36 - Capítulo 20: Que se joda Howard Pessier

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—Según los mapas y la ruta trazada, falta poco para dejar este clima helado—señala Arhur.

—¡Por fin! No sabes cuánto ansío dormir sin estar temblando—celebra Sybil.

Avanzamos a un paso normal, esta vez con ventiscas y nevadas menos fuertes. Han pasado ya bastantes días desde que acampamos aquella vez y me fui de reventón. O algo parecido.

Los monstruos de esta capa son bastante resistentes y fuertes, pero en general caen con facilidad ante el daño elemental de fuego. Al menos para los escuadrones con magos capacitados, no resulta un problema grave.

Y con respecto al resto del ejército, hemos sido mermados de un treinta a un cuarenta por ciento desde que comenzó la expedición. ̶U̶s̶t̶e̶d̶e̶s̶ ̶e̶s̶t̶á̶n̶ ̶v̶i̶e̶n̶d̶o̶ ̶e̶l̶ ̶l̶a̶d̶o̶ ̶b̶o̶n̶i̶t̶o̶ ̶d̶e̶ ̶e̶s̶t̶o̶,̶ ̶p̶e̶r̶o̶ ̶c̶r̶é̶a̶n̶m̶e̶ ̶q̶u̶e̶ ̶e̶s̶t̶a̶m̶o̶s̶ ̶d̶e̶j̶a̶n̶d̶o̶ ̶a̶t̶r̶á̶s̶ ̶u̶n̶a̶ ̶m̶o̶n̶t̶a̶ñ̶a̶ ̶d̶e̶ ̶c̶a̶d̶á̶v̶e̶r̶e̶s̶ ̶q̶u̶e̶ ̶s̶e̶ ̶h̶a̶c̶e̶ ̶m̶á̶s̶ ̶g̶r̶a̶n̶d̶e̶ ̶p̶o̶c̶o̶ ̶a̶ ̶p̶o̶c̶o̶.̶

Hay algo que me hace sospechar muy fuerte de Amcottes. No, más bien, estoy segura de que él y sus amigotes están detrás de la mayor parte de las muertes. Cuando comenzó la expedición en los Jardines Huecos, había una cantidad de neblina alarmante y poco natural. Fue ahí donde ocurrieron la mayor parte de los decesos. Los escuadrones más atrasados y situados en la retaguardia de la formación murieron de forma horrible, según lo que los supervivientes pudieron relatar.

Mi tranquilidad mental, ya de por sí alterada por toda esta basura, ahora está hecha un manojo de nervios. Cuando Arthur fue a discutir dichas muertes con Amcottes en el Subterráneo Seco, se enteró de que la mayoría de los cuerpos presentaban algo en común: estaban totalmente drenados de cualquier tipo de sangre. Sus cuerpos estaban más arrugados que una ciruela pasa, y sus rostros eran inexpresivos. Como una manzana, porque las manzanas no muestran expresiones.

̶¿̶E̶s̶t̶á̶n̶ ̶c̶o̶m̶e̶n̶z̶a̶n̶d̶o̶ ̶a̶ ̶h̶i̶l̶a̶r̶ ̶l̶o̶s̶ ̶p̶u̶n̶t̶o̶s̶?̶ Repasemos, neblina intensa, murciélagos asesinos que nos atacan en la oscuridad y cadáveres drenados. ̶¿̶Y̶a̶ ̶t̶i̶e̶n̶e̶n̶ ̶l̶a̶ ̶r̶e̶s̶p̶u̶e̶s̶t̶a̶?̶ ¡Claro! ¡Estamos siendo perseguidos por un pepinillo asesino con poderes! O también un vampiro. La idea del pepinillo me reconforta más.

Y peor aún, tengo la certeza de que ese vampiro es nada más y nada menos que un administrador. Pero Amcottes ya nos acompaña, y si él quisiera podría eliminar a toda la expedición por su cuenta. El hecho de que haya enviado a un administrador a darnos caza solo habla de lo minucioso que es. Él no va a mancharse las manos de sangre si no es necesario.

Digo, primero envió a una horda gigante de monstruos a matarme y luego se presentó en persona cuando su plan falló. Si está aquí, es porque quiere vigilarnos de cerca, asegurarse de que todo salga bien. Ten cerca a tus amigos, pero más cerca a tus enemigos, dice un dicho. Maldito hijo de perra.

También está todo el tema de Arthur y mi confesión, no precisamente romántica. Me sorprende lo bien que se tomó mi historia, y parece creerla de forma genuina, no solo la parte de ser un unicornio, sino de venir de otro mundo. No hizo preguntas personales, quiero suponer que por respeto a mí y mi vida privada antes de reencarnar.

Eso sí, poco después hablamos largo y tendido sobre los unicornios. Ahí si no le paró el hocico. Me preguntó cómo había sido mi vida antes de adoptar una forma humana, qué hábitos tenía, que cosas me gustaban y que no. Fue algo agobiante al principio pero le respondí todo. Ah, y también le advertí de Amcottes. No le dije nada de las armas de fuego porque yo soy muy inteligente y ellos muy tontos, así que no lo hubiera entendido.

Que se jodan los arcoíris ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora