𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 4 (+21) © BORRADOR

JOSSIE

Este puede ser un extra si así lo quieren ver. No es necesario leer, es el pasado de Jossie y cómo llegó a manos de un Aragon, de cualquier manera ya se ha medio explicado.

Si tienen dudas pueden preguntar en los comentarios o enviarme un mensaje directo en Instagram o en el grupo.

Hay situaciones que aquí están más pero ustedes la entienden, no es necesario que las plasme.

Josselyn Raken.

⚜️

15 años.

Sólo aprieta el gatillo. ¡Aprieta el gatillo!

«Sólo hazlo»

—¡Aprieta el gatillo, Raken! —grita el soldado Alaric—. ¿Tendré que llevarte a la habitación oscura?

—¡No, no! —tiemblo, pero el gatillo no me llama y las lágrimas salen mientras veo a la niña frente a mí—. No puedo.

—¡No, por favor! —me súplica atada a la silla de metal.

La habitación blanca ilumina sus lágrimas y la sangre que hay en mi cuerpo tanto como en su cara. Falló y debe morir porque no sirve, y si no sirve se la llavera alguien que le saque la vida.

—¡Eres una vergüenza para este lugar! —espeta.

Llama a una soldado y me quita el arma para jalar el gatillo y volarle la cabeza a la niña frente a mí. La sangre cae en mis zapatos negros y jadeo retrocediendo.

Me duele el pecho, me duele mucho. Sólo veo mis zapatos que dejan en el suelo blanco y sollozo.

—Llévala a la habitación oscura —ordena y jadeo la soldado me jala, poniendo presión a mi brazo.

Me saca de la habitación, los soldados y estudiantes deambulan mirándome con asco, por ello bajo la cabeza.

—¿Por qué están manchando mi suelo? —el grito femenino me aterroriza.

—Disculpe, Sra. Graham, problemas con recluta 007.

Elevo la vista y veo que no va sola, me paro firme pero no elevo el mentón y mi cabello azabache arruina mi vista del hombre trajeado.

—¿Está quién es? —espeta una voz autoriataria.

—La bastarda de Walker —dice con asco—. Aquí le decimos Raken, porque no va a representar el nombre de mis soldados así.

—¿Adónde la llevan? —mi mano siente un calambre, y la sangre de mi zapato cae al suelo blanco.

Sólo veo los zapatos y huelo al hombre. No huele como los chicos de aquí, es un poco extraño.

—La habitación oscura como siempre, justo allí está la primogénita Walker —dice con arrogancia.

—Mirame —exige la voz.

Elevo la vista temblorosa y quedo estática, el hombre es el mismo que le dijo a mamá que era linda hace un tiempo.

—No la lleves —ordena.