Lovely Walker.
¿Lo saben, verdad?
La mañana se me va tranquila, y me siento mejor. El desayuno llegó muy temprano, no he salido porque tampoco quiero ver a nadie. Tayler no estaba pero amanecí en la habitación, sé que ha pasado algo malo pero no sé cómo vamos a sobrellevarlo ahora. No discutimos lo de anoche.
Se va a ocultar de mí porque sabe que me oculto semejante estupidez. Drogado o no estaba muriéndose de dolor. Repaso el azote que envuelve mi antebrazo y sólo puedo pensar en que el está peor.
Me baño y tomo mis vitaminas mientras hago mis ejercicios diarios en el gimnasio del lugar que apenas he recorrido la mitad. Una vez termino me preparo para ser inútil como es a diario en estas últimas horas que me siento como señora casada.
El patio trasero está increíble y me acompaña niebla a ver a los soldados que llegaron y entrena diario Stuart que no deja de gritar. El día está hermoso, y lo ocupo para ayudar a Stuart con los entrenamientos básicos.
Los copos de nieve aterrizan en mi nariz enfriándola y sonrío. Es hoy.
Nos vamos a Berlín.
Mis días se van así, porque no puedo estar en la guerra pero él sí y la preocupación es la que me mortifica, me estresa no estar a su lado, no poder cuidarlo, eso era lo que quería pero al final terminé embarazada y encerrada.
Tayler y Elton desaparecen con soldados pero yo me encargo de que Stuart los entrene bien y sobrevivan a los gritos. El patio está cubierto de una ligera capa de nieve así como filas de soldados que no sé de donde saco Tayler.
Niebla se aburre así que le suelto para que deambule.
—Una vez el enemigo está vulnerable ataca a matar —grita Stuart cuando están todo peleando cuerpo a cuerpo—. ¡Esposito! —grita Stuart.
—¿Sí mi señor? —sale una chica de ojos cafés bien peinada.
Ni un cabello se le sale de esa coleta, definitivamente nunca fui así.
—Entrene con Walker, porque no hay alguien que la ayude —dice y yo palidezco.
—Sí, señor.
—Sin golpes bruscos y fuera de contacto físico —le recalca.
—Como en los viejos tiempos —le digo con coquetería.
—Ya, ya —levanta la mano—. Ponte a hacer algo, todo el día te la pasas en la cama como inválida.
—¿Le enseñaste chistes a Tayler? —hago puchero—. Se que lo entrenaste, seguro agarro tu buen genio.
—¡Algo tenía bueno tenía que aprender!
La chica me mira con rabia y yo no sé cómo zafarme.
—Muestra algo de lo que te enseñe —me regaña.
—¿Alguien más podría? —inquiero, no quiero que Tayler mate a alguien si me pega en la cara.
—¡Te lo dije a ti por algo! —me grita y salto.
Maldito loco. Tratare de que no sea violento.
Me pongo frente a ella y le sonrío pero no me lo regresa.
—¡Dejen de mirarse a los ojos y peleen! —nos grita Stuart.
Niebla se queda en un árbol y yo peleo con todo y botas en el maldito pasto. La chica se viene a los golpes y la esquivo, es nueva, no tiene mucha técnica. Trata de golpearme con una patada pero la llevo al suelo neutralizándola.
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𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨 4 (+21) © BORRADOR
RomanceLovely Walker se aferró a la vida que tenía, pero ahora tendrá que decidir si lo que pasaba era por sobrevivir o realmente quería ser propiedad del cazador. Nuevas contiendas y sólo un final. Estuvimos en Obsesión, Delirio, Negación y ahora en Esto...