del cristal—, borrare la marcha de cada uno de ellos como si jamás hubieran existido. Lo hice antes, y lo haré ahora sin importar el asco que sientes después, porque yo soy el villano de tu maldita historia —me estrella contra el cristal arrancándome un grito—, no Andersson, no Armstrong, no los matones, no la jerarquía, no el vikingo. Soy yo, Lovely. Soy yo el monstruo de tus sueños, del demonio del armario y el sadico de tu vida.
Las lágrimas pican detrás de mis ojos y golpeo el espejo dos veces tratando de empujarme al saber lo que significa. No hace caso. Embiste sumiéndome en un agobia.
—¡Mírame! —exige cuando cierro los ojos que me queman con lágrimas. No hago caso y me embiste con más fuerza haciendo que mi cabeza golpee con el cristal—. ¡Mírame, maldita!
—¡No me hagas recordar!
—¡Cambia su rostro por el mío! —empuja. No parece disfrutarlo y sin embargo me sigue follando mientras lucho contra el sudor de mis manos temblorosas—. ¡Mírame a mí!
Lo veo a través del espejo y... «Que delicia», recuerdo su voz y el asco aparece mostrándome al hombre mientras veo mi cara ensangrentada por la cortada del cristal y el labio roto con el maquillaje corrido, sonando, gritando...
—¡Mírame a mí! —exige.
Trato de quitarlo gritando y sigue haciéndolo pero él me gusta, y la manera en que mi piel rosa el mármol del lavabo calienta mi clitoris. Me jala el cabello gruñendo y me pone contra el espejo resbaladizo, mis jadeos empañan el cristal y cierro lo ojos sintiendo que no puede ser peor que esto.
—¡Soy yo! —empuja y su polla choca con algo dentro de mí que me hace lloriquear—. Mírame.
Aleja mi cabeza del espejo y... «Cállate», veo al hombre que me embestía esa noche, la rabia me atraviesa y Tayler me empuja contra el cristal haciendo que vea estrellitas. Embiste con fuerza mientras sentir mis gritos de rabia me ahogan.
—¡Ayuda! —grito. Veo en baño, el botiquín.
«No, no», sollozo tratando de huir.
—Justo así —dice—, soy yo.
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𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 4 (+21) © BORRADOR
RomantizmCuando Lovely Walker decidió irse su alma desapareció con ello, dejando a un cazador herido, pero al regresar desatara el odio de viejos aliados. Nuevas contiendas y sólo un final. Estuvimos en Obsesión, Delirio, Negación y ahora en Estocolmo. El...