CASTIGO

665 92 38
                                    

❤️Holaaa, espero que de ahora en adelante bombardeen los capítulos con comentarios y votos porque estamos acercándonos a los últimos.❤️

Nos acercamos al final de nuestros enojones favoritos.

Tayler Aragon.

Mi hogar.

En el bosque se encuentran los líderes y un grupo de ancianos se controlan la paz mundial. Los reyes también están así como el dragón y el Yakuza. Suspiro arrancando mi camisa blanca al ver cómo la reina sostiene el látigo dorado que le entrega a una mujer vestida de capucha dorada.

La fogata en el bosque está lejos de la fortaleza, no quería que ella supiera, espero que no lo haga.
Me sostengo del árbol al centro y acomodo los omoplatos cuando todos están en silencio.

—Se darán quince latigazos al líder por incumplimiento —dice una mujer que pertenece al círculo—. Tayler León Aragon Grey. ¿Aceptas este castigo por traicionar a tu clan? ¿Juras que los actos de tu irresponsabilidad te llevaron a perder millones, y vidas de socios así como de civiles en el lugar?

—Sí —aprieto los dientes.

—Comencemos —dice, escaneo a los presentes, el bufón se cubre la boca, el dragón y el Yakuza solamente están esperando a verlo—. Que sirva de ejemplo.

—Cuenten conmigo —dice la voz de atrás...

Uno —contestan el momento que el látigo silba en el aire y truena en mi piel.

Aprieto las cuentas que llevo en la palma y elevo el mentón.

Dos.

Debería doler pero no es así, no si me enfoco en sus ojos, en su sonrisa. No si bloqueo todo, la frente me suda el cuerpo me tiembla así como el cuero de mi espalda comienza a temblar, un calor y ardor se adhiere al sentir otro.

Hace años recibí muchos más por algo que ella no hizo, justamente ahora es igual, porque no hay manera de que le toquen un pelo.

Cuatro —el bufón niega la vista al ver cómo aprieto el tronco.

Cada golpe me atrae a un momento que no olvidare, como nuestra vida en el acantilado, la cacería, y cada parte de nuestra vida juntos que me ha hecho sentir normal, cuando salíamos a comprar juntos, al sentirla entre mis sábanas, su risa por las mañanas y ojos tan claros que parecen mercurio. Puedo sentir la sangre deslizarse sobre mi piel, pero también recuerdo sus dedos curándome antes.

Quizá por eso dejo que lo hagan, probablemente ella vaya a curarme. Zaz.

Seis.

La cara me arde, trago saliva pero sabe a hierro, el fuego y olor a sangre deslizan por mis fosas nasales.

Quizá sea una alucinación pero veo a una pequeña melena correr detrás del bufón, escucho su grito pero los tímpanos me zumban, el calor y sudor se mezclan en mi espalda al sentir el ardor de otro latigazo.

—¡Basta! —es su grito el que me regresa, elevo el mentón.

No puedo decir que no porque tendría que explicar la razón. Mentí diciendo que fui yo el que no puso atención a las señales y lo dejé pasar, no hay mucha diferencia.

𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 4 (+21) ©  BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora