𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 4 (+21) © BORRADOR

Capítulo 6

Lovely Walker.

Luz en el túnel.

Una vez volamos, y llegamos al hospital de la aristocracia, me tienen por más de diez horas en la sala de espera y el pecho lo tengo en ascuas porque Tayler también está en cirugía, lo cual me hace ver a Elton con ojos de dagas.

Scott y Klein están con Clary, y a diferencia de ellos yo traigo una maldita máscara para que no me se vea. Apenas recuerdo lo qué pasó, y no sé cómo no me di cuenta de los disparos y las bombas. Sólo estaba enfocada en Andersson y eso casi me cuesta la vida a un inocente. Todo era un caos pero yo sólo pensaba en la vida de uno y la muerte de otro.

El médico sale y Klein se acerca. Yo hago lo mismo dándome cuenta de que médico es, y retrocedo con la angustia abrumándome la garganta.

—Ella es la agente Parker —explica Klein—, es pareja de Reid.

—Gracias —me atrae a él—, si no hubieras hecho lo que hiciste para mantenerlo vivo no estaría ahora dándoles la noticia de que está bien.

Me desarmo en sus brazos un poco aliviada, pero yo lo que quiero es saber qué diablos pasa con Tayler. El pecho me vibra, porque verlo se sintió como la primera vez en prisión, como en el cumpleaños de mi Os, como en el carnaval... «Dios»

Verlo me siempre me da un impacto descomunal y lo odio.

—¿Puedo verlo? —susurro tratando de cambiar la voz.

—Ahora no, pero...

—Se lo suplico —insisto.

Mira a Klein y asiente no muy gustoso.

—Bien, ven por acá —me encamina a su habitación.

Veo el número N67 y está en una de las habitaciones privadas y con seguridad. Miro al doctor y frunzo el ceño... «Dr. Reid»

«Me lleva la mierda»

Cuando te dicen que el mundo es pequeño, créele, es un puto culo.

—Matthew nunca ha tenido novia —comenta—, pero debes ser excepcional.

«No tuvo que comprarme al parecer», casi me burlo.

Hago un sonido parecido a una risa nerviosa y me adentro a la sala donde el pecho se me comprime, al menos no está conectado de nada y está respirando bien. Acerco una silla a su cama y tomo su mano mientras su padre me mira...

—¿Sabe algo de Aragon? —trato de sonar calmada.

—Terapia intensiva —comenta—, si no fuera porque apoyo al arresto lo habría dejado morir —confianza.

«Maldito pedazo de mierda». Trato de no mirarlo porque seguramente le arrancaré la cabeza.

Es un idiota pero no merece morir, y si muere... ni siquiera puedo imaginarlo.

—¿Armstrong? —murmuro acomodando el cabello del agente.

—Herida de bala y fragmentos de cristales en el abdomen —explica—, ambos tienen heridas antes y después del atentado por eso fue tan grave. Pero ambos pusieron a ese maldito entre las rejas, y aunque el señor Armstrong tenga más hematomas es el que más estable está.