𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 4 (+21) © BORRADOR

Capítulo 44

Lovely Walker.
🥀

A prueba de amor.

—Ya no quiero volver —digo, Os suspira acariciando mi cabello y se levanta.

Su cabaña está más amueblada y huele a bebé.

—Dejaré que los cargues, pero esta será la única vez —limpio mis lágrimas y saca a dos bebés de su cuna—. Yo sujeto al mayor.

—¿Tú los cuidarás para siempre?

—Claro que sí, después lo harás tú —entrega a sus bolitas pequeñas y el pecho me crece tanto que apenas respiro—. ¿Lo ves?

Asiento con el calor recorriéndome el cuerpo, sus manitos tapan su rostro pero los veo. Mis bebés están bien y completos con el tío Os.

—No podré decirles que eres el tío Os —me quiebro y él se sienta en el sofá con el mayor.

—Claro que sí, pero ellos lo saben. Mis pequeños aman al tío Os pero aman más a sus padres.

—Te amo y te extraño muchísimo —suspiro y aprieto los ojos—. Los amo muchísimo.

No puedo sostenerlos, pero me abraza y mis bebés lloran al sentirme triste. Apenas puedo respirar.

—Te voy a extrañar toda mi vida —sigo hablando mientras me abraza.

—Tienes que ser fuerte, debes serlo —me exige—. Tus bebés te necesitan.

Y de pronto dejan de llorar. Ya no están en mis brazos. Os me levanta con el aire asfixiante cuando trato de buscarlos.

—¿Mis niños? —forcejeo pero el grito de uno me hace girar.

—¿No son adorables? —inquiere viendo a los tres correr y jugar—. Ese es igual a su papá.

El corazón me brinca mientras nos dirigimos al patio de la cabaña de Os. Sus risas y carcajadas son hermosas. El sonido más dulce.

—¿Puedo hablar con ellos? —trato de buscar el rostro.

—Por última vez —se aleja de mí mientras las piernas me tiemblan.

—¡Muchachos! —grito con alegría y frenan en seco cuando los tres se jalan los cabellos.

—¡Mami! —dice uno.

—¡Llegó mamá! —el que se parece a Tayler empuja al más pequeño y corren hacia mí.

Caigo de rodillas dejando que me abracen. Cuando siento sus brazos en mi cuerpo y gritos de amor me desplomo. «Mis bebés»

Los llenos de besos y acaricio sus bellos rostros. Son tan hermosos que apenas respiro.

—¿Juegas, mami? —un gemelo me jala pero Os niega con la cabeza.

Es como si me arrancara el alma.

—Mis niños —uno enarca la ceja y sonrío con lo mucho que se parece a su padre—. Mis bebés, mami debe ir de vuelta pero el tío Os los cuidará.