56 - Capítulo 30: Que se jodan las conspiraciones

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—Bien. Lo que voy a contarles puede ser difícil de digerir, pero es la realidad de este mundo. Yo, Howard, vengo de un lugar muy diferente a este reino. El lugar donde nací se llama la Republica Unida de Friedried, y se encuentra sobre nosotros, más allá de El Abismo.

¡Boom! ¡Lo dijo! Listo, otra revelación pesada para el libro, con esta llevamos unas tres o cuatro. Para ser honesta, me estaba costando cerrar el pico con eso, y me alegra de que alguien más me haya ahorrado la molestia de contarlo, es que me da flojera hablar tanto.

—¡¿Qué?! Eso no es posible... no existe nada afuera de El Abismo—el príncipe Baldwin no da crédito a lo que oye.

—Eso es verdad. No hay registros de la existencia de un mundo exterior en los libros—añade Celica.

La princesa Majorie se queda en silencio, escuchando atentamente. Supongo que una parte de ella presentía esta verdad. El resto de los presentes va a tener que digerirlo con el tiempo, espero que sus cerebros tengan la capacidad de hacerlo.

—Ya está, estás loco. No voy a tragarme ese cuento—escupe la amiga rubia de Majorie que creo que se llama Celine.

—No busco que me crean o no. Es su juicio el que decidirá eso—sentencia Howard.

—No. Yo le creo. Arthur lo hubiera hecho, él confiaba en que algo así era posible. No dejaba de hablar sobre explorar el exterior de El Abismo. Estoy segura de que él tenía la razón—interviene Majorie.

Ay, me parte el corazón escuchar eso. Mi querido Arthur... ojalá estuvieras aquí para escuchar esto. Acaricio suavemente el anillo que me colocó en el dedo, esperando que sea posible la loca fantasía de que él lo escuche donde quiera que esté. Por desgracia, no es tan maravilloso como él creía.

—No entraré en detalles sobre lo que hay más allá de El Abismo. Confórmense con saber que la iglesia solo es una pequeña piedra en el zapato en comparación con la Republica Unida de Friedried. Sobre este pequeño reino se extienden tierras con miles de kilómetros de extensión, con muchos territorios diferentes. Y todos son mucho más avanzados que el reino de Asonas—explica Howard.

—Maldición, no termino de entenderlo—Baldwin luce agotado mentalmente.

¡Hola a todos, queridos lectores! Hago esta pausa forzada en el libro para invitarlos cordialmente a la primera crisis existencial del príncipe. No falten, habrá pastel, regalos, y mucha ansiedad existencial, ¡los esperamos!

—Siento tener que explicarlo de esta forma, pero es necesario que lo sepan para comprender que son estos planos. —Howard levanta uno de los papeles y lo muestra—Esto que ven aquí son vías de transporte diseñadas para extraer y succionar toda la magia que hay en El Abismo. Su objetivo es usarla de combustible para mantener la energía del mundo exterior, así como alimentar y recargar una súper arma con el nombre clave de Sol Arcoíris.

Brrrrr, detesto escuchar eso. En serio, desde la primera vez que lo oí en el Laberinto Pálido, cuando decidí que quería hacer algo por este mundo más allá de volverme gótica de nuevo. Hey, de hecho todavía no lo consigo al cien por ciento. Me hace falta maquillaje y ropa.

—¿Súper arma?, ¿una que también ignora el Sistema?—pregunta Majorie con mucha preocupación.

—En efecto. Parecen estar investigando un nuevo tipo de energía que sustituya a la magia, algo llamado energía nuclear. Sin embargo, están convencidos de que si la potencian con la magia de El Abismo podrán amplificar su poder destructivo—añade Howard.

Oh sí, es momento de otra clase con su maestra mágica de confianza. Resulta que Arthur tenía razón al imaginar un mundo mucho más grande que El Abismo. Arriba de nosotros hay toda una civilización que para colmo está mucho más avanzada que la del reino de Asonas.

Que se jodan los arcoíris ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora