Prefacio.

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Lovely Walker.

2042. Septiembre.

6 meses desde el exilio.

6 meses desde el exilio

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Contrato de sangre.🩸

La luz choca con mis ojos mientras el sudor quema mi rostro, la boca seca no ayuda, así que trato de llegar a mi objetivo.

Las manos me tiemblan y se deslizan en la madera gracias sudor y los temblores. La boca se me vuelve agua por lo que imagino que puedo conseguir si escapo.

«Tú puedes, mocosa»

Cierro los ojos dejando que el ardor de mis lágrimas quiten el sudor pero el cabello se pega en mi rostro haciendo que odie la sensación viscosa de sudor y lágrimas contra mi cara. Trato de enfocarme, la cuerda que guardo en el cajón junto con la cadena cae cuando estiro la mano.

Voy al suelo... los jadeos, luces, murmullos, y pisadas me atrofian el sentido. Cubro mis tímpanos tratando de aguantar, y una arcada me azota con fuerza.

—¡Basta! —suplico—. ¡Ya basta! —las lágrimas me rompen con el berrido que me hace patalear—. ¡No puedo más!

«Dios, sólo tengo 20», ruego porque alguien llegue pero al ver que nadie entra por la puerta sigo arrastrándome hasta soga. Acaricio el material sintiendo que en mi cuello iría mejor pero no puedo. Tomo la cadena mientras lucho con la idea de la cuerda. Los mocos se me salen con el temblor de mis manos y el ardor del cuerpo.

—Aquí estoy mocosa —su voz me atraviesa y elevo la vista—. Llegue. Te ayudaré.

Veo su mano acariciando mi rostro, el traje a la medida mientras se acuclilla hasta mí. Sus ojos y rostro se ven borrosos pero me duele no poder abrazarlo.

—Tay... —sigo sin aliento—. Está por todas partes, y no puedo quitarlo. Quiere que lo haga pero duele... duele.

—Entonces lucha —me toma de la mandíbula acercando sus labios a los míos—. Eres mi hermosa encantadora. Esperare por ti.

Asiento dejando que deje un beso cálido en mis labios y sonrío. Me ayuda a encadenarme a la cama para evitar que salga a buscar sustancias. Podría prostituirme sólo por una línea, se la chuparía a quien sea, la inhalaría del suelo, me la inyectaría con una aguja reciclada...

Abro los ojos tratando de verlo cuando desliza su mano por mi mejilla pero no está. Sólo estoy yo en el suelo con un candado y la cuerda contra mi cama. Lee viene a vigilarme todos los días así que me encontrará así.

Los tímpanos me zumban, pero mi mente me dice que estuvo aquí, que no miente mi mente y que me ha buscado para ayudarme.

Las lágrimas me queman cuando los llantos se convierten en gritos, la piel me arde, el sudor y temblores no me permiten pensar...

𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 4 (+21) ©  BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora